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MAMADOU EL DEL WALILI

Hace más de veinte años publicamos un cartel, una campaña de sensibilización sobre los asentamientos chabolistas, ¿necesitan un techo? Necesitan ser tus vecinos. No era la misma chabola pero era la misma historia.

Mamadou vivía en el Walili, ese, por desgracia, famoso asentamiento demasiado expuesto en una rotonda camino de San José para que no hiciera daño a los ojos de mucha gente. A nosotros también nos hacía daño, y no solo a los ojos, como otros muchos espacios de infraviviendas, de chabolas al margen de la carretera y de la sociedad, donde sobreviven miles de personas porque no hay otra, en Níjar y fuera de Níjar.

Conocimos a Mamadou (que lógicamente no se llama Mamadou) hace algo menos de un año. Unos vecinos del mismo barrio nos hablaron de él con preocupación, porque más allá de acompañarlo al médico alguna vez y ayudarle con la comida, no sabían qué hacer. Mamadou padece una de esas enfermedades raras que, a quien le toca, le fastidia la vida, y si ya la tienes difícil pues imagina. Padece el síndrome de Wernicke-Korsakoff, un trastorno cerebral grave formado por dos trastornos cerebrales diferentes, la enfermedad (o encefalopatía) y la psicosis (o síndrome). Son el resultado de un daño cerebral combinado la falta de vitamina BI (Tiamina).

Desde el hospital en el que lo diagnosticaron nos confirmaron que la enfermedad no tiene cura, pero que mejora si se sigue el tratamiento prescrito. Es decir, que es una de esas enfermedades en las que queda claro algo importante en todas, pero en esta fundamental: el cuidado, el acompañamiento, la cercanía, la “projimidad” (que debería significar hacer de prójimo), el cariño… eso que nos identifica como humanos, al menos a la mayoría.

Cuando Mamadou tiene a alguien cerca que se preocupa, que se ocupa en cuidarlo, acompañarlo mínimamente, recordarle que debe tomar la medicación, recordarle que debe alimentarse, mejora considerablemente. Entre sus compañeros – vecinos, y la colaboración de varias organizaciones, Mamadou iba relativamente bien y estábamos buscando alternativas para que fuera mejor, desde su estancia en un alojamiento más idóneo, hasta el regreso con su familia en su tierra de origen.

Pero todo se precipitó como se precipitaron las chabolas bajo el fuego y bajo los tractores el 30 de enero. Había mucha prisa en hacer desaparecer uno de los muchos “asentamientos informales” que hacen daño a los ojos turistas y a la imagen de la agricultura almeriense, y, por supuesto, a las personas que los habitan y a cualquier persona por poco cerebro y corazón que tenga. Y en medio de esa necesaria labor de erradicación de los asentamientos, pendiente desde hace más de veinte años pero ahora con mucha prisa, se nos suelen escapar los eslabones más débiles, y quedó Mamadou con su Wernicke-Korsakoff, más desorientado, más desprotegido, más desalojado, más sólo… y fue llevado hasta un alojamiento de emergencia que el Ayuntamiento facilitaba a quien quisiera trasladarse, y olvidó medicarse, y olvidó comer y lo encontramos el día siguiente, débil, conmocionado, olvidado.

Mamadou vivía en un asentamiento cochambroso, si, vergonzoso, injusto, indeseable para cualquiera; pero tenía vecinos, era cuidado, importaba. En lo que tarda en desalojarse un asentamiento Mamadou quedó solo, olvidado, traumatizado según los médicos que lo han atendido estos días.

Nadie piense que estoy justificando la existencia de los asentamientos porque haya una persona enferma, cualquier persona más débil, más vulnerable en cualquiera de ellos. Solo intento recordar que cualquier persona, y más aún si es débil, si es vulnerable, es motivo más que suficiente para que revisemos nuestra forma de actuar, nuestra forma de desalojar, de “arreglar” los problemas, de sacarnos la mota que hace daño a nuestros ojos. Cualquier persona, una sola persona, es motivo más que suficiente para rectificar una forma de actuar que no la tenga en cuenta. Estoy convencido de que, si nos esforzamos un poco, somos capaces de hacerlo mucho mejor.

Nota: gracias a la implicación de varias organizaciones sociales, Mamadou cuenta ahora con una alternativa de acogida digna y adecuada a su situación y trabajamos para que pueda volver con su familia.

COMUNICADO ANTE EL DESALOJO DEL WALILI

Las organizaciones firmantes ante el desalojo previsto para el asentamiento chabolista de Walili manifiestan:

Compartimos la convicción de que toda la sociedad, encabezada por las administraciones públicas, debemos hacer todos los esfuerzos posibles por erradicar cualquier realidad de infravivienda, y asegurar el acceso a una vivienda digna a todas las personas.

También compartimos compromiso y esfuerzos continuados durante años por la dignificación de las condiciones de vida de las personas que se ven obligadas a ocupar asentamientos informales como el de Walili, que en absoluto garantizan seguridad y dignidad a las personas que trabajan en la nuestra provincia.

En este sentido, en el marco de este trabajo estas organizaciones hemos apoyado los estudios y propuestas que la Universidad de Granada realizó por encargo del Ayuntamiento de Níjar, en orden a buscar alternativas de alojamiento para las personas que habitan en asentamientos chabolistas de este término municipal, y que se han visto plasmadas en esta primera iniciativa de construcción de 62 viviendas en Los Grillos.

Nuestra colaboración se ha concretado en la aportación de propuestas, el acompañamiento a las personas afectadas, y la transmisión de la información que hemos ido disponiendo.

Reconocemos que el Ayuntamiento de Níjar ha invertido esfuerzos, recursos y dedicación sincera que quizá no han producido todos los frutos deseables , pero también reconocemos que la forma de
gestionar esta compleja realidad necesita mejorar y en esas mejoras también nos ofrecemos a seguir colaborando.

En este sentido agradecemos que el Ayuntamiento haya reformulado algunas de sus posturas iniciales, asegurando a día de hoy que todas las personas que serán desalojadas en próximo día 30 contarán con la oferta firme y real del ayuntamiento de un alojamiento temporal de emergencia, mientras se resuelve su ingreso en viviendas más normalizadas . No obstante, seguimos lamentando que el desalojo se haya precipitado de esta forma sin tener aún terminadas las 62 viviendas en las que se podrá atender al alojamiento digno de estas personas prolongando durante algunos meses el alojamiento de emergencia.

Lamentamos que no se pueda proceder a un retraso del desalojo, que reiteradamente hemos pedido al Ayuntamiento, según nos comunican por motivos jurídicos de peso. Consideramos que el procedimiento final debería haberse realizado asegurando una mayor coordinación y comunicación con las entidades sociales.

El acuerdo que firmamos establecía que éramos cinco las partes intervinientes: Universidad de Granada, Instituciones Públicas involucradas (Ayuntamiento …), empresariado agrícola, ONG ́s y
personas trabajadoras. En este sentido, las organizaciones firmantes estamos convencidas de que el proceso habría sido mucho más exitoso si se hubiera contado más con las personas afectadas,
recordamos que se trata de personas empobrecidas y en situación de exclusión, pero con total capacidad de interlocución y de implicación en la búsqueda de las mejores soluciones, en las que inevitablemente deben estar implicadas.

Lamentamos que ante el gran reto que supone una intervención de este tipo, se sumen otros actores externos, que constituyen una amenaza a los esfuerzos que está haciendo el propio Ayuntamiento y las
organizaciones firmantes. Es intolerable la presión de quienes sólo amenazan con la vigilancia o el enfrentamiento, sin ofertar alternativas, boicoteando cualquier iniciativa por mejorable que
pueda ser.

Deseamos, por último, dejar claro nuestro compromiso de continuar colaborando con la iniciativa del Ayuntamiento de Níjar para dignificar la vida de las personas que habitan éste y otros asentamientos
chabolistas, aportando, como hasta ahora, nuestra experiencia y recursos; y de seguir dedicando todo nuestro esfuerzo a promover la mejor inserción social y laboral de las personas que habitan en el
municipio, desde el reconocimiento de su igualdad y el respeto a su dignidad.

Asociación Almería Acoge
Fundación Cepaim
Hermanas Mercedarias. San Isidro
Médicos del Mundo

UNA PARTE DEL BARRIO QUE ARDE: ASENTAMIENTO DEL WALILI

Imagina que una parte de tu barrio ardiera en llamas. Imagina que tus vecinos y vecinas perdieran su casa, su cama, su ropa, sus muebles, sus fotos, sus documentos y todo aquello que convierte cuatro paredes en un hogar, por muy humilde que este sea. Imagina que tú mismo o tú misma vieras cómo el fuego devora todo lo que tienes reduciéndolo a cenizas. Y, por último, imagina que esto ocurre con una regularidad poco frecuente, con demasiada asiduidad, pongamos cada 5 o 6 meses. ¿No crees que saltarían las alarmas? ¿No sería lógico pensar que está ocurriendo algo anormal y que debería investigarse o, al menos, prestar una especial atención?  ¿No sería lógico que desde los organismos públicos se mostrara algo de interés especial por conocer qué está ocurriendo y por qué un barrio arde cada cierto tiempo? ¿No tendría sentido que se intentara buscar solución a este drama tan recurrente?

Pues esta es la realidad a la que se enfrentan los vecinos y vecinas de los asentamientos del Campo de Níjar y porque, guste o no guste, quiera o no aceptarse, son vecinos y vecinas de esta localidad.

El 28 de Marzo, el fuego volvió a acudir a su cita con los asentamientos, en concreto con el asentamiento de Walili, también conocido como Los Nietos o El Nazareno, que ha ido viendo menguar sus habitantes en los últimos tiempos debido a los incendios. Ardieron entre 15 y 20 chabolas, dejando sin nada a alrededor de 40 personas. Todas están casi seguras de lo que va a ocurrir, pocas pueden asegurar la razón de lo que pasó, pero hoy se despertaban en el suelo, algunas al raso, otras con más suerte en la chabola de algún amigo o vecino se ha ofrecido a acogerlas. Alguna persona todavía se despertaba con la esperanza de reconstruir su chabola, de empezar de nuevo, pero la mayoría es consciente de que las máquinas del ayuntamiento vendrán para limpiar el terreno y socavarlo para que no puedan construir de nuevo sus casas, conocen bien el procedimiento, no es la primera vez que pasa, ni la segunda, ni la tercera, tampoco creen que sea la última.