Aquí os presentamos la nota de prensa que hemos enviado, también el enlace al documento que hemos firmado, os recomendamos la lectura, es muy bueno. DOCUMENTO COMPLETO EN PDF
Almería Acoge quiere manifestar su malestar por las devoluciones en caliente de 116 inmigrantes en Ceuta. Aunque desde el gobierno se intente justificar diciendo que se ha dado asistencia letrada, que se ha hecho con todas las garantías, lo cierto es que desde el mismo colegio de abogados de Ceuta se está pidiendo que se interponga un recurso inmediato ya que consideran que “la asistencia letrada que han recibido estos 116 inmigrantes ha sido para cubrir el trámite y para que de cara a la legislación internacional no se pueda acusar a España de vulnerar los derechos de los inmigrantes”
Nosotros no vamos a caer en si es legal o ilegal lo que se ha hecho, ya hay gente trabajando en eso. Nosotros denunciamos que todo esto llevará a un mayor sufrimiento y a un mayor número de personas que intentarán llegar a nuestras fronteras por vias aun más peligrosas.
¿A qué jugamos con la vida y la dignidad de las personas?, ¿de qué hay miedo?. Parece que al final ganan los racistas, los xenófobos, quienes tienen miedo a los distintos, ganan porque probablemente gritan más. Por eso hay que gritar esta injusticia, que todos saben que si bien es probable que haga que disminuyan los asaltos a la valla, es muy probable que aumenten las muertes por cruzar de manera cada vez más inseguras las aguas del estrecho. ¿Quién se hará responsable de esas muertes?
Cuando se produjo el cambio de gobierno hace apenas unos meses hubo señales positivas en el mundo de las migraciones: se habló de quitar las concertinas, de evitar criminalizar a los inmigrantes, de atajar las muertes en el estrecho … Hoy empezamos a temernos que, siendo las señales positivas, haya miedo a que se les acuse de efecto llamada, de favorecer las mafias, de ayudar a los extranjeros.
Es imprescindible sentarse y tratar el tema de las migraciones en profundidad, ver a qué damos prioridad, contar la verdad de que hasta económicamente hacen falta los inmigrantes, contar las situaciones en el origen que hacen que se jueguen la vida en venir, ver cómo hacer para que se puedan dar rutas seguras de migración, en resumen desmontar los discursos fáciles antiinmigración.
Una palabra que quieren que olvidemos. En el diccionario de la RAE podemos ver dos acepciones:
1. Virtud que se ejercita con peregrinos, menesterosos y desvalidos, recogiéndolos y prestándoles la debida asistencia en sus necesidades.
2. f. Buena acogida y recibimiento que se hace a los extranjeros o visitantes.
Nos quieren hacer ver que hemos perdido nuestros valores, nos bombardean con “sálvate tu y no mires al lado”. Uno de los valores que quieren hacernos creer que hemos perdido es la hospitalidad. Sin embargo viendo alrededor lo que hace la gente, no lo que dice, la mayor parte de la sociedad sigue siendo hospitalaria cuando se acercan personas reales. Salvo pequeños grupos de gente sin valores y sin corazón, perdidos en si mismos, tan egoistas que piensan que ellos solos van a salvarse y tener, y ser los mejores. Las personas, incluso con pensamientos racistas “no pueden venir más, que se vayan a su tierra”, son hospitalarias cuando se les acerca una persona con rostro, con nombre.
¿Por qué entonces se extiende el racismo, la xenofobia, el rechazo al otro? Creo que está muy claro, son los medios de comunicación y políticos sin escrúpulos los que promueven el racismo absurdo que está en contra de de nuestra forma de ser. Unos medios y unos político sinvergüenzas que airean los números de inmigrantes como si la cantidad fuera tremenda, como sin en nuestro país no pudiera haber más, como si fueran a quitarnos la sanidad, la enseñanza, las subvenciones, nuestras costumbres … Todo una mentira para pelear a pobres contra pobres, para aprovechar la incultura que ellos mismos han creado, para mentir descaradamente y que una cantidad muy importante de la población lo crea.
Nos pelean con choques de civilizaciones, con la imposibilidad de desarrollar una diversidad cultural. “No podemos convivir” nos dicen; mandan a idiotas a vocear las maldades de los flujos migratorios, de la presencia de extranjeros pobres; pero no hablan de los extranjeros “de los paises desarrollados” que destrozan las ciudades, que nos obligan a cambiar nuestras costumbres, que aprovechan nuestra hospitalidad para hacer en nuestra tierra lo que no harían en la suya.
Sin embargo, para unos y para otros la mayor parte somos hospitalarios. Cuando se acerca alguien los tratamos con amabilidad, les prestamos la debida asistencia. Somos capaces de ponernos en su situación.
Es cierto que cuando no nos miran cara a cara les damos las espaldas, repetimos lo que nos dicen que digamos. Eso es lo que tenemos que romper. No debemos tener vergüenza de ser buenos, de ser hospitalarios, de entender que vienen por necesidad, por lo mismo que lo haríamos nosotros: defender su familia, su vida. A pesar de los medios y de los políticos manipuladores tenemos que empezar a cambiar el discurso.
La inmigración tiene soluciones. El que quiera migrar debería poder hacerlo, el problema está en que la mayoría de gente que migra lo hace por necesidad. Las soluciones pasan por un cambio en las relaciones con los países de origen. Hay que terminar con procesos de colonialismo y el neocolonialismo, promover los movimientos descolonizadores. África especialmente, pero también Sudamérica y otros países tienen que dejar de ser zona de expolio. Tenemos que facilitar las relaciones económicas de igual a igual. También es necesario acabar con las guerras comerciales, guerras que están acabando con países como Irak, o Siria, o en el centro de África, por ejemplo. Tenemos que dar una oportunidad a las personas en sus países, porque si no tienen un futuro donde están es normal intentar buscarlo en otro sitio. No seamos ingenuos, esto es muy difícil, pero no hay otra solución: o se estabilizan y desarrollan los países de origen, o hagamos lo que hagamos la gente va a seguir migrando.
Tenemos que mantener viva nuestra hospitalidad, incluso si pensamos que no deberían venir. Mientras no se termine con los problemas que generan las migraciones obligadas, tenemos que seguir siendo hospitalarios.