CONCENTRACIÓN MUERTES EN EL ESTRECHO

CONCENTRACIÓN MUERTES EN EL ESTRECHO

Hace tan solo 14 días, desde que nos concentramos la última vez, el 24 de enero. En sólo 14 días esta cuerda de nudos de dolor y de vergüenza ha pasado de 9 a 66. Hoy nos volvemos a concentrar porque hay otras 47 personas fallecidas, ahogadas, sepultadas por este mar negro o rojo de luto y de sangre en que hemos convertido el Mediterráneo. El pasado domingo se
recogían 21 cuerpos y otros 26 se dan por desaparecidos. 47 personas que iban en una barca cargada de sueños, de ansias de encontrar justicia. Una barca de la que sólo quedan 21 cadáveres y 47 vidas silenciadas.

No son los únicos fallecidos desde la última concentración. Según la Organización Internacional de las migraciones 90 nuevas personas se han ahogado frente a las costas de Italia el 2 de febrero, sumando ya 290 muertos sólo durante este año.

El pasado 21 de noviembre también nos concentramos porque tres personas sin rostro habían perdido la vida; casi nunca conocemos sus nombres, pero hoy queremos recordar a dos de ellos junto a estas 47 personas que fallecían este sábado. Las queremos recordar de nuevo porque durante la semana pasada, un vecino de Almería, un hombre senegalés, un hombre
atravesado de dolor, ha estado preguntando por su hijo del que no sabe nada desde finales de noviembre. Lo hemos estado buscando entre listados de personas, pero todo indica que fue una de esas tres personas ahogadas frente a nuestras costas. Su compañero, cuyo móvil fue encontrado en el mar, se llamaba Mouhamadou, tenía 31 años, él tenía 19 años, su nombre era
Moussa Cámara.

Hoy sabemos que hay otros 47 padres, otras 47 madres buscando a sus hijos, maridos buscando a sus esposas, esposas buscando a sus maridos, hijos que ya no verán a sus padres o a sus madres, hermanos, hermanas, amigos que ni tan siquiera saben qué ha sido de los suyos. La mirada de este hombre es la mayor denuncia de la injusticia, de la incompetencia o la
desgana de quienes gobiernan nuestro mundo fijando la atención en el interés económico por encima de las personas. Después de 30 años de tragedia repetida, Salvamento marítimo seguirá intentando rescatar personas, Europa seguirá recogiendo cadáveres mientras mantiene vallas, concertinas, fosos, leyes injustas e inhumanas para defender fronteras e intereses por
encima de las personas. ¿Cuántas muertes serán necesarias hasta que nos demos cuenta de que este sistema económico basado en la injusticia no es humano? Desde la indignación y la vergüenza repetimos una vez más que no reconocemos ninguna frontera, ninguna bandera, ningún interés por encima de las personas. No es este el mundo que merecemos ni nosotros ni
quienes tienen que huir de la miseria o la guerra, no es este el mundo que merecen ni nuestros hijos ni los suyos, y no son estas las personas que deberían gobernarnos si no quieren o no saben dar respuesta humana a esta tragedia humana. No más muertes para llegar a Europa.

Por un Mediterráneo solidario.

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Juanjo Castillo administrator

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