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DERECHOS RETORCIDOS

Los derechos son normas que reconocen y protegen la dignidad de todos los seres humanos. Estos derechos rigen la manera en que los individuos viven en la sociedad y se relacionan entre sí, al igual que sus relaciones con el Estado y las obligaciones del Estado hacia ellos.

Las leyes relativas a los derechos exigen que los gobiernos hagan determinadas cosas y les impide hacer otras. Las personas también tienen responsabilidades; así como hacen valer sus derechos, deben respetar los derechos de los demás. Ningún, gobierno, grupo o persona individual tiene derecho a llevar a cabo ningún acto que vulnere los derechos de los demás.

Hasta aquí parece estar todo claro, pero ¿cómo encajamos el derecho a una vivienda digna en todo esto?

El artículo 47 de la Constitución Española declara que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada y atribuye a los poderes públicos la obligación de promover las condiciones necesarias y establecer las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.

Hagamos un ejercicio de imaginación e imaginemos, aunque igual no es fácil, que esto se cumple y todo español y española disfruta de una vivienda digna y adecuada, que cualquier español o española puede destinar el 43% de su salario (según el INE) a una vivienda digna y seguir viviendo dignamente, cosa que no es sencilla, o que el Estado ha garantizado el derecho a esa vivienda digna en el caso de no poder hacer frente a ese gasto.

Después de imaginar todo esto hay que preguntarse ¿qué pasa con las personas extranjeras?

El 13.4% de la población que habita en España es extranjera, 8.775.213 personas, ¿hay que entender que estas personas no tienen derecho a esta vivienda digna y adecuada?

Vayamos más allá ¿qué pasa con las personas en situación irregular, esos extranjeros de segunda, los inmigrantes (porque en España solo es inmigrante el que viene de manera irregular o no es blanco caucásico, no me pregunten por qué)

Pues yo les diré qué pasa. Pasa que la imposibilidad de presentar una nómina (recordemos que para pasar de irregular a regular hay que, no solo sobrevivir 3 años, sino poder demostrarlo) dificulta aún más la consecución de lo que, para otros, es un derecho, la vivienda digna y adecuada. Personas que han cumplido con todo lo que se les pide cuando llegan aquí que, básicamente, es sobrevivir sin molestar, que se adapten a nosotros, que trabajen en lo que no queremos, cobrando lo que no queremos cobrar los españoles. En muchos casos son familias que han escolarizado a sus hijos, están aprendiendo el idioma y las costumbres, en resumen, están haciendo un esfuerzo de integración a pasar de las dificultades que les plantea el nuevo contexto social.

En la Asociación Almería Acoge llevamos trabajando con población migrante desde hace más de 35 años y contamos con programas financiados por el Ministerio que garantizan el acceso a una vivienda digna de manera temporal, tanto a personas recién llegadas como a jóvenes que llegaron siendo menores y, al cumplir la mayoría de edad, salen de los centros de tutela.

Desde Almería Acoge se trabaja diariamente para que familias, jóvenes, o personas que vinieron solas logren la independencia de los programas, trabajamos para devolverles la dignidad y autonomía que muchos perdieron en el camino y para conseguir la plena inclusión de estas personas en la sociedad almeriense. Pero el acceso a la vivienda es el talón de Aquiles de nuestros programas (recordemos que estábamos imaginando que el resto de población tienen cubierto este derecho como la Constitución indica) y se nos hace imposible conseguir viviendas tanto para garantizar el acceso temporal como para que estas personas logren su independencia una vez finalizada su estancia con nosotros.

Por eso hacemos un llamamiento a repensar nuestro modelo de mercado inmobiliario, tanto a nivel social como individual, a recordar por qué se creó un Articulo 47 en la Constitución y a dejar de ver la vivienda digna como un negocio y al prójimo como un okupa.

Rafa Sánchez Guiard

LA NECESIDAD DE CREAR ESPACIOS HABITABLES

Trabajo desde hace mas de treinta años con población migrante y a lo largo de este tiempo siempre me cuestiona la misma idea: la sociedad se convierte en un mundo hostil en el que es difícil habitar, por un lado en sentido físico: la población migrante se ve en muchas ocasiones avocada a vivir en condiciones inhumanas, en infraviviendas, en el caso de Almería en grandes asentamientos, lugares inhóspitos en los que se amontona la basura y se quiere también amontonar a las personas como si fueran desechos; y por otro, en sentido simbólico, faltan lugares en los que uno pueda sentirse acogido cultural y personalmente, aceptado, respetado, faltan lugares emocionales que sean habitables, como los llama José Laguna.

Este drama de falta de espacios habitables comienza en los propios países de origen del migrante y es la causa de que se vean forzados a salir de ellos, el Norte depreda a los países del Sur, el neoliberalismo salvaje que nos envuelve convierte en mercancía todo lo que toca y los hace inhabitables para sus pobladores, no solo por la explotación y saqueo de sus materias primas sino también por la corrupción de sus élites políticas y económicas y por la dependencia a nivel tanto político como económico. El Norte ha convertido a estos países en grandes basureros, es desalentador ver en África el problema que causa el plástico o los residuos tóxicos de material industrial y electrónico desechado; he conocido ayuntamientos de estos países que no tienen dinero ni medios para recoger la basura todos los días, mucho menos para tener plantas de reciclaje de residuos. Se convierten así en lugares inhabitables tanto física como simbólicamente, es normal que cualquier persona desee salir de ellos buscando otros que les han vendido como más habitables.

Pero el drama no termina aquí, este es solo el comienzo que continua con un viaje migratorio inhóspito e inhumano, que deja un reguero de muerte en el camino y que termina con la llegada al soñado Norte, a Europa, para encontrarse viviendo en un asentamiento, un lugar inhóspito e inhabitable donde se convierten en los nuevos esclavos del siglo XXI, son los nuevos descartados del sistema, los excluidos y empobrecidos, los “nadies” de los que hablaba Eduardo Galeano. Son los no queridos ni reconocidos como persona, sino sólo como mano de obra que se utiliza cuando se necesita y se deshecha cuando no hace falta. No se hace esfuerzo alguno por generar espacios de convivencia, y además, como los “pobres de solemnidad” que piden en las calles, se considera que afean los pueblos y ciudades y son un problema de cara al turismo.

Es lo que pasó, por ejemplo, con el Asentamiento del Walili en el Campo de Níjar en la provincia de Almería, estaba en una encrucijada de caminos que lleva a algunas de las playas más bonitas de la provincia; un lugar bastante visible que ha generado una dinámica perversa por parte del Ayuntamiento que declara a las personas que lo habitan como no sujetas a derechos, disfrazada de una “bondad y cuidado hacia ellos”. De manera unilateral, la administración pública decidió eliminarlo, en teoría esto es bueno y deseable, ningún asentamiento chabolista es un lugar habitable, pero el problema es cuando se hace de espaldas a las personas que, de hecho, lo habitan, como si no tuvieran nada que hacer o que decir.

Pilar Castillo autora del artículo

No basta con eliminar físicamente un asentamiento, es necesario hacer una labor de reconstrucción personal, de reconocimiento y participación en el proceso de las personas que lo habitan, es necesario trabajar también esa otra parte emocional y simbólica, pero cuando desde la sociedad en general y desde la política en particular no se apuesta por ello, significa que en realidad no estamos generando espacios habitables.

En nuestra sociedad es imprescindible construir espacios habitables y esto supone trabajar la convivencia, considerar al otro como persona igual a mi, sujeto de derechos y de dignidad, es necesario crear espacios de reconocimiento del otro, creer que cada persona es parte de la solución y es necesario tenerla en cuenta. Crear espacios habitables supone trabajar lo comunitario, lo participativo, devolver a la persona su derecho a soñar junto a otros, junto a otras.

Supone que la persona y no el mercado sea el centro de la sociedad.

Ojalá, que más allá de cualquier Walili, ante cualquier asentamiento, infravivienda o barrio marginado seamos constructores de espacios y lugares habitables tanto física como simbólicamente.

Pilar Castillo García

COMUNICADO ANTE EL DESALOJO DEL WALILI

Las organizaciones firmantes ante el desalojo previsto para el asentamiento chabolista de Walili manifiestan:

Compartimos la convicción de que toda la sociedad, encabezada por las administraciones públicas, debemos hacer todos los esfuerzos posibles por erradicar cualquier realidad de infravivienda, y asegurar el acceso a una vivienda digna a todas las personas.

También compartimos compromiso y esfuerzos continuados durante años por la dignificación de las condiciones de vida de las personas que se ven obligadas a ocupar asentamientos informales como el de Walili, que en absoluto garantizan seguridad y dignidad a las personas que trabajan en la nuestra provincia.

En este sentido, en el marco de este trabajo estas organizaciones hemos apoyado los estudios y propuestas que la Universidad de Granada realizó por encargo del Ayuntamiento de Níjar, en orden a buscar alternativas de alojamiento para las personas que habitan en asentamientos chabolistas de este término municipal, y que se han visto plasmadas en esta primera iniciativa de construcción de 62 viviendas en Los Grillos.

Nuestra colaboración se ha concretado en la aportación de propuestas, el acompañamiento a las personas afectadas, y la transmisión de la información que hemos ido disponiendo.

Reconocemos que el Ayuntamiento de Níjar ha invertido esfuerzos, recursos y dedicación sincera que quizá no han producido todos los frutos deseables , pero también reconocemos que la forma de
gestionar esta compleja realidad necesita mejorar y en esas mejoras también nos ofrecemos a seguir colaborando.

En este sentido agradecemos que el Ayuntamiento haya reformulado algunas de sus posturas iniciales, asegurando a día de hoy que todas las personas que serán desalojadas en próximo día 30 contarán con la oferta firme y real del ayuntamiento de un alojamiento temporal de emergencia, mientras se resuelve su ingreso en viviendas más normalizadas . No obstante, seguimos lamentando que el desalojo se haya precipitado de esta forma sin tener aún terminadas las 62 viviendas en las que se podrá atender al alojamiento digno de estas personas prolongando durante algunos meses el alojamiento de emergencia.

Lamentamos que no se pueda proceder a un retraso del desalojo, que reiteradamente hemos pedido al Ayuntamiento, según nos comunican por motivos jurídicos de peso. Consideramos que el procedimiento final debería haberse realizado asegurando una mayor coordinación y comunicación con las entidades sociales.

El acuerdo que firmamos establecía que éramos cinco las partes intervinientes: Universidad de Granada, Instituciones Públicas involucradas (Ayuntamiento …), empresariado agrícola, ONG ́s y
personas trabajadoras. En este sentido, las organizaciones firmantes estamos convencidas de que el proceso habría sido mucho más exitoso si se hubiera contado más con las personas afectadas,
recordamos que se trata de personas empobrecidas y en situación de exclusión, pero con total capacidad de interlocución y de implicación en la búsqueda de las mejores soluciones, en las que inevitablemente deben estar implicadas.

Lamentamos que ante el gran reto que supone una intervención de este tipo, se sumen otros actores externos, que constituyen una amenaza a los esfuerzos que está haciendo el propio Ayuntamiento y las
organizaciones firmantes. Es intolerable la presión de quienes sólo amenazan con la vigilancia o el enfrentamiento, sin ofertar alternativas, boicoteando cualquier iniciativa por mejorable que
pueda ser.

Deseamos, por último, dejar claro nuestro compromiso de continuar colaborando con la iniciativa del Ayuntamiento de Níjar para dignificar la vida de las personas que habitan éste y otros asentamientos
chabolistas, aportando, como hasta ahora, nuestra experiencia y recursos; y de seguir dedicando todo nuestro esfuerzo a promover la mejor inserción social y laboral de las personas que habitan en el
municipio, desde el reconocimiento de su igualdad y el respeto a su dignidad.

Asociación Almería Acoge
Fundación Cepaim
Hermanas Mercedarias. San Isidro
Médicos del Mundo

OTRO INCENDIO EN ASENTAMIENTOS

Mientras la mayoría estabámos terminando de celebrar las fiestas de Navidad, la desgracia se volvía a cebar con los más vulnerables, con los más pobres: un nuevo incendio se produjo ayer en un asentamiento en la comarca de Nijar, en la zona del Cautivo.

Ha sido en una nave abandonada en cuyo interior se habían construido varias chabolas para guarecerse del frío y las inclemencias del tiempo, donde por motivos que aun se desconocen, se ha producido un incendio. No es difícil pensar los motivos, el frio, la basura acumulada que no se retira, el hacinamiento …

De nuevo personas desalojadas, más de 20, que en estos días de frio no tienen donde pernoctar, que posiblemente encuentren más solidaridad y espacio entre los vecinos que tienen tan poco como ellos que en las administraciones. Ciertamente, como en la vez anterior, Almería Acoge y otras organizaciones han estado presentes para colaborar en los posible, paliar las pérdidas y ayudar con los más básico, ropa, agua, etc, pero hace falta algo más de fondo.

De todos modos hay que decir que hoy se ha reunido la mesa de la vivienda de Nijar, pero aunque es triste que no haya ya un plan para estas situaciones que se repiten con cierta frecuencia, al menos hay que reconocer que es un paso el hablar para encontrar soluciones.

Nosotros pedimos vivienda normalizada para la gente, queremos se acaben los asentamientos, pero no con una pala echándolos abajo y tratando de hacerlos invisibles, sino con soluciones reales, con alternativas dignas para estas personas.