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NECESITO ESPERANZA

¡Qué tiempos!, dicen los viejos, ¡qué tiempos nos ha tocado vivir!. Para los jóvenes, sin embargo, no son ni buenos ni malos tiempos, viven desde la inmediatez de las redes sociales, viven desde la felicidad o la desesperación, a veces sin cerebro, que da sentirse aceptado o rechazado socialmente.

A todos, la sociedad nos hace vivir solo el momento, lo efímero, vidas hechas de instantes, sin pasado y sin futuro, vivimos desde el mí, me, conmigo mismo, del individualismo salvaje y desde la convicción del “consumes, luego existes”.

Sin embargo, para los que vivimos en los márgenes de la sociedad, para los excluidos, para las excluidas, todo se complica un poco mas porque queremos vivir como los demás, en lo efímero, en la inmediatez y la aceptación en las redes sociales, estamos empapados hasta los huesos, como el resto, de individualismo y de consumismo, pero nos sabemos al margen, expulsados de una sociedad a la que queremos pertenecer pero que no nos quiere.

En mi barrio hace años que dejó de entrar el autobús y ya nadie pelea por él, en mi barrio mi hija se puso muy enferma a las 3 de la mañana y al llamar a la ambulancia me contestaron que, si tenia coche que la llevara a urgencias, que a esa hora la ambulancia no iba a venir al barrio, me sentí vulnerable y desprotegida, la vida de mi hija parece que no vale nada porque vivo en la exclusión, y la rabia me sube un instante hasta el corazón y la mente, me sube hasta la garganta y grito, pero mi grito está solo, y se queda ahogado en la desesperanza.

Estoy cansada de sentirme marginada, estoy cansada de sentir que mi vida no va a cambiar, cansada de escuchar a mis vecinas decir que no tienen suerte, quizás no es suerte lo que necesitamos, sino esperanza. Estoy cansada de aprender la desesperanza, necesito aprender a tener esperanza en mi vida, necesito ver esperanza en los ojos de mis vecinos y vecinas, en los ojos de los jóvenes y de los niños.

Necesito que comience un tiempo de esperanza, de esa esperanza que no sea una mera ilusión, que no sea como un cohete que estalla en el cielo y por un instante ilumina nuestras vidas con múltiples colores, necesito de esa esperanza que nos anime a seguir adelante, buscando nuevos caminos, nuevas formas de vivir y convivir, de esa esperanza que me hace sentirme y ser persona, y además persona junto a otros.

Necesito sentirme esperanzada, sentir que podemos hacer entre todos que en mi barrio las cosas cambien. Que entre el autobús al barrio, que recojan la basura, que tengamos al menos papeleras, que venga la ambulancia cuando hay una urgencia, sea la hora del día o de la noche que sea. Sentir que mi hija puede tener un futuro mas allá de la pantalla del móvil y de la basura de la calle, mas allá del consumismo y de las fakenews, mas allá de sentirse excluida porque es pobre, o porque es inmigrante.

Sí, inequívocamente, lo que yo necesito, lo que mi hija necesita, lo que necesita mi barrio es ESPERANZA.

LA SOLIDARIDAD SIGUE HACIENDO FALTA

Por un lado la pandemia no cesa, esto está llevando a muchas personas en situación complicada a pasar a situación de vulnerabilidad. Por otro lado personas que ya estaban en una situación vulnerable están pasando a una situación crítica.

Desde distintas organizaciones intentamos dar respuestas dentro de nuestras posibilidades. En nuestro caso, que no contamos con apoyos de subvenciones públicas para atender situaciones básicas, sería imposible poder paliar, por lo menos en parte estas situaciones, si no fuera por la solidaridad de personas y empresas que siguen haciendo sus donativos.

Gracias a esto Almería Acoge sigue dando productos frescos y no perecederos a multitud de familias a las que les hace mucha falta, se entregan lotes en función de las necesidades. A estas familias las acompañamos para tratar de que encuentren una salida digna a su situación, las que acompañamos para que no caigan en la desesperación absoluto y tengan un horizonte. Por esto seguimos necesitando de la solidaridad de las personas para seguir con este trabajo y visión de los gobiernos para dar solución real a estas situaciones.

LAS NECESIDADES EN LOS ASENTAMIENTOS AUMENTAN

En la zona de Nijar durante este verano el equipo no ha podido descansar. La situación de los asentamientos es muy compleja y está siendo necesario hacer un esfuerzo extra.

Esto se nota en un aumento de trabajo tanto en el Centro de Día donde prestamos servicios de lavanderia, aseo personal, asesoramiento jurídico, etc, como en el trabajo de calle dentro de los propios asentamientos.

Poco a poco hemos descubierto que las necesidades más importantes hay que atajarlas desde los mismos asentamientos, por eso nos hemos volcado en esta ayuda ya que no siempre les resulta sencillo salir de los mismos, aunque nosostros les pedimos ese esfuerzo para algunas actividades.

Algunas de las actividades que se están realizando en los asentamientos son las clases de español, el acompañamiento relacionado con temas sanitarios que está siendo en estos tiempos una de las actividades más complejas y más importantes, realización de talleres de Documentación en el que se ha proporcionado apoyo, información, orientación y asesoramiento jurídico/administrativo para la realización de gestiones administrativas y relacionadas con extranjería.

Dentro de los aspectos sanitarios se han realizado talleres de información y prevención de la COVID19 así como acciones de dinamización comunitaria de limpieza de los alrededores de la vivienda, reparto de comida y lotes higiénicos.

La situación es muy preocupante ya que además de la pandemia, que ha empezado a atacarles, tienen las dificultades higiénicas de las infraviviendas en las que están. Por eso seguimos apostando por el trabajo en los asentamientos, la colaboración con la administración y otras organizaciones pero también la denuncia y la reivindicación para conseguir unos entornos más seguros.

Tenemos que agradecer los donativos gracias a los cuales podemos seguir apoyando estas acciones.

DESCANSA

En estos días donde la muerte vuelve al estrecho el siguiente texto de Francisco Sanz nos acerca el terrible drama que seguimos viviendo, aunque no podamos concentrarnos todavía, seguimos denunciando las muertes injustas en el Mediterráneo

DESCANSA

Descansa, no puedes hacer otra cosa. Descansa. Yo te cuidaré, ya nada malo podrá pasarte. Deja todas tus inquietudes. No te rebeles al sosiego que te ofrezco y mereces. Mira a tantos hermanos y hermanas que te han precedido, ellos están en paz y desean compartir su paz contigo.

Gritas, todo tu ser está agitado de dolor, de sufrimiento, de preocupación. Es lo normal, pero ya no puedes hacer nada.

Piensas en tu familia, en que se empeñó para financiar tu travesía. Piensas en qué será de ellos.
Piensas en tantas heridas, empujones e injusticias que te obligaron a coger esa patera que no llegará ya a ninguna parte.

Piensas en las esperanzas perdidas, en el ansia de los momentos en que luchabas por no hundirte, en gritos. Pero todo pasó ya.

Sobre ti pasarán las mercancías de los ricos y el dolor de los pobres, pero tú ya estás más allá de cualquier avaricia y de cualquier dolor.

Descansa, yo te he recogido en mis profundas entrañas. Todos dicen que son frías, pero vas a descubrir que son acogedoras. Yo no rechazo a mis hijos.

Mientras vivías, estabas lleno de amargo sufrimiento, rebeldía y consoladora esperanza. Todo lo dejaste en la superficie, ahora estás en el fondo y en mis brazos.

Deja que tus restos sean tu grito de denuncia por tu muerte. Yo no los ocultaré a quien los quiera ver, a quienes se sientan hermanos tuyos y te busquen. Tu denuncia por tu destino injusto será eterna. Tu clamor se une al de tus hermanos, hermanas que llegaron antes y vendrán después.

De mí, llámame mar o madre o Dios, salió toda la vida. A mí has retornado ahora, naufrago de las fronteras, la indiferencia, la desigualdad… Ya no puedes hacer más, tu muerte es tu denuncia infinita.

Pero ahora, descansa.

Francisco Sanz Meléndez
Almería 08/o6/2020
En recuerdo de los migrantes que perecen en el Estrecho.

COLABORAMOS CON LA SOLIDARIDAD

Toda esta situación que estamos viviendo no está llevando a descubrir  situaciones realmente terribles, falta de condiciones salubres mínimas, familias sin recursos, literalmente, personas abandonadas, viviendo en coches, en fin, un panorama del que conocíamos una parte pero que hemos visto es mucho más profundo.

Sin embargo, junto a estas situaciones, también vemos situaciones de solidaridad, de apoyo entre grupos dentro de las capacidades. Lo último ha sido en El Viso. Allí nos hemos encontrado con 35 personas que han sido acogidas por otros compañeros. Personas confinadas, que no pueden acceder a otro tipo de ayudas ni desplazarse en estos momentos de confinamiento para buscar trabajo por encontrarse en situación administrativa irregular.

Al cabo de un cierto tiempo las personas que los han acogido se han ido quedando sin recursos, haciendo frente a los gastos de una casa. Nos llegó la información y fuimos a conocerlos, la mayoría son senegaleses, estuvimos hablando sobre cómo ayudar y nos pidieron sobre todo cosas de alimentación báisca. Con parte de las donaciones que nos han ido haciendo hemos podido hacer lotes para ayudar a estas personas. Es un gesto importante la acogida y por eso lo hemos apoyado con alimentación básica.

Situaciones de falta de recursos, para alimentación básica, higiene, pago de alquiler, de facturas, seguimos teniendo todos los días, por eso sigue siendo necesaria la ayuda de tod@s.

ATENCIÓN AL PUCHE

Después de la experiencia vivida desde el jueves pasado hasta el lunes, del contacto con las personas que viven en la calle en El Puche, de conocer su realidad de cerca, sus rostros, sus necesidades y su agradecimiento; después de acercar al menos comida caliente a jóvenes de veintipocos años y a mayores de 60 luchar por su dignidad a pesar de verse viviendo en un coche abandonado en un descampado rodeado de basura de meses sin recoger; después de recibir la comunicación del Ayuntamiento de que sólo nos pide facilitar este servicio a través nuestro los fines de semana; Almería Acoge asume continuar llevando alimentos elaborados a las personas en situación de calle en El Puche durante la semana.

Lo haremos gracias a los donativos que algunas personas han hecho a la Asociación para salir al paso, entre otras, de situaciones como estas. Y lo haremos hasta que empiece el Ramadán a finales de mes, ya que los compañeros musulmanes nos aseguran que durante ese tiempo la comunidad musulmana del propio Puche se encargará de que nadie pase hambre.

Gracias a las personas donantes, gracias a los compañeros y compañeras voluntarios y socios que están colaborando, y gracias a estas personas del Puche que nos enseñan cada día que debemos seguir trabajando por un mundo con menos exclusión y más justicia, todos los días.

VOLUNTARIADO DE ATENCIÓN BÁSICA A PERSONAS SIN HOGAR

Durante estos días de fiesta, desde el miércoles pasado, el Ayuntamiento de Almería nos ha pedido apoyo para atender, llevando comida y cena preparadas a un grupo de 28 personas en situación de calle en El Puche. Aunque no tenemos ningún programa para realizar estas tareas, voluntarios y voluntarias de la Asociación, de forma totalmente desinteresada han decidido llevarlo a cabo.

Son personas que vivían del mercadillo que se organizaba allí y se han quedado sin nada. Están viviendo en coches viejos y algunas chabolas que se han fabricado con lo que poco que hay por la zona. La mayoría son jóvenes, pero nos llama profundamente la atención y nos preocupa mucho que algunas son personas mayores, no son chavales, tienen más de 50 años y se han quedado sin nada.

Es por esta razón por la que hemos aceptado este trabajo, que más que trabajo supone también un reto. Localizar a estas personas, organizarlas, llevarles la comida ya preparada, ya que no tienen ni cocinas ni frigoríficos, ni ningún sitio donde almacenar. Informarles sobre temas de higiene dentro de la dramática situación que viven. Al mismo tiempo hacemos un listado con las personas que podrían trabajar en otros sectores para ayudarles en la búsqueda de trabajo que dignifique su situación. En fin un trabajo duro por el que apostamos para tratar de paliar un poco las dificultades de los colectivos más vulnerables.

LUCES ENTRE LAS SOMBRAS

En estos días sombríos, de aislamiento, de encerrarnos en ocasiones no solo en nuestras casas sino en nosotros mismos, alejándonos de la realidad más allá de nuestras cuatro paredes y del COVID-19 que tanto nos estas afectando, en estos días, surgen también luces.
Luces en forma de personas sobre todo, estas son las luces más importantes. Luces en forma de todo el personal sanitario, dependientes, camioneros, etc, que con su esfuerzo hacen que nuestro día a día sea menos complicado.
Junto con esas, también surgen luces de personas que siguen apoyando a los más desfavorecidos, personas de ONGs como la nuestra, Almería Acoge; como Cruz Roja, Cáritas, el centro de acogida del ayuntamiento, comedores sociales y tantas otras que están dando cobertura e información a las personas que no están en el sistema y que están tan afectadas como los demás. A todos un homenaje desde aquí.
Como ejemplo de este trabajo, hoy compañeros y compañeras de Almería Acoge han pasado por diversos asentamientos, coordinándonos con Cruz Roja y Médicos del Mundo y colaborando en la información con la Guardia Civil. Les hemos llevado información sobre el COVID-19, hemos visto si había gente enferma. Algunas personas no tenían ni lo más básico de higiene, se le ha facilitado jabón para las manos y se ha informado de las normas más elementales de higiene en estos casos. El recibimiento en todos los sitios en los que hemos estado ha sido muy bueno, la gente es receptiva en colaborar para frenar esta pandemia y agradecen la información.