Después de muchos años de trabajo en el barrio de la Fuentecica con pocos medios y mucha ilusión, este año hemos conseguido un programa que nos permite profundizar en lo que ya se estaba haciendo. En concreto nos va a permitir trabajar aun más en los centros de enseñanza de la zona, con los chicos y chicas y con sus familias.
Después de reunirnos con el centro hemos visto las demandas más importantes, las necesidades y las propuestas de trabajo que nosotros hacemos. De momento hemos empezado con talleres relacionados con el huerto escolar que tiene el centro. En estos talleres además de nuestro personal hay personas del barrio que voluntariamente está colaborando.
Estos talleres tratan de que el alumnado por un lado se estimule y vea la importancia del estudio y por otro adquiera responsabilidad. Todo esto se hace promoviendo la autoestima ya que se parte de actividades en las que todos pueden participar y ser protagonistas.
El primer día empezamos haciendo unos cuadernos de campo, cada alumno llevará información de lo que está haciendo. Además estuvimos viendo entre todos las normas de trabajo y cómo hacer un seguimiento de las mismas. Como veréis algunos cuadernos estaban muy chulos.
Leyendo el manifiesto
Hace apenas una semana nos reuníamos para denunciar la situación límite que se está viviendo por parte de las miles de personas que tratan de alcanzar nuestras costas huyendo de situaciones dramáticas y que en demasiadas ocasiones les costaba la vida ese intento.
Hoy volvemos a denunciar dos muertes más. Dos nuevas vidas que han muerto por la ineptitud de unos dirigentes que los único que hacen es mirar para otro lado. Por una sociedad que en muchos casos no quiere ni saber lo que ocurre. Que piensa que es culpa de ellos, «que no hubieran venido». ¡Cuanto nos cuesta ponernos en la piel del otro!. Ojalá que algún día nos demos cuenta que los «otros» no son el problema, que hay para todos, que es problema de un reparto más justo y equitativo, que todos cabemos juntos.
En las últimas concentraciones se nos van uniendo algunas personas de las que han llegado en patera o similar, esto nos permite poner rostro a las personas que vienen
Minuto de silencio
En un ambiente lúdico, el viernes pasado tuvo lugar un encuentro de equipos de trabajo de la provincia de Almería de la Fundación CEPAIM y de Almería Acoge.
Se trataba de un encuentro para cohesionar a los trabajadores y trabajadoras que hay en la provincia de Almería. El número ha crecido enormemento, ya son más de 70 personas con lo que muchos a veces nos se conocen. El gran juego para conocerse estaba ambientado con druidas y pociones mágicas, fue un momento muy divertido y a la vez profundo.
Se estuvo trabajando también lo que se está aportando a las personas, a la sociedad, desde el trabajo que se hace y lo que se aporta a las entidades en las que se trabaja.
Finalizó el encuentro con el Tendedero de los Deseos, una vez que nos conocemos queremos dar otro paso, que nos gustaría aportar a la realidad, que deseos que tenemos.
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Ayer de nuevo nos concentramos por las nuevas muertes en las costas españolas de inmigrantes que trantan de mejorar su vida. Nuevas muertes injustas e inútiles. Nuevas muertes de personas con rostro que huyen de las injusticias que nosotros generamos. Nuevos nudos en la cuerda de la verguenza que pronto hemos iniciado este año.
El manifiesto que se leyó fué:
Comenzamos el año 2018 como terminamos el 2017, con un escenario de muerte y olvido en el mar.
Al menos siete inmigrantes han fallecido y otro se encuentra hospitalizado en estado crítico tras encallar este lunes con una patera en la costa de Lanzarote.
Cinco de las víctimas mortales mostraban signos de hipotermia y ahogamiento, un sexto fue sacado del agua y otro falleció durante las maniobras de reanimación tras mostrar síntomas de ahogamiento
Cuentan los socorristas que el escenario era dantesco: varias personas estaban flotando en el mar y otras, dentro de la embarcación en la que “había agua suficiente para ahogarse, como así fue” “las personas estaban magulladas y con moratones en la cara”. uno de los ahogados que sacaron de la zodiac “no pasaba de los 15 años, era un niño”
Cierto, el escenario era dantesco, sigue siendo dantesco, vergonzoso, pero no sólo este escenario, estos muertos en esta patera.
Seguimos en el mismo escenario dantesco, vergonzoso, criminal que el año pasado sepultó a un centenar de personas sólo en nuestras costas más cercanas. El mismo escenario de guerras, miseria, fronteras e intereses económicos que sigue sepultando en vida a millones de personas que huyen de una muerte segura y sepultando en el mar a miles de los que intentan llegar hasta Europa reclamando pan, justicia o libertad, reclamando un futuro que nuestras armas y nuestros intereses les niegan allí donde nacieron.
También este lunes otras dos ciudadanas marroquíes de 40 años han fallecido cerca de la frontera de Ceuta. Eran porteadoras, no intentaban atravesar el mar, sólo atravesar la frontera para ganarse la vida día a día llevando pesadas mercancías, fardos de hasta 90 kilos, que cargan durante horas sobre su espalda, y aguantando colas, violencia verbal, avalanchas, empujones y golpes.
Una avalancha de personas desesperadas por aprovechar las dos horas en que se les permite cruzar se las llevó por delante a las cinco y media de la mañana. De nada han servido las medidas “drásticas y tangibles” que anunciaron los responsables de los gobiernos marroquí y español tras muertes como estas hace unos meses.
Otras dos mujeres han muerto aplastadas por el sistema económico que mantiene la desigualdad y la injusticia. Quizá algo tengan que ver los 1000 millones al año que supone este comercio, para las ciudades españolas de Ceuta y Melilla.
No hay palabras que justifiquen la repetición y el mantenimiento de la muerte en el mar y en las fronteras. No hay excusas, ni ideológicas, ni económicas, ni patrióticas que justifiquen seguir mirando para otro lado mientras los más maltratados de nuestra historia continúan muriendo.
Por eso repetimos con nuestra presencia y nuestro silencio la repulsa, la condena de este orden injusto e inhumano.
MANIFIESTO QUE SE VA A LEER
Comenzamos el año 2018 como terminamos el 2017, con un escenario de muerte y olvido en el mar.
Al menos siete inmigrantes han fallecido y otro se encuentra hospitalizado en estado crítico tras encallar este lunes con una patera en la costa de Lanzarote.
Cinco de las víctimas mortales mostraban signos de hipotermia y ahogamiento, un sexto fue sacado del agua y otro falleció durante las maniobras de reanimación tras mostrar síntomas de ahogamiento
Cuentan los socorristas que el escenario era dantesco: varias personas estaban flotando en el mar y otras, dentro de la embarcación en la que «había agua suficiente para ahogarse, como así fue» «las personas estaban magulladas y con moratones en la cara». uno de los ahogados que sacaron de la zodiac «no pasaba de los 15 años, era un niño»
Cierto, el escenario era dantesco, sigue siendo dantesco, vergonzoso, pero no sólo este escenario, estos muertos en esta patera.
Seguimos en el mismo escenario dantesco, vergonzoso, criminal que el año pasado sepultó a un centenar de personas sólo en nuestras costas más cercanas. El mismo escenario de guerras, miseria, fronteras e intereses económicos que sigue sepultando en vida a millones de personas que huyen de una muerte segura y sepultando en el mar a miles de los que intentan llegar hasta Europa reclamando pan, justicia o libertad, reclamando un futuro que nuestras armas y nuestros intereses les niegan allí donde nacieron.
También este lunes otras dos ciudadanas marroquíes de 40 años han fallecido cerca de la frontera de Ceuta. Eran porteadoras, no intentaban atravesar el mar, sólo atravesar la frontera para ganarse la vida día a día llevando pesadas mercancías, fardos de hasta 90 kilos, que cargan durante horas sobre su espalda, y aguantando colas, violencia verbal, avalanchas, empujones y golpes.
Una avalancha de personas desesperadas por aprovechar las dos horas en que se les permite cruzar se las llevó por delante a las cinco y media de la mañana. De nada han servido las medidas «drásticas y tangibles» que anunciaron los responsables de los gobiernos marroquí y español tras muertes como estas hace unos meses.
Otras dos mujeres han muerto aplastadas por el sistema económico que mantiene la desigualdad y la injusticia. Quizá algo tengan que ver los 1000 millones al año que supone este comercio, para las ciudades españolas de Ceuta y Melilla.
No hay palabras que justifiquen la repetición y el mantenimiento de la muerte en el mar y en las fronteras. No hay excusas, ni ideológicas, ni económicas, ni patrióticas que justifiquen seguir mirando para otro lado mientras los más maltratados de nuestra historia continúan muriendo.
Por eso repetimos con nuestra presencia y nuestro silencio la repulsa, la condena de este orden injusto e inhumano.