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TIEMPO DE FRATERNIDAD

Es tiempo de Ramadán, tiempo de Cuaresma, tiempo de primavera, tiempo de fraternidad.

Soy una cristiana a la que una musulmana ha invitado en su mes santo a una “ruptura del ayuno”, los musulmanes, durante el mes de Ramadán, no comen ni beben desde el amanecer hasta el atardecer, ella es una mujer madura, no llega aún a los 60 pero su rostro muestra a una anciana, su vida no ha sido fácil antes ni está siendo fácil en esta etapa tampoco, vive sola en una infravivienda, una habitación sin mas ventilación que la puerta, un  lugar oscuro, donde nunca llega el sol, en medio de un barrio lleno de pobreza y marginación.

No tiene trabajo desde hace años, hace tiempo que nadie la contrata, quizás porque parece muy mayor, para sobrevivir vende lo que puede en un mercadillo desregulado, en el que es la única mujer, ha tenido que vencer muchos obstáculos culturales y sociales para poder hacerlo, no es fácil mantenerse en este espacio de hombres donde la desestructuración está tan presente como la lucha por la supervivencia y la dignidad.

Es pobre y está sola y esa soledad y pobreza le pesan como una losa, no sonríe, no es feliz y ahora en Ramadán cada atardecer tiene que romper el ayuno sola, es un pan amargo.

Esta noche es diferente, ha decidido decir basta y me ha invitado a una ruptura, no sé muy bien porque, yo solo me he dedicado a hablar con ella en el mercadillo de vez en cuando, alguna vez incluso me he sentado con ella sólo para charlar un rato y escuchar sus quejas, su rabia, sus sueños.

Ella dice que ha tenido suerte porque he asistido, pero soy yo la que esta noche ha tenido mucha suerte. En este encuentro descubro que esta comida compartida y repartida desde la pobreza, pero también desde la acogida y desde el cariño, es una comida que nos permite aceptarnos en la diferencia, acercarnos a Dios desde dos experiencias religiosas distintas, pero que no nos separan. Es una comida de hermandad.

La comida se convierte para mí en un sacramento, esta cena ha sido un regalo en esta Cuaresma, la oportunidad de vivir un Jueves Santo de verdad, la mesa estaba preparada con un cuidado exquisito y la alegría que ella trasmitía era contagiosa, mientras esperábamos los últimos minutos para empezar a comer, no paraba de bromear, había sacado a pasear la niña que lleva dentro y éramos muy felices.

Gracias hermana mujer, por tu lucha en medio de las dificultades y de la soledad, por seguir adelante a pesar de todo, tu testimonio me ayuda a no rendirme.

Gracias hermana pobre, por ayudarme a comprender la dignidad en medio de esa pobreza, la importancia del compartir, aunque se tenga poco o casi nada, la alegría de ese compartir, gracias por abrirme tu casa pobre que me ayuda a darme cuenta de cuantas cosas acumulamos, cuánto nos sobra, me recuerda que en medio de todo lo que acumulo lo que debo buscar es a las personas.

Gracias hermana musulmana, por compartir conmigo tu comida, por ayudarme a acercarme a ti. 

Pilar Castillo

NECESITO ESPERANZA

¡Qué tiempos!, dicen los viejos, ¡qué tiempos nos ha tocado vivir!. Para los jóvenes, sin embargo, no son ni buenos ni malos tiempos, viven desde la inmediatez de las redes sociales, viven desde la felicidad o la desesperación, a veces sin cerebro, que da sentirse aceptado o rechazado socialmente.

A todos, la sociedad nos hace vivir solo el momento, lo efímero, vidas hechas de instantes, sin pasado y sin futuro, vivimos desde el mí, me, conmigo mismo, del individualismo salvaje y desde la convicción del “consumes, luego existes”.

Sin embargo, para los que vivimos en los márgenes de la sociedad, para los excluidos, para las excluidas, todo se complica un poco mas porque queremos vivir como los demás, en lo efímero, en la inmediatez y la aceptación en las redes sociales, estamos empapados hasta los huesos, como el resto, de individualismo y de consumismo, pero nos sabemos al margen, expulsados de una sociedad a la que queremos pertenecer pero que no nos quiere.

En mi barrio hace años que dejó de entrar el autobús y ya nadie pelea por él, en mi barrio mi hija se puso muy enferma a las 3 de la mañana y al llamar a la ambulancia me contestaron que, si tenia coche que la llevara a urgencias, que a esa hora la ambulancia no iba a venir al barrio, me sentí vulnerable y desprotegida, la vida de mi hija parece que no vale nada porque vivo en la exclusión, y la rabia me sube un instante hasta el corazón y la mente, me sube hasta la garganta y grito, pero mi grito está solo, y se queda ahogado en la desesperanza.

Estoy cansada de sentirme marginada, estoy cansada de sentir que mi vida no va a cambiar, cansada de escuchar a mis vecinas decir que no tienen suerte, quizás no es suerte lo que necesitamos, sino esperanza. Estoy cansada de aprender la desesperanza, necesito aprender a tener esperanza en mi vida, necesito ver esperanza en los ojos de mis vecinos y vecinas, en los ojos de los jóvenes y de los niños.

Necesito que comience un tiempo de esperanza, de esa esperanza que no sea una mera ilusión, que no sea como un cohete que estalla en el cielo y por un instante ilumina nuestras vidas con múltiples colores, necesito de esa esperanza que nos anime a seguir adelante, buscando nuevos caminos, nuevas formas de vivir y convivir, de esa esperanza que me hace sentirme y ser persona, y además persona junto a otros.

Necesito sentirme esperanzada, sentir que podemos hacer entre todos que en mi barrio las cosas cambien. Que entre el autobús al barrio, que recojan la basura, que tengamos al menos papeleras, que venga la ambulancia cuando hay una urgencia, sea la hora del día o de la noche que sea. Sentir que mi hija puede tener un futuro mas allá de la pantalla del móvil y de la basura de la calle, mas allá del consumismo y de las fakenews, mas allá de sentirse excluida porque es pobre, o porque es inmigrante.

Sí, inequívocamente, lo que yo necesito, lo que mi hija necesita, lo que necesita mi barrio es ESPERANZA.

4 DE FEBRERO, DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER

En este día, los jóvenes del Proyecto de Extutelados de Almería Acoge quieren mandar un mensaje de apoyo a todas las personas que luchan contra el cáncer, especialmente a las mujeres que enfrentan el cáncer de mama. Este gesto solidario nos recuerda la importancia de la concienciación, la prevención y el acceso a tratamientos adecuados la detección temprana que puede salvar vidas y, sobre todo, que la lucha contra el cáncer es de todos. Juntos somos más fuertes. 

Un espacio de aprendizaje y reflexión

A lo largo de una sesión de una hora y media, los participantes pudieron conocer de manera sencilla qué es el cáncer, cuáles son los tipos más comunes en el mundo y en España, y por qué es fundamental la detección temprana. A través de una dinámica de lluvia de ideas, los jóvenes compartieron sus conocimientos previos y reflexionaron sobre la importancia de hablar abiertamente de esta enfermedad para romper tabúes y miedos.

Uno de los momentos más significativos del taller fue la actividad de los lazos de colores, en la que los participantes aprendieron el significado de cada color en la lucha contra los distintos tipos de cáncer y la importancia de visibilizar el apoyo a las personas que padecen esta enfermedad. Además, se presentaron datos sobre la incidencia mundial de la enfermedad, destacando que en 2020 se registraron 20 millones de casos nuevos y que el cáncer de mama fue el más frecuente, afectando a más de 2 millones de personas.

Participación activa y compromiso con la prevención

Durante el taller, los jóvenes participaron en una actividad interactiva donde debieron clasificar diferentes hábitos como saludables o perjudiciales para la prevención del cáncer. Esta actividad permitió que comprendieran la importancia de llevar una alimentación equilibrada, hacer ejercicio regularmente, evitar el tabaco y el alcohol, y acudir al médico ante cualquier síntoma sospechoso.

También se abordó el impacto emocional del cáncer y el papel fundamental que juega la actitud positiva en el proceso de tratamiento. Los jóvenes reflexionaron sobre cómo pueden apoyar a una persona que esté luchando contra esta enfermedad, resaltando la importancia de acompañar sin juzgar, motivar sin presionar y celebrar cada pequeño avance.

Un mensaje de apoyo a las mujeres con cáncer de mama

El taller concluyó con un gesto solidario que llenó de emoción a todos los presentes: la grabación de un video en varios idiomas en apoyo a las mujeres que están luchando contra el cáncer de mama. En esta grabación, los participantes expresaron mensajes de aliento y esperanza, reafirmando que nadie debe enfrentar esta batalla en soledad.

Desde nuestra asociación, queremos agradecer la participación activa de todos los jóvenes que formaron parte de este taller. Su interés, reflexiones y compromiso con la prevención son una muestra del impacto positivo que generan estas iniciativas.

Seguiremos promoviendo espacios de concienciación y formación, porque creemos firmemente en el poder del conocimiento, la prevención y la solidaridad para construir un futuro más saludable para todos.

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El programa de jóvenes extutelados está impulsado por la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad y cofinanciado por el FSE+, trabaja por la inserción social y laboral de jóvenes migrantes extutelados y en situación de vulnerabilidad.

18 De Diciembre: Día Internacional Del Migrante

Queríamos empezar esta reflexión con algo que nos recuerda la UNESCO: «La migración es un fenómeno mundial impulsado por muchas fuerzas. Estas comienzan con aspiraciones de dignidad, seguridad y paz. La decisión de salir de casa es siempre extrema y, con demasiada frecuencia, el comienzo de un viaje peligroso, a veces con un final fatal».

Queremos aprovechar este día para volver a poner la reflexión de un grupo de chicos que han hecho ese viaje peligroso y que nos recuerdan todo lo que han perdido en el y todo lo que su tierra está perdiendo. Una reflexión muy profunda.

«Soy África. Todos me conocen y saben dónde estoy. Soy hermosa por dentro y por fuera; tengo desiertos infinitos, selvas y ríos que cuentan diferentes historias. Pero también llevo cicatrices que crecen cada día, ausencias que duelen y sueños que nunca vuelven.

Tengo una pena en lo más profundo de mi corazón porque mis hijos me dejan con la esperanza de encontrar algo mejor, y muchos no regresan a mí. Mis hijos buscan aquello que no encontraron en mi seno, no porque yo se lo haya negado, sino porque el mundo me ha saqueado y me ha olvidado. Cada día los veo partir, sabiendo que algunos nunca volverán, sabiendo que las olas reclamarán sus vidas antes de que puedan tocar otras tierras. Aunque algunos logran llegar, mis llantos son por aquellos cuerpos que flotan en el mar sin ninguna dirección.

El mar debería ser un puente para cruzar, pero se ha convertido en un cementerio de almas y sueños. Conozco cada cuerpo que se hunde en sus aguas. Sé sus nombres, sus historias, sus anhelos y sus ilusiones. Eran madres, padres, hermanos, hijos. Eran mis hijos. Y el dolor de perderlos me atraviesa el alma como un cuchillo afilado. ¿Dónde está la justicia para ellos? ¿Por qué sus vidas valen menos solo porque nacieron en mi suelo?

Soy rica en recursos, en cultura, en historia, pero también soy prisionera de la codicia humana y de la indiferencia de un mundo que cierra los ojos a mi sufrimiento. Me pregunto cuánto más debo llorar por mis hijos antes de que se entienda que ellos no emigran por elección, sino por necesidad. Cada patera que se pierde, para el mundo es solo un número más, pero yo no los olvido. Los llevo en mi corazón, aunque el mundo los deje atrás. Cada ola que veo y siento me recuerda a esos hijos e hijas que perdí porque buscaban un futuro mejor.

Mis lágrimas brotan porque sé que merecían algo más que una muerte solitaria. Me rompe el corazón ver familias destrozadas, hijos huérfanos, mujeres y niñas solas. Y mientras el mundo siga ignorándolos, mi llanto no cesará, porque ellos son y siempre serán parte de mí».

ACOGER, ESE VERBO TRANSITIVO

Casi siempre nuestro nombre dice mucho sobre quienes somos, o, al menos, de dónde venimos. Es frecuente que conocer nuestros orígenes, aquello que nos fundó, nuestra “etimología”, por así decirlo, nos haga entender mejor el alcance de lo que somos, de lo que hacemos y de lo que queremos ser.

Almería Acoge lleva este “apellido” desde hace 35 años, nos une a una familia desde nuestro origen, y creo que reflexionar sobre el significado de este “apellido” aclara quien quisimos ser desde el principio y cómo nos esforzamos en seguir siéndolo.

Al final todo parecer venir de “capere”. Capere, que venía del latín, se quedó, allá por el año 1.000 como “coger” aunque a finales de 1.200 engendró otra palabra preciosa, “accipere”, porque ya no significaba solo un acto, “coger”, sino que recordaba que todo acto implica una actitud, que no es otra que su significado: “aceptar”. Un poco antes, sobre 1.100, había nacido “acoger”.

No se puede “acoger” nada sin aceptarlo, por eso tiene la misma madre que “escoger” que significa “coger entre varios”. Es normal, entonces, que la actitud de aceptar (en latín “accipere”) proceda también de aquel “capere” y de su hermano “recipere” que en castellano dio en “recibir” y también, claro, recibimiento, recepción, o esa otra tan preciosa: “receptáculo”. Y para reforzar la imagen de que recibir, ser receptáculo, es tan sano para las personas, comparte origen desde 1.600 con receta (“recepta”) “las cosas tomadas para hacer un medicamento”.

A todo esto, comencé a escribir estas refelxiones con mi “Juan Corominas” en una mano y el bolígrafo en la otra, porque la RAE dice que “acoger” es un verbo transitivo, porque para tener todo el sentido requiere de un complemento directo, en este caso siempre mejor “alguien”: dicho de una persona, admitir en su casa o compañía a alguien”; también “refugiar o dar albergue”.

Siempre me ha parecido un verbo espléndido, pero ahora aún más, cuando recuerdo su parentesco con esa actitud de aceptar; aceptar como requisito para acoger, para recoger, para recibir, para mirar a la persona igual, parecida o diferente como alguien que me ofrece esa medicina de ser receptor y receptáculo de su historia, de su vida, receptor de otras formas de contar los cuentos o de cantar amores, también de llorar las penas y de buscar hombros amigos.

La identificación personal con nuestro apellido Acoge, es lo que hace que me escandalice cuando alguien se niega o se resiste a acoger a las personas que lo necesitan, sean menores o adultas. No se puede despreciar la mejor de las oportunidades para crecer como persona. Recordar nuestro origen etimológico debería llevarnos siempre a agradecer, sobrecogidos, cada ocasión que tengamos de aceptar, acoger, recibir, tantas personas que nos convierten en receptáculo de tantos sueños.

Juan Miralles

4 METROS CUADRADOS

4 Metros cuadrados es, en muchos casos, el lugar donde se tienen todas las posesiones. El espacio de intimidad, de descanso, de domir. Por supuesto sin agua corriente ni luz, de plástico. Si arde se pierde todo. Un todo que es nada para muchos, pero es todo para esa persona.

En Almería unas 5.000 personas habitan en asentamientos chabolistas, en cortijos semiderruidos, en las afueras de nuestros pueblos, diseminados entre ese mar de plástico que han formado los invernaderos almerienses. Son cientos de pequeñas construcciones muchas veces invisibles. Son 39 los asentamientos de este tipo que cuentan con más de 20 personas malviviendo en ellos, en estos asentamientos son 3.376 personas las que malviven sin acceso a agua potable, sin suministro eléctrico normalizado; soportando el frio o el calor debajo de plásticos o entre paredes semiderruidas. Un 86% son hombres, el 13 % mujeres y el 3% (más de 100) son menores que están creciendo en este entorno tan injusto y vergonzoso.

Por eso desde el ALMERÍA ACOGE, en este entorno del CÍRCULO DE SILENCIO que organiza Almería Contra la Pobreza, hemos querido acercar lo que es una chabola real. Nos hemos esforzado porque parezca habitable, las personas que moran en ellas intentan que sean habitables, es su casa, su hogar. Pero no es noramal ni debemos normalizarlo.

Hemos leido una reflexión que lo dice todo:

NO ME CONOCEN
NO ME ACEPTAN
NO ME VISITAN
NO ME TRATAN CON CARIÑO
NO ME MIRAN
NO ME SALUDAN
NO COMPARTEN SU PAN Y SU TIERRA CONMIGO
PERO ME NECESITAN
CULTIVO SUS CAMPOS,
CUIDO DE SUS MAYORES
HAGO LOS TRABAJO INGRATOS QUE NADIE QUIERE
PERO ME EXPLOTAN
ME ROBAN MI DIGNIDAD
ME TRATAN PEOR QUE A UN ANIMAL
ME CIERRAN LAS PUERTAS DE SUS CASAS
DE SU TIERRA
DE SUS CORAZONES
PERO NECESITO SENTIRME ACOGIDO
NECESITO SENTIRME ACOMPAÑADO
NECESITO SENTIRME QUERIDO
NECESITO SENTIRME VECINO
NECESITO SENTIRME PERSONA
NECESITO QUE ME MIRES Y ME VEAS

Después la dinámica ha sido cambiar frases de denuncia por frases de acogida:

FRASES QUE INTERROGAN / DENUNCIAN

TRABAJO CONTIGO ¿VIVO COMO TU?
ME VEO OBLIGADO A VIVIR ASI
ME MIRAS PERO ¿REALMENTE ME ESTAS VIENDO?
¿QUÉ SENTIRÍA TU FAMILIA SI TE VIERA VIVIR ASI?
CULTIVO TUS CAMPOS ¿POR QUÉ ME EXPLOTAS?
¿PODRÍAS VIVIR ASÍ?
SIENTO MI CULTURA PISADA
MIRAME, SOY UNA PERSONA

FRASES COMPROMISO / ACEPTACION

TE RECONOZCO DIFERENTE, TE QUIERO DIFERENTE
NO TE QUIERO VER EXPLOTADO
TE QUIERO COMO VECINO
TE VEO COMO UNA PERSONA
TE ACEPTO COMO ERES
TE MERECES TRABAJAR DIGNAMENTE
VIVE COMO YO, DIGNAMENTE
TE QUIERO VER VIVIR DIGNAMENTE
TE MIRO, TE RECONOZCO
TE QUIERO COMO AMIGO

Por último hemos leido una reflexión de Eduardo Galeano

«Los emigrantes, ahora» de Eduardo Galeano

Desde siempre, las mariposas y las golondrinas y los flamencos vuelan huyendo del frío, año tras año, y nadan las ballenas en busca de otra mar y los salmones y las truchas en busca de sus ríos. Ellos viajan miles de leguas, por los libres caminos del aire y del agua.

No son libres, en cambio, los caminos del éxodo humano. En inmensas caravanas, marchan los fugitivos de la vida imposible. Viajan desde el sur hacia el norte y desde el sol naciente hacia el poniente.

Les han robado su lugar en el mundo. Han sido despojados de sus trabajos y sus tierras. Muchos huyen de las guerras, pero muchos más huyen de los salarios exterminados y de los suelos arrasados.

Los náufragos de la globalización peregrinan inventando caminos, queriendo casa, golpeando puertas: las puertas que se abren, mágicamente, al paso del dinero, se cierran en sus narices.

OTRA VEZ LA DESOLACIÓN DEL FUEGO

Hoy os presentamos un artículo diferente sobre una situación que desgraciadamente se repite con mucha frecuencia. Un artículo desde la cercanía, con una mirada distinta sobre lo que ocurre en los asentamientos y en estas situaciones de desolación.

Ayer se produjo nuevamente un incendio en uno de los asentamientos de la provincia, en concreto del campo de Nijar, es un asentamiento en el que viven alrededor de 800 personas, aunque nadie lo sabe muy bien, y alrededor de 200 se han visto afectadas por el incendio, la desolación es enorme en la zona de chabolas afectadas, algunas viviendas están totalmente arrasadas, solo algunos hierros retorcidos se ven aquí y allá, es un asentamiento en el que no viven solo hombres, que es lo habitual y lo mayoritario en los asentamientos de la zona, en este asentamiento también viven mujeres y familias.

Como es habitual muchas organizaciones se han volcado hoy en ver que necesitan las personas afectadas y se ha empezado a hacer reparto de elementos básicos, mantas, comida…, aun sabiendo que esto es importante, para mi había otras cosas que trabajar hoy con los y las habitantes de este asentamiento, y es la necesidad se sentirse escuchadas, de que puedan contar su historia, que se puedan sentir acompañadas en su duelo, en definitiva cuidar el aspecto emocional de quien una vez más ve fracasar su vida, ve de nuevo que vuelve a quedarse sin nada, con la incertidumbre de dónde dormir esta noche.

Siempre que se va y se interviene en una situación así, nos creemos los importantes, los rescatadores, yo hoy he querido ir con otros ojos, con otra mirada, devolverles el protagonismo a estas personas y descubrir desde ahí lo mucho que me han enseñado ellas: he visto la solidaridad que nace desde los iguales, cómo un grupo de mujeres se han organizado para hacer comida para los que lo han perdido todo, personas que anoche ya acogieron en su chabola a otros vecinos y vecinas más afectados, y me ha impresionado la fortaleza de una de las mujeres con las que he hablado, delante de su chabola totalmente arrasada me decía con convencimiento, “no pasa nada, la hice con mis manos yo sola, vuelvo a no tener nada, pero
volveré a rehacer mi vida, sé que puedo”.

Gracias por lo que me enseñáis desde la pobreza más extrema.

Pilar Castillo

ENTRADA AL PARAISO

Playas de Tenerife

Playas de Tenerife

No diré mi nombre, ni mi nacionalidad, ni mi familia y los sueños que me hacen sentirme como un ser humano, los ocultaré en lo más profundo de mi mente. Ante los demás seré Mohamed X, puede que magrebí, puede que de un país del Sahel. Si me pregunta mi edad solo responderé “menor”, no importa que sea o no cierto, no importa que digan lo contrario basándose en unas pruebas poco fiables.

Hablo correctamente inglés, francés y castellano, además de mi árabe natal, pero tampoco se oirá de mis labios una palabra que no sea árabe.

Les oigo dirigirse a mí en ese suave castellano de Canarias, pero no respondo. No respondo a palabras amables, aunque vayan acompañadas de cálidas miradas en los voluntarios de la Cruz Roja o, incluso, de algún policía. No respondo a palabras frías de fórmulas administrativas y miradas indiferentes o de fastidio. No respondo a palabras de burla y ojos de prejuicio, desprecio, de odio.

No respondo aunque las entiendo muy bien, y no dejo que mis ojos reflejen agradecimiento, dolor ni indignación. Mis ojos están cubiertos por la bruma de una ignorancia tan fingida como deseada. No respondo porque mi silencio puede ser la llave de la puerta del paraíso.

Soy una sombra, he elegido disolverme en la bruma, ser un fantasma estúpido esperando que todos dejen de verme, de hablarme. Convertirme en un invisible, como esos insectos que se camuflan entre las plantas para evitar que se los coman los depredadores.

Es curioso que yo me sumerja voluntariamente en tanta oscuridad, a veces creo que me hará daño. Yo me he dedicado a ser visible, a ir delante de la gente, a conocerla por su nombre, por sus gustos, por sus caprichos y necesidades porque ese era mi trabajo: hacerme imprescindible ante mis clientes, los turistas. Yo era para ellos un ser luminoso y mágico, dotado de poder, capaz de sacarlos de sus apuros, satisfacer sus necesidades legítimas y caprichos superfluos, hasta una especie de psicólogo cuya terapia apaciguaba esa soledad profunda que busca olvido en un viaje exótico.

¿Volveré a ser ese joven ocurrente, más listo que el hambre y comunicativo? ¿Me quedaré convertido para siempre en “algo” sin valor, invisible, amorfo, un estúpido que olvidó sus esperanzas y quedó naufrago en la vida?

Sé que existen esos náufragos, muertos vivientes a los que se les borró el sueño del paraíso entre las olas del rechazo y la indiferencia. Otros tuvieron más suerte, simplemente se ahogaron en un naufragio de verdad. Al menos se fueron al fondo sin dejar de creer que mereció la pena morir en el intento.

Confiado en mi preparación decidí embarcarme hacia Europa. Conozco la historia de Ulises, el héroe griego que tenía respuestas para las situaciones más complicadas y como él me lancé al mar, yo también debía ganar la guerra a la pobreza, a la falta de futuro en que toda mi familia se había hundido cuando los turistas dejaron de llegar y mi pequeña empresa quebró.

Ahora he llegado a un puerto de Canarias, somos miles y no saldremos de aquí. No saldremos como no salen los refugiados de Lesbos. No saldremos porque Europa ha decidido convertirnos en ejemplo de que las puertas del paraíso no son tales, sino las del infierno. ¡Quédate en tu país, al menos estarás con los tuyos, y tendrás sueños porque aquí te arrebataremos toda esperanza y nuestra indiferencia acabará por borrar tus sueños, tu autoestima, tu ser! ¡No eres nada, ni nos interesas ni nos dejas de interesar, te hemos arrojado a una cueva habitada por un ogro que no se ve, pero está siempre presente, el ogro de la desesperanza! ¡Ya has jugado con nosotros bastante, dinos tu nombre, tu país y te mandaremos allá en el primer avión de repatriación, incluso te daremos unos cientos de euros para que puedas comer un tiempo, a cambio serás el ejemplo perfecto para que otros no se atrevan a pretender asaltar las puertas del paraíso, de nuestro paraíso!.

También Ulises cayó preso en una cueva con un cíclope que lo quería para devorar. Al menos el cíclope se interesaba por Ulises, aunque fuera como alimento.

Ulises tuvo suerte de tener un ogro que lo apreciaba, aunque fuera como aperitivo, un ogro humano con debilidad por la comida y el vino. Y Ulises supo aprovechar las debilidades del cíclope, aunque para ellos tuviera que disfrazarse de “Nadie”,negar su nombre, su valor, sus habilidades.

Yo juego a ser como Ulises, por eso yo soy también “Nadie”, a “Nadie” no se le puede expulsar. Todo es cuestión de tiempo y oportunidad. En algún momento el ogro tendrá una debilidad y podré escapar como hizo Ulises y navegaré hacia Itaca, hacia mi futuro. Volveré a ser hombre y recuperaré mi dignidad.

Puede que no lo consiga. Este ogro es fuerte, mucho más fuerte que el de la Odisea, porque no tiene rastro de humanidad, aunque sea perversa. Mi ogro está hecho de indiferencia burocrática sin un rasgo de piedad ni desfallecimiento, no me atrevo a pensar la inhumanidad, el egoísmo, los prejuicios, la soberbia que se escuda detrás de ella.

A veces pienso que no lo conseguiré, quedaré reducido a nada, a “Nadie” en el puerto de Arguineguín en la isla de Gran Canaria. Desapareceré entre otros miles de espectros cuyos gritos rebotan en la dura indiferencia de los habitantes del paraíso. ¿Cómo puede el paraíso estar habitado por gente sin compasión ni entrañas?

Que sea lo que Dios quiera.

En el Puerto de Arguinegín, otoño de 2020

Autor: Francisco Sanz.

TIEMPOS DIFÍCILES, TIEMPOS SOLIDARIOS

En situaciones de crisis, la solidaridad y creatividad crecen dentro de los distintos hogares, y esto es, lo que hemos podido vivenciar en nuestra Asociación, Almería Acoge.

Nuestro equipo ha aportado su grano de arroz tratando de atender a distintas familias a las que ha dotado de alimentos de primera  necesidad, además de colaborar para tratar de evitar que se  acrecentara la brecha educativa provocada por el virus, facilitando recursos académicos a los más pequeños de la casa.

A lo largo de estos meses hemos compartidos momentos duros pero  también reconfortantes, como por ejemplo la familia que nos mostraba con una gran ilusión, la receta que habían creado de pimientos rellenos de arroz, a partir de los productos que le hemos entregado, mostrando una gran creatividad y agradecimiento a partes iguales.

No podemos olvidarnos del joven Madjou Bah, confinado desde que llegó a España, y que siempre acompañado de su lápiz y goma, nos sorprende con los dibujos sobre lo que ve a su alrededor. “ Mi nombre es Madjou Bah, de Guinea Conakry, tengo diecinueve años y soy huérfano desde los tres años, mi familia no tiene casi nada”, nos comenta al hablar con él.” Fue aquí donde descubrió su habilidad, y ya desde joven tiene claras sus ideas “comencé a dibujar aquí por una simple razón, para ser un buen ingeniero o un buen arquitecto algún día, pero para eso necesito mucha ayuda para formarme y asumir la responsabilidad de mi familia” nos asegura Madjou. “Y no puedo escribir todo esto sin agradecer a la ONG CEPAIM Y ALMERÍA ACOGE, gracias a Dios, estoy bien alimentado y muy bien, y muchas gracias, gracias, gracias, gracias”, insiste en agradecernos.

Y os compartimos la Ardilla “Brisa” que Madjou Bah, nos ha diseñado como protagonista del cuento que estamos construyendo online con los niños con los que estamos trabajando.

Y por supuesto, no podemos olvidarnos de todas las familias con la que llevamos trabajando desde hace tiempo, que con ilusión nos mandan mensajes y dibujos agradeciendo el apoyo y la solidaridad mostrada, y que nos hace seguir día tras día dando lo mejor de nosotros.

Irene Manzano Barnés

Educadora Social

Trabajadora de Almería Acoge

NUDOS EN LA GARGANTA

De Marga Asensio

Esta mañana, como todas las mañanas, me tomo un café en el bar de la esquina. Me gusta sentarme y oír las noticias en la tele, mientras leo el periódico y me bebe mi café humeante. Como de costumbre, estamos los mismos clientes de todas las mañanas. A veces comentamos alguna noticia de la tele, pero solo a veces.

Esta mañana el titular ha sido “gobierno y sindicatos debaten sobre pateras”. Leer el verbo debatir me ha provocado desasosiego y, evidentemente, preocupación. No hace ni dos días que nos reuníamos en la plaza del Educador, la de la leche (la plaza Juan Casinello) un pequeño grupo de personas preocupadas por lo que está pasando en el Mediterráneo. Tumba marina para miles de personas que no llegan a las cosas del norte. Como todos los días en los que nos reunimos, se hace un nudo por cada muerto en el mar… ya son demasiados, solo uno es ya demasiado. Como todos los días que nos reunimos, se lee un manifiesto y un poema y se te encoge el alma. Como todos los días en los que nos vemos en la obligación de reunirnos, gritamos en silencio, en silencio porque cada nudo en la cuerda es un nuevo nudo en la garganta.

Durante esos encuentros, desgraciados encuentros, a veces hay gente que se nos queda mirando, se detiene, mira, y pasa de largo. Parece que quisieran encontrar algo político por si les interesa, detenerse y unirse… pero es solo la muerte de unos inmigrantes. Anónimos, sin rostro… y al pasar de largo dejan constancia del desinterés que muchos tienen por la vida humana… ¿quién les mandaría embargarse? ¡Con lo mal que estamos aquí! Parecen decir al pasar. Y a mí se me vuelve a hacer otro nudo en la garganta.

Vuelta a la realidad de la cafetería, a la noticia… resuena la palabra debatir. Me gustaría hacerles un nudo en la garganta para que dejen de hablar y pasen a actuar con humanidad.

Termino el café y salgo de la cafetería… estoy segura de que nuestros nudos en la garganta nos humanizan y me voy con la convicción de que hay que seguir trabajando por volver a una sociedad humanizada con nudos en la garganta.

Margarita Isabel Asensio Pastor, Voluntaria de Almería Acoge, forma parte de la Junta Directiva de la Asociación. Profesora UAL, Didáctica de la Lengua y la Literatura.