Archivo de etiquetas muertes estrecho

FESTIVAL ROMPEFRONTERAS: SI SECO UN LLANTO

El pasado viernes el grupo Un Día Junto al Mar, formado fundamentalmente por personas del Asociación y simpatizantes de la misma, actuaron el el XXVII Festival Rompefronteras que organiza la comunidad franciscana en Granada.

Con el espectáculo “Si Seco un Llanto” acercaron al público la historia de la migración. A través de una historia contada, cantada, de música, poesía e imágenes, trataron de hacer un poco más cercana la que puede ser una historia de migración, intentamos contar y cantar lo que pasa por la cabeza y, sobre todo por el corazón a las personas que por distintos motivos deciden dar el paso para migrar.

A través de canciones, muchas de ellas muy conocidas, de imágenes y de narraciones se fue pasando desde las razones que llevan a las personas a migrar, los recuerdos de sus países, de sus paisajes, de sus personas, las dificultades del viaje, los impedimentos que le ponen los países a donde tratan de llegar, hasta la cruda realidad cuando llegan: que no es un paraíso y que van a seguir sufriendo hasta poder rehacer su vida si es que lo consiguen.

Desde la Asociación agradecemos mucho la acogida del público al espectáculo y el que nos hayan permitido participar en este evento. Agradecemos a las personas que han montado el espectáculo por su esfuerzo y dedicación, un agradecimiento especial para Luis, con la caja, un préstamo de Granada que ha resultado todo un descubrimiento.

CIRCULO DEL SILENCIO Y MUERTES EN EL ESTRECHO

Esta semana la asociación tenía que preparar la concentración del Círculo del Silencio, desgraciadamente hemos tenido que unirla una concentración por las muertes en el estrecho, tres en los últimos días. Dentro del duelo ha sido muy emocionante la presencia de chicos de nuestras casas de Acogida Humanitario y del programa JEM+18 con los que se está trabajando el proceso migratorio.

828 millones de personas pasan hambre hoy en el mundo, 24.000 personas mueren por ello cada año. 20 niños mueren cada día en alguna de las 54 guerras que se reconocen hoy 14 de junio de 2023 en el mundo. 237.000 personas murieron en alguna guerra el año pasado. Solo para intentar llegar a España han muerto ya este año 1.161 personas en el mar, las últimas personas ahogadas por este inmenso mar de injusticia que nos rodea murieron el viernes pasado, una en Ceuta y dos en Adra.

Nos sobran los motivos para el dolor, para el luto, para el llanto.

Alguien que los llore, ya no pido más que eso, no espero que desaparezcan las fronteras

no creo que se borren muros y alambradas, no cesarán las guerras

y las seguirán perdiendo los de siempre, no cambiará el sistema, el dinero, el poder…

no habrá vías seguras para escapar del hambre, para sacudirse de encima tanta injusticia,

para huir de la muerte. seguirán llamando las familias, seguirán buscando las madres,

añorando los hermanos, extrañando las hijas.

No pido enterrarlos dignamente, nos seguirán acompañando en la espuma del mar

o en una tumba sin nombre. Ya solo espero que siga estremeciendo el corazón,

que me duelan las tripas, que las entrañas no se cierren para siempre,

solo pido que, también en este lado del mar, haya alguien que los llore,

ya no pido más que eso.

¿Durante cuánto tiempo es razonable mantener el llanto? ¿Cuándo deberíamos parar de sollozar para entrar en el tiempo saludable de la calma o de la risa? ¿Cuándo deberíamos quitarnos el luto?

Hay quien muere demasiado pronto: Cruzando fronteras, huyendo de guerras, muriendo de hambre…

Hay quienes toda su vida es muerte: por las injusticias, el desamparo, la soledad, el rechazo, la exclusión…

La sociedad en la que vivimos, el mundo que se está construyendo, el mercado, pretende construir la historia de espaldas al sufrimiento, por eso es fundamental que el llanto esté presente en los espacios públicos, y sigamos reclamando lugares y tiempos para el duelo como este en el que estamos esta tarde.

Hacen falta duelos ininterrumpidos, en los que la memoria de las victimas sea una exigencia constante de responsabilidad.

Estas muertes, estas vidas rotas, su memoria, sus causas y sus esperanzas merecen no quedar en el olvido.

Es nuestra responsabilidad convertir el llanto en reivindicación política, es nuestra responsabilidad no dar por terminado el dolor que las injusticias provoca. Quizás desde la orilla del sufrimiento injusto lo más sano sea no parar de llorar. En un momento histórico como el nuestro, en el que el capitalismo neoliberal se desresponsabiliza de los sufrimientos que genera, reivindicar la presencia pública del llanto es un compromiso ineludible, que nos lleva a señalar y denunciar los lugares del sufrimiento.

Pero no podemos llorar solos. Tal y como nos recuerda José Laguna, tenemos que pasar del llanto y el lamento individual, al clamor colectivo, pasar de la expresión personal de un malestar a la reivindicación grupal de una exigencia. Las lágrimas se hacen política cuando se llora junto a otros.

Canción: LA VOZ DEL SILENCIO. (Salomé Arricibita).

Hay silencios que levantan muros y silencios que los otorgan,

hay intenciones con bondad, que en silencio no se mojan.

Hay silencios de poder que nos “guardan” las fronteras,

hay silencios de querer, que por no querer, condenan.

Hay silencios helados, que nos gritan a la cara

y silenciamos su grito, apagando la pantalla,

hay silencios del alma que nos hacen tener miedo

y los miedos, a sus anchas, nos silencian la esperanza.

Hay miradas en silencio, que me atruenan las entrañas

largas colas, frío y miedo, rabiando desesperanza

hay tristezas tan profundas, que nunca sabré a que saben

ojalá enjugar sus lágrimas, iluminase oscuridades.

Hay silencios que incomodan porque reclaman justicia,

hay silencios que acompañan porque comparten la vida

Hay silencios que se alejan, silencios de manos frías,

y hay silencios que calientan el alma como caricias.

Hay silencios que se cortan, porque en verdad no hay palabras,

¡tantos seres sin hogar y yo aquí sin hacer nada!

Hay canciones en silencio y hay silencios que me cantan

que cante mi corazón, aunque quiera callar mi alma.

Seamos voz del silencio de los que pierden la vida

voz fuerte, para que caigan las vallas y concertinas.

Seamos voz que nos saque del silencio que inmoviliza

voz que toque los corazones, para curar sus heridas.

Y volvimos gritar juntos para que cesen estas muertes, esta locura.

Los jóvenes del programa JEM+18 pertenecen al programa de Inserción Laboral y Social para Jóvenes Inmigrantes que hayan estado bajo medidas del Sistema de Protección Menores. El programa se desarrolla por Andalucía Acoge a través de su entidad Almería Acoge en la provincia de Almería. Dicho programa depende de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía y cuenta con la financiación del Fondo Social Europeo.

CÍRCULO DEL SILENCIO Y MUERTES EN EL ESTRECHO

Una vez más no hemos tenido que concentrar por nuevas muertes en el estrecho. En esta ocasión lo hemos unido al Círculo del Silencio que promueve la plataforma Almería Unida Contra la Pobreza.

Nuestro manifiesto:

Hace una semana, en Almería Acoge, recibimos a Mustafa. Viene buscando apoyo para continuar viviendo. Mustafa tiene 18 años recién cumplidos; Mustafa lleva un año entre nosotros, cuando aún era menor escapó de la muerte, fue uno de esos pocos que, como las tres personas rescatadas en el naufragio del pasado día 3, pudieron ser encontrados después de siete horas luchando contra las olas; “hacía mucho frío” nos repite; su amigo no sabía nadar, se hundió, desapareció.

El periodista que cuenta la crónica de las diez personas desaparecidas la semana pasada nos ayuda a imaginar esa situación, “un superviviente a nado en mitad de la explanada inmensa”. Cuesta imaginar el miedo, el sufrimiento, la angustia que Mustafa lleva a cuestas desde aquel día; cuesta imaginar el miedo, el sufrimiento, la angustia de quienes se ven forzados por una vida sin futuro en sus países, a jugársela en el mar de esta manera.

Forzados a arrojarse al mar, como las dos personas que tres días antes también se ahogaban porque quien los llevaba en la patera “les obligó a tirarse de la embarcación e incluso les golpeó porque se negaban”. Son lógicas las reacciones que escuchamos cuando vemos a gentes sin escrúpulos “mafias que mercadean con la vida de las personas que se encuentran en una situación desesperada”.

Pero debemos ir más allá, ¿quiénes son esas “mafias” que mercadean con la vida de los desesperados, que arrojan al agua a las personas para buscarse la vida?, ¿por qué, casi un niño aún, tiene que vivir, quizá para siempre, con el frio del recuerdo del amigo hundido y él perdido en la explana inmensa?

Quizá debamos recordar cuáles son los motivos reales por los que en este año 2022 y sólo en el mar mediterráneo, se cuentan, con esta últimas doce, 1.901 personas muertas intentando escapar hasta Europa.

¿Por qué ocurren estas situaciones?

1.-Hemos creado un mundo injusto e insolidario que hace que las personas tengan que emigrar jugándose la vida.

2.- Nuestra sociedad favorece y mantiene guerras en todo el mundo. Guerras que provocan la migración forzosa de personas. Guerras como la de Siria, Yemen, Ucrania, Mali, Afganistán, Birmania, Chad, Burquina Faso, Sudán, Palestina… en la actualidad hay 59 guerras activas.

3.- El primer mundo explota, usurpa, se aprovecha de las riquezas y materias primas que tiene el Sur, esto empobrece a los países y a las personas que los habitan, obligándolas a emigrar.

4.- Las personas emigran porque no ven futuro en sus países, no se sienten seguros, no pueden dar de comer a sus hijos, no pueden ofrecerles un provenir. Y mientras tanto, el Norte despilfarra, contamina, se refugia tras sus muros y se olvida del Sur.

NOCTURNO SIN PATRIA (Jorge Debravo)

Yo no quiero un cuchillo en manos de la patria.
Ni un cuchillo ni un rifle para nadie:
la tierra es para todos,
Como el aire.

Me gustaría tener manos enormes,
violentas y salvajes,
para arrancar fronteras una a una
y dejar de frontera solo el aire.

Que nadie tenga tierra
como se tiene traje:
que todos tengan tierra
como tienen aire.

Cogería las guerras de la punta
y no dejaría una en el paisaje
y abriría la tierra para todos
como si fuera el aire.

Que el aire no es de nadie, nadie, nadie…
Y todos tienen su parcela de aire.

Que nadie tenga tierra
como se tiene traje:
que todos tengan tierra
como tienen aire.

Al otro lado del mar, está el drama de las familias que más sienten estas muertes. Cada vez que nos concentramos por un nuevo naufragio pedimos respeto y solidaridad para con las familias, que se identifique a las víctimas y se comunique cuanto antes con sus familiares.

Hoy pedimos ser nosotros y nosotras quienes primero demos este paso, quienes pensemos en esa madre, en ese padre, en el hijo, en la hija, en la esposa o el esposo, en el amigo de infancia, en la compañera de estudios. Pedimos pensar en las personas que más llorarán estas muertes y enviarles desde aquí nuestro pésame, nuestro apoyo, nuestras condolencias, nuestro ánimo, nuestra solidaridad o nuestra denuncia de esta injusticia… que podemos plasmar por escrito.

Cada persona aportó sus condolencias por las nuevas muertes

Lectura de la poesía AIRE DURANDO (Manuel Cabral)

¿quién ha matado este hombre
que su voz no está enterrada?
hay muertos que van subiendo
cuanto su ataúd más baja…

Este sudor… ¿Por quién muere?
¿por qué cosa muere un pobre?
¿quién ha matado estas manos?
¡no cabe en la muerte un hombre!
hay muertos que van subiendo
cuanto su ataúd más baja…

¿Quién acortó su estatura
que su voz está parada?
hay muertos como raíces
que hundidas… dan fruto al ala.
¿Quién ha matado estas manos,
este sudor, esta cara?
hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja..

Hacemos otro silencio por las últimas muertes

Cantamos LA VOZ DEL SILENCIO. (Salomé Arricibita).

Hay silencios que levantan muros y silencios que los otorgan
hay intenciones con bondad, que en silencio no se mojan
hay silencios de poder que nos “guardan” las fronteras
hay silencios de querer, que por no querer, condenan

Hay silencios helados, que nos gritan a la cara
y silenciamos su grito, apagando la pantalla
hay silencios del alma que nos hacen tener miedo
y los miedos, a sus anchas, nos silencian la esperanza

Hay miradas en silencio, que me atruenan las entrañas
largas colas, frío y miedo, rabiando desesperanza
hay tristezas tan profundas, que nunca sabré a que saben
ojalá enjugar sus lágrimas, iluminase oscuridades

Hay silencios que incomodan porque reclaman justicia
Hay silencios que acompañan porque comparten la vida
Hay silencios que se alejan, silencios de manos frías
Y hay silencios que calientan el alma como caricias

Hay silencios que se cortan, porque en verdad no hay palabras,
¡tantos seres sin hogar y yo aquí sin hacer nada!
Hay canciones en silencio y hay silencios que me cantan
Que cante mi corazón, aunque quiera callar mi alma.

Lectura de la poesía Mi hijo muere cada tarde en el mar (Pilar del Rio)

“Mi hijo muere cada tarde en el mar.
Mi hijo tiene 18 años, y 26 y 32,
tiene todas las edades en las que hay fuerza, pasión y deseos.
Mi hijo sabe que la felicidad no consiste en tener cosas,
pero sabe que hay cosas imprescindibles.
Por eso no pospone su derecho a vivir, a habitar una casa humana,
a compartir con otros que siempre son sus semejantes
su historia, su tristeza y sus sueños.
Mi hijo aprendió a aprender. Mi hijo estudió, mi hijo trabajó en todos los oficios.
Mi hijo se respeta a sí mismo, respeta a su tierra, ama y es amado.
Mi hijo no nació para morir en el mar, ningún Dios lo castigó,
ninguna maldición lo obliga a ser esclavo.
A mi hijo lo mata cada tarde una forma de entender el mundo,
una manera criminal de gobernar en la que el ser humano no es lo prioritario,
porque el hombre todavía no cotiza en bolsa,
porque los expoliados y olvidados no llenan los bolsillos
de los mil veces malditos que condenan a muerte a mi hijo
y luego besan con reverencia la moneda donde invocan a un Dios.
Con esa moneda que invoca a Dios y con otras en que aparecen patrias,
los hombres que matan a mi hijo han comprado todas las perversiones
y han cometido todas las ignominias.
Mi hijo es negro, es indio, es blanco, es pobre.
El mundo es suyo, no lo parí en Marte,
no nació con un destino animal porque nació humano.
Mi hijo, cuando muere cada tarde,
seguirá viniendo a esta costa de Europa y del mundo con su mirada valiente y abierta.
Mi hijo no se rinde, necesita hacernos comprender que sin él no estamos todos.
Mi hijo, cuando muere, nos deja empequeñecidos,
y él no quiere que su muerte haga desaparecer de la tierra
las palabras más hermosas y los conceptos que nos dignifican.
Mi hijo no puede seguir muriendo porque con él está muriendo nuestra civilización”.

Finalizamos el acto con nuestras reivindicaciones

– Mostramos nuestra más absoluta indignación por la continua repetición de esta injusticia que supone tantas muertes para llegar a Europa.
– Exigimos que se tomen medidas concretas y urgentes para evitar que se vuelva a repetir esta vergüenza, y garantizar la seguridad de las personas que se ven obligadas a migrar.
– Exigimos acabar con la arbitrariedad en la concesión de visados en los consulados.
– Exigimos que los distintos gobiernos abran vías seguras de migración para las personas que se ven forzadas a dejar sus casas y familias por causa de las guerras, el hambre y las injusticias.
– Exigimos que se hagan todos los esfuerzos necesarios para respetar la memoria de las víctimas, para identificarlas y comunicar la desgracia a sus familiares.
– Nuestra sociedad pierde sus valores fundamentales si no reacciona de forma más humana, y nuestras administraciones no pueden parecer, ni aparecer, como insensibles a esta dramática situación.

CONCENTRACIÓN POR NUEVAS MUERTES EN EL ESTRECHO

En 1915, en plena primera guerra mundial, el teniente coronel médico John McCrae, horrorizado ante tanta muerte escribió: “Nosotros somos los muertos. Hace solo unos días estábamos vivos. Sentíamos el amanecer y la calidez del sol al ponerse. Amábamos y éramos amados. Y ahora yacemos en los campos de Flandes”.

Poco hemos aprendido, aún seguimos en pie de guerra. Busco con atención lo poco que aparece en la prensa sobre los últimos fallecidos frente a la costa de Almería, lo encuentro en páginas de prensa digital: el cadáver del primer hombre con un chaleco salvavidas frente a embarcaciones de recreo. Salta otra notica junto a esta: fosas comunes con hombres, mujeres, niños acribillados frente a centrales nucleares bien custodiadas. Cinco niños rescatados con hipotermia frente a la preocupación por el precio del gas y la electricidad. Otro cadáver un poco más adelante. Tres hombres “en malas condiciones” ¿tres hombres? Millones de hombres, mujeres, niños y niñas “en malas condiciones” que van cayendo en esa fosa común llamada mediterráneo.

938 personas muertas en lo que va de año en el mediterráneo occidental, (sin contar los cuarenta que murieron en la valla de Melilla), 35 aquí en nuestras costas, 37 sumando estos dos. Eran personas de Marruecos, Argelia, Guinea Conakry, Costa de Marfil, Senegal y Siria. Que se sepa. Son
“enterramientos” masivos, fosa común, aunque la sala de torturas viene de más lejos, son crímenes de guerra, de otra guerra que olvidamos hace tiempo, como hacemos con todas las que no afectan a nuestros bolsillos. Vienen de la guerra del hambre, de la injusticia, de los gobiernos títere al servicio de los mismos intereses económicos que mueven las otras guerras y que siempre han puesto el beneficio por encima de las personas.

No nos extrañemos de estas fosas comunes, ni de esos edificios en los que unas tropas y después otras ondean sus banderas de victoria, cuando por dentro están “totalmente destruidos”. No nos engañemos, construimos sobre la destrucción un nuevo/viejo orden mundial a costa de millares de
muertos.

Como en todas las guerras, solo nos queda ponernos en pie sin más armas que la razón y la palabra para exigir acabar con esta hemorragia, y el corazón, la poesía y el silencio para solidarizarnos con los caídos, los muertos, los que hace solo unos días estaban vivos. Sentían el amanecer y la calidez del sol al ponerse. Amaban y eran amados. Y ahora yacen… en nuestras costas.

Y porque los que estamos aquí no queremos sentirnos cómplices, mostramos nuestra repulsa ante este sistema injusto y nuestra solidaridad con sus víctimas, guardando un minuto de silencio. Y recurrimos, una vez más si, a la poesía de Pilar del Rio para mostrar nuestra indignación.

Y repetimos juntos, una vez más, nuestra reivindicación

– Mostramos nuestra más absoluta indignación por la continua repetición de esta injusticia que supone tantas muertes para llegar a Europa.
– Exigimos que se tomen medidas concretas y urgentes para evitar que se vuelva a repetir esta vergüenza, y garantizar la seguridad de las personas que se ven obligadas a migrar.
– Exigimos que los distintos gobiernos abran vías seguras de migración para las personas que se ven forzadas a dejar sus casas y familias por causa de las guerras, el hambre y las injusticias.
– Exigimos que se hagan todos los esfuerzos necesarios para respetar la memoria de las víctimas, para identificarlas y comunicar la desgracia a sus familiares.
– Nuestra sociedad pierde sus valores fundamentales si no reacciona de forma más humana, y nuestras administraciones no pueden parecer, ni aparecer, como insensibles a esta dramática situación.

NO MÁS MUERTES PARA LLEGAR A EUROPA POR UN MEDITERRANEO SOLIDARIO

MUERTES EN EL ESTRECHO

De nuevo las noticias hablaron de tragedia. Una vez más siete personas fueron rescatadas, una ha desaparecido, cuatro han muerto. Una vez más, uno era un niño.

Una vez más, utilizamos esa expresión recurrente: “han perdido la vida”, pero hablando con un amigo emigrante nos recuerda que no es así exactamente, porque para perder algo primero hay que tenerlo, y vida, precisamente vida, no tenían mucha. Este emigrante que ahora mismo está en un pequeño pueblo de Senegal, nos recuerda, una vez más: “es muy difícil quedarse aquí; como no cambie el régimen social, económico y político, seguirá esta locura. La gente está desesperada, cansada, la mayoría tienen hambre y no tienen nada para dar a sus hijos; estas personas no tienen miedo a nada, ni siquiera a la muerte”.

Por eso, una vez más, nos toca recordar que estas personas no “salen” de sus países, huyen; que la mayoría de las veces no dejan atrás un trabajo, la seguridad de un hogar… no han perdido nada de eso porque nunca lo tuvieron; porque hace tiempo se lo robaron (aunque sería más honesto decir que hace tiempo se lo robamos), haciendo y deshaciendo según nuestro interés pueblos y países, fronteras y límites, relaciones comerciales, reparto de riquezas y pobrezas, propiedad de la tierra y banderas. Una vez más, tenemos que reconocer que, si no han perdido todo eso, es porque hace tiempo que se lo quitamos.

No, no han perdido la vida, han encontrado, ahora sí, entera, de manera brutal, la muerte a plazos que les dejamos como herencia, como único futuro cierto. Y, una vez más, hacemos lo posible por evitar el desenlace final, llevamos helicópteros y barcos de salvamento, pero olvidamos evitar el empujón inicial. Una vez más nos lamentamos por las muertes, pero seguimos haciendo muy poco por las vidas. Y por eso, una vez más, es justo, es necesario, que reconozcamos que la mala gestión de las relaciones internacionales, la mala gestión de la convivencia en esta tierra que debería ser de todos, la egoísta gestión de las fronteras, la pésima gestión de las migraciones, son la causa de esta antigua, repetida y vergonzosa tragedia.

Y porque los que estamos aquí no queremos sentirnos cómplices, mostramos nuestra repulsa ante este sistema injusto y nuestra solidaridad con sus víctimas, guardando un minuto de silencio.

Y recurrimos, una vez más si, a la poesía de Pilar del Rio para mostrar nuestra indignación.

Y repetimos juntos, una vez más, nuestra reivindicación:

– Mostramos nuestra más absoluta indignación por la continua repetición de esta injusticia que supone tantas muertes para llegar a Europa.

– Exigimos que se tomen medidas concretas y urgentes para evitar que se vuelva a repetir esta vergüenza, y garantizar la seguridad de las personas que se ven obligadas a migrar.

– Exigimos que los distintos gobiernos abran vías seguras de migración para las personas que se ven forzadas a dejar sus casas y familias por causa de las guerras, el hambre y las injusticias.

– Exigimos que se hagan todos los esfuerzos necesarios para respetar la memoria de las víctimas, para identificarlas y comunicar la desgracia a sus familiares.

– Nuestra sociedad pierde sus valores fundamentales si no reacciona de forma más humana, y nuestras administraciones no pueden parecer, ni aparecer, como insensibles a esta dramática situación.

NO MÁS MUERTES PARA LLEGAR A EUROPA POR UN MEDITERRANEO
SOLIDARIO

8 MUERTOS EN EL ESTRECHO

En el fondo, en el fondo del mediterráneo, hay, desde la semana pasada, ocho cuerpos más. Que se sepa, claro, puede que haya cien más, pero la verdad es que, en el fondo, no nos importa demasiado.

En el fondo, nos importa más el precio de la gasolina o de la electricidad que la vida de un ucraniano o un ruso. Y mucho más que la de un maliense, o un afgano, si son de otros colores, de otras tierras que nos afectan mucho menos al bolsillo. En el fondo es así, no nos engañemos. Y todos lo sabemos, pero no lo podemos reconocer ni a nosotros mismos; tamaño es el disparate, la deshumanización, la vergüenza que nos da reconocerlo, pero en el fondo lo sabemos.

Es así, nos importan más las fronteras que las personas; son más importantes las patrias y las banderas que ese niño o niña que habitaba el vientre de una de las mujeres que deseaban llegar hasta aquí la semana pasada y que ahora está en el fondo, pero no de nuestros corazones, sino del mediterráneo.

África se va al fondo, África se hunde, y le dedicaremos un día internacional el miércoles que viene, el día 25 de mayo, pero en el fondo nos importa un comino. África se hunde y los africanos se ahogan. Se ahogan en tierra firme y en el mar, se ahogan de pobreza y de agua, pero poco nos afecta y por eso poco nos importa en realidad.

Sabemos que se hunden países y personas, pero nos importan más los ladridos electorales que juegan hasta con eso, y lo peor es que les hacemos caso. Lo peor es que sabemos que el mundo se desmorona, que poco a poco, pero a marchas forzadas, el mundo se desmorona. Nuestra civilización no tiene excusa; la libertad y la seguridad, las patrias y las fronteras se quedan sin máscara, en el fondo sabemos que no son más que economía; economía injusta, egoísta, solo economía en la que las personas no importan.

En el fondo lo sabemos, y, allí en el fondo nos lo recuerdan, una vez más, ocho nuevos muertos.

África se hunde, medio mundo se ahoga, da igual que sea por tanques rusos, bombas españolas o pateras de ningún sitio, nuestro mundo se desmorona, vamos muriendo como personas un poco cada vez, y ahí, en el fondo, nos esperan para recordárnoslo.

Por todas estas personas guardamos un minuto de silencio…

Leemos la POESIA: MI HIJO MUERE CADA TARDE EN EL MAR

Y juntos proclamamos nuestra denuncia y reivindicación

  • Mostramos nuestra más absoluta indignación por la continua repetición de esta injusticia que supone tantas muertes para llegar a Europa.
  • Exigimos que se tomen medidas concretas y urgentes para evitar que se vuelva a repetir esta vergüenza, y garantizar la seguridad de las personas que se ven obligadas a migrar.
  • Exigimos que los distintos gobiernos abran vías seguras de migración para las personas que se ven forzadas a dejar sus casas y familias por causa de las guerras, el hambre y las injusticias.
  • Exigimos que se hagan todos los esfuerzos necesarios para respetar la memoria de las víctimas, para identificarlas y comunicar la desgracia a sus familiares.
  • Nuestra sociedad pierde sus valores fundamentales si no reacciona de forma más humana, y nuestras administraciones no pueden parecer, ni aparecer, como insensibles a esta dramática situación.
    NO MÁS MUERTES PARA LLEGAR A EUROPA POR UN MEDITERRANEO SOLIDARIO

EN SOLIDARIDAD CON TODAS LAS VÍCTIMAS DE LAS FRONTERAS

A lo largo de este año 2022 Almería Acoge celebra su 35 aniversario. Aprovechando esta efeméride desde la Asociación hemos reflexionado sobre lo que nos identifica, Y a `partir de esta reflexión hemos decidido presentar una causa para cada mes este año.

Desgraciadamente uno de nuestras señas de identidad es la denuncia por las muertes en el estrecho en particular, y en los procesos migratorios en general; por eso este mes queremos denuncir especialmente las muertes en el estrecho y presentar propuestas de para evitarlas.

Nos ha parecido que tenía mucho sentido y simbolismo hacerlo en la playa, entre barcas, con dos líneas que marcan el Sur, África; y el Norte, Europa.

En la primera parte hemos hecho una reflexión sobre todas las víctimas, las que quedan en el mar y las que quedan en sus casas, en muchos casos sin saber qué le ha ocurrido a sus seres queridos:

PRIMERA PARTE: Este mar que nos acompaña cada tarde es para unas personas una bendición y para otras una maldición. Nos sirve para alejar o acercar las orillas, las personas, las culturas. Nos emociona en cada atardecer, nos alegra en el verano cuando nos bañamos en él. Nos da tranquilidad cuando paseamos por sus orillas. Pero, a la vez, se ha convertido en un gran cementerio que se traga personas, ilusiones, sueños, esperanzas…
Son miles las personas que a lo largo de los últimos años han muerto en sus
aguas. Sólo en los últimos días son 18 las personas ahogadas y desaparecidas intentando llegar a Lanzarote; y cinco cuerpos han aparecido en las playas de Málaga. Pero, además de estas víctimas que nos hacen reunirnos a recordarlas y a protestar por lo injusto de su muerte desde hace 14 años cada vez que ocurre una, existen otras víctimas que también son miles. Son víctimas silenciadas porque de ellas no se habla y ni tan siquiera se hacen estadísticas, y que esta tarde queremos especialmente recordar a través de los símbolos que vamos a utilizar. Son víctimas silenciadas porque nunca se las ha considerado como tales. Se trata de los padres y las madres, hermanos y hermanas, hijos e hijas, abuelos y abuelas, esposos y esposas, familiares y amigos, compañeros y compañeras de trabajo, vecinos y vecinas de cada una de las personas muertas. En la mayoría de los casos ni siquiera han podido tener un cuerpo para enterrar; siguen viviendo con esa herida abierta que la muerte de sus seres queridos les ha dejado.
Desde este lado del mar muy pocas personas les prestamos atención, ni autoridades, ni prensa, ni ciudadanía piensan en ellas como las víctimas que son. Nosotros, sin embargo, en el manifiesto que hacemos para las
concentraciones ante las muertes en el estrecho, una de las cosas que
pedimos es que se hagan todos los esfuerzos necesarios para respetar la
memoria de las víctimas, para identificarlas y comunicar la desgracia a sus
familiares.

Por eso, aquí estamos una tarde más para no olvidar una sola víctima, ni a los muertos, ni a las personas con las que compartieron su vida.

La canción de Cecilia UN MILLÓN DE MUERTOS nos ha ayudado en esta reflexión

SEGUNDA PARTE: Hemos puesto velas en ese mar simbólico y se han puesto claveles sobre las barcas en recuerdo de las víctimas. Algunas de las personas han recordado a seres queridos que han muerto o, lo que en muchos casos es peor, han desaparecido en este mar. A la vez ha estado sonando el Rap Solidario cantado por Ismail en el que refleja la deseperación y la esperanza del proceso migratorio

Después hemos cantado la canción MOJADOS de Ricardo Arjona

PORQUE HAY ALTERNATIVAS PRESENTAMOS NUESTRAS REIVINDICACIONES:

Ante las repetidas muertes, especialmente en el Mediterráneo, para llegar a
Europa, exigimos un cambio de política para que cesen. Sabemos que es un
tema que afecta al conjunto de la Unión Europea y por eso reivindicamos que se lleve hasta los órganos que sean necesarios para que se acabe el
sufrimiento inútil de tantas personas.

Por ello exigimos:

  • Que se priorice a las personas por encima de cualquier otro factor. La mayoría de las personas migran porque no tienen otra alternativa para ellos y sus familias, arriesgando su vida en este proceso.
  • Por esto hay que invertir de forma real en el crecimiento de los países de origen. Reconocer y pagar de acuerdo al valor real los bienes que importamos de estos países. Exigir a las empresas un pago justo por el trabajo en los países de origen. Eliminar de facto la esclavitud laboral. La mejor manera de que no haya muertes en el proceso migratorio es que las personas no se vean en la necesidad de migrar.
  • Si las personas tienen que migrar es necesario que se abran vías seguras para hacerlo, y por eso exigimos:
  • Facilitar visados: La obtención de visados no es una vía segura actualmente ya que es muy difícil su obtención, pudiendo pasar años sin que se dé ninguna respuesta a las personas que lo solicitan. Hay que agilizar esta documentación, hacer más transparentes los consulados y facilitar estos visados.
  • El visado no solo se debe dar por cuestiones laborales, también hay que trabajar más a fondo el tema de refugiados. Refugiados no son sólo las personas que viene de Siria o de Venezuela. Refugiado es cualquier persona cuya vida corre peligro en su país por cuestiones ideológicas, de identidad sexual, religión, … o hambre. Hay que analizar la situación de los países de origen y entender la necesidad de migrar.
  • Mayor presencia en costas de Salvamento Marítimo. Es necesario que haya suficientes barcos y personas para evitar las muertes, socorriendo a las pateras. Lo que no se puede es aumentar de forma exponencial el gasto en el Frontex y vigilancia de fronteras, y disminuir el gasto en salvamento marítimo.
  • En caso de que se produzcan naufragios hay que ser rápidos en la identificación de las víctimas y establecer cauces rápidos para mandar la información a las familias.
  • Todo esto supone un cambio en el planteamiento: por encima de la economía tienen que estar las personas.

MUEREN PERSONAS NO SON NÚMEROS

Una vez más nos reunimos en la plaza del Educador para hacer pública la apuesta por la vida, por la justicia, por la fraternidad… a pesar de la injusticia, de las desigualdades, de las fronteras y, por desgracia de la muerte.

Una vez más coincidimos el Círculo de Silencio que Almería Unida contra la pobreza organiza cada mes, con la concentración NO MÁS MUERTES PARA LLEGAR A EUROPA. POR UN MEDITERRANEO SOLIDARIO que varias de las organizaciones que participamos en uno y otro acto convocamos cada vez que la injusticia se transforma en tragedia arrojando nuevas personas muertas y desaparecidas frente a nuestras costas.

Hoy lo hacemos con dos tristes record, dos desgraciadas muestras de ese mal endémico de nuestro tiempo: las 4.404 personas muertas y desaparecidas durante 2021 intentando llegar por mar hasta España, y las 17 personas muertas y desaparecidas en solo tres días de este 2022 que acabamos de empezar. Y lo hacemos desde la convicción de que son vidas, no son números, son personas como nosotros, que sienten, gozan, luchan, lloran, viven y mueren por las mismas cosas que nosotros.

No son números son personas que mueren

PARTE 1
“Los brazos en cruz, el rostro buscando el cielo, la ropa y los zapatos aún en su sitio. Sobre el cuerpo de hombre joven, algas y arena. Descansa en el suelo soñado, ya para siempre. Sin futuro. Sin gloria.”

Es la descripción de la foto del primer inmigrante ahogado que fue recogido en una playa española hace ya 34 años, en 1988, cuando intentaba alcanzar el sueño de escapar de la miseria. Fue el primero en esta macabra lista que sólo en los cinco primeros días de este año suma 3 nuevos cuerpos rescatados sin vida y otros 14 que han desaparecido frente a las costas de Almería. 17 nuevas vidas perdidas por este sistema injusto que pone los intereses económicos y políticos por encima de las personas, la absurda idea de que nos pertenece una tierra a la que todos pertenecemos, la atrocidad de intentar cercar esa tierra con vallas, concertinas, muros y fronteras, poniendo a las personas dentro o fuera de un mapa que dibujan los intereses de quienes más tienen. Unas fronteras cerradas para quienes intentan escapar de la miseria, de la injusticia, del hambre o de la guerra, a los que no dejamos otra crucificadas por un sistema económico, jurídico, político y social injusto, inhumano y fratricida.

PARTE 2
Hoy 7 de enero de 2022 hace cinco días que Yussuf no habla con nadie, tiene 14 años, el día 2 de enero un pesquero lo recogió en el mar y lo entregó a la armada argelina; con su tío y su abuela duerme y come, pero no habla, solo dice “quiero a mi madre”. Su madre, junto con su hermano de 10 años han desaparecido; Ayssif, su tío, nos llama repetidamente para ver si tenemos noticia. Nosotros sabemos que el día 3 de enero, 10 personas desaparecieron, otras 4 personas el día 5; por desgracia puede ser que esa mujer y ese niño estén entre ellos, o sean dos de los tres cuerpos que fueron rescatados, ahogados, muertos; quizá fueran con Benchick, de 30 años; su sobrina también nos llama porque no saben de él desde el día 1, y el amigo de Berkane, con 21 recién cumplidos…

Y así hasta 17 personas ahogadas en cinco días, que sepamos, rescatados los cuerpos o desaparecidos en el mar. Es difícil culpar a nadie, ya sabemos que el sistema criminal que provoca este sufrimiento tiene cifras pero no apellidos; pero es el momento de exigir, una vez más, que se ponga en marcha un servicio de atención a familiares que agilice la identificación, que facilite información, que palie de alguna manera la angustia de ese niño de 14 años que reclama a su madre; la angustia de tantas familias que merecen poder llorar a sus muertos, rezar por ellos, enterrar sus cuerpos o mantener la memoria de los que nunca aparecerán. Es el momento de reclamar, una y mil veces, algo más de sensibilidad, de humanidad hacia los muertos, que de alguna manera suavice la falta de solidaridad y de justicia con los vivos.

Tienen nombres y personas que los conocen

PARTE 3
4.404 personas murieron o desaparecieron intentando llegar a España en 2021. 4.016 huyendo hacia Canaria, 388 en las aguas frente a nosotros en esta parte del mediterráneo. De hecho, se rescataron 1.239 cuerpos, 1.239 personas ahogadas, 1.239 muertos; el resto son las personas a las que vieron morir sus compañeros de travesía, o buscaron los familiares, llamando insistentemente a organizaciones como las que hoy nos reunimos aquí.

Son 12 personas muertas o desaparecidas cada día. Las cifras quizá ya nos dejen insensibles, pero podemos pensarlo un poco. Cuando me reúno con amigos para ver un partido de futbol, cuando termina y celebramos la victoria, otra persona ha muerto intentando escapar de la miseria; cuando voy con mi familia al cine, cuando termina la película, otra persona ha desaparecido intentando buscar un camino para escapar de la injusticia; cuando doy un paseo con mis hijos frente al mar, a las dos horas, cada dos horas, otra persona ha desaparecido, quizá en ese mismo mar.

Las personas desaparecen en esa enorme fosa común en que han convertido nuestros mares y océanos. Nuestra economía, nuestra sociedad, nuestra política, nuestra cultura centrada en el beneficio y no en la persona se han convertido en fosas comunes que solo en un año y en esta parte del mundo que llamamos civilizado han sepultado 4.404 personas, 4.404 ilusiones, 4.404 vidas, 4.404 familias… 4.404 hombres, mujeres, niños, que solo buscaban mejorar su vida y encontraron la muerte.

Hemos leido la poesia de Pilar del Rio MI HIJO MUERE CADA TARDE EN EL MAR

PARTE 4
Por todas estas personas guardamos un minuto de silencio… Y juntos proclamamos nuestra denuncia y reivindicación:
– Mostramos nuestra más absoluta indignación por la continua repetición de esta injusticia que supone tantas muertes para llegar a Europa.
– Exigimos que se tomen medidas concretas y urgentes para evitar que se vuelva a repetir esta vergüenza, y garantizar la seguridad de las personas que se ven obligadas a migrar.
– Exigimos que los distintos gobiernos abran vías seguras de migración para las personas que se ven forzadas a dejar sus casas y familias por causa de las guerras, el hambre y las injusticias.
​- Exigimos que se hagan todos los esfuerzos necesarios para respetar la memoria de las víctimas, para identificarlas y comunicar la desgracia a sus familiares.
– Nuestra sociedad pierde sus valores fundamentales si no reacciona de forma más humana y nuestras administraciones no pueden parecer, ni aparecer, como insensibles a esta dramática situación.

NO MÁS MUERTES PARA LLEGAR A EUROPA

MUERTES EN EL ESTRECHO

Hace apenas 3 semanas nos reuníamos para recordar la memoria de los que habían perdido la vida en esos días y denunciar esta injusticia que provocan las leyes y una forma egoísta e insolidaria de ver el mundo. Hoy desgraciadamente nos volvemos a reunir para denunciar y recordar las nuevas muertes y los nuevos desaparecidos. 10 cuerpos y 15 desaparecidos en Cádiz y otros 2 cuerpos y 10 desaparecidos en Almería. 37 nuevos lazos negros en esta cuerda- cementerio.

Son 37 muertos y desaparecidos por leyes hechas para provocar el dolor y la muerte. Unas leyes y una forma de ver el mundo que aprovecha el anonimato de los muertos; nosotros no los conocemos, pero tienen nombre, los muertos tienen padre y madre, tienen ilusiones y esperanzas, personas que llaman y que quieren saber sobre sus hijos, sus hermanos. Los muertos son personas, no son cosas, por eso la muerte, la injusticia, provoca tanto sufrimiento.

Por eso no podemos callar, no podemos dejar que gente sin alma, sin corazón, siga con sus discursos de odio, con su “se lo tienen merecido”, con su “teníamos que echar a todos al mar”. Tenemos que estar muy por encima de ellos, tenemos que decirles que aún hay muchas personas que sufren cuando se producen estas muertes y que es necesario un cambio en la sociedad. No queremos ser cómplices, queremos denunciar este sin sentido, queremos seguir llorando mientras ocurren estas tragedias buscando un día en el que dejemos de llorar:

Alguien que los llore,
ya no pido más que eso,
no espero que desaparezcan las fronteras
no creo que se borren muros y alambradas,
no cesarán las guerras
y las seguirán perdiendo los de siempre,
no cambiará el sistema, el dinero, el poder…
no habrá vías seguras para escapar del hambre,
para sacudirse de encima tanta injusticia,
para huir de la muerte.
seguirán llamando las familias,
seguirán buscando las madres,
añorando los hermanos,
extrañando las hijas.
No pido enterrarlos dignamente,
nos seguirán acompañando en la espuma del mar
o en una tumba sin nombre.
Ya solo espero que siga estremeciendo el corazón,
que me duelan las tripas,
que las entrañas no se cierren para siempre,
solo pido que, también en este lado del mar,
haya alguien que los llore, ya no pido más que eso.

Terminada la lectura de la poesia volvemos a leer la poesía de Pilar del Río “Mi hijo muere cada tarde en el mar”.

Posteriormente guardamos un minuto de silencio y todos y todas juntos proclamamos nuestras denuncias y reivindicaciones, hay soluciones, no puede faltar interés.

– Mostramos nuestra más absoluta indignación por la continua repetición de esta injusticia que supone tantas muertes para llegar a Europa.
– Exigimos que se tomen medidas concretas y urgentes para evitar que se vuelva a repetir esta vergüenza, y garantizar la seguridad de las personas que se ven obligadas a migrar.
– Exigimos que los distintos gobiernos abran vías seguras de migración para las personas que se ven forzadas a dejar sus casas y familias por causa de las guerras, el hambre y las injusticias.
– Exigimos que se hagan todos los esfuerzos necesarios para respetar la memoria de las víctimas, para identificarlas y comunicar la desgracia a sus familiares.
– Nuestra sociedad pierde sus valores fundamentales si no reacciona de forma más humana y nuestras administraciones no pueden parecer, ni aparecer, como insensibles a esta dramática situación.

¡NO MÁS MUERTES PARA LLEGAR A EUROPA, POR UN MEDITER´RÁNEO SOLIDARIO!

CONCENTRACIÓN POR LAS MUERTES EN EL MEDITERRÁNEO

Hoy, después de mucho tiempo nos volvemos a reunir de forma presencial para denunciar las muertes en el Mediterráneo, casi 2000 conocidas más las que no se sabe. Es terrible oír llamadas o ver correos de madres y hermanas destrozadas porque no saben donde están sus hermanos, sus maridos, sus hijos, sus padres.

Hoy nos volvemos a concentrar en esta plaza tras las noticias de nuevas muertes en nuestras costas. Hoy nos volvemos a concentrar en esta plaza porque, para los que estamos aquí, la muerte de un solo ser humano ya es demasiado. Hoy nos volvemos a concentrar por quien no puede, por quien no tiene voz, por aquellos que murieron o están desaparecidos. Hoy nos volvemos a concentrar para que las estadísticas de estos muertos de las noticias dejen de ser números y sean personas con nombres y apellidos, con familias, con amigos, con una historia… personas que un día se arriesgaron por querer tener esperanza y terminó truncada por no poder hacer un viaje seguro. Hoy nos volvemos a concentrar porque no puede ser delito, no puede ser algo ilegal, querer tener futuro, ese del que muchas personas no tienen en su país. Hoy nos volvemos a concentrar porque no podemos entender que el hambre, la guerra o la pobreza, puedan estar normalizadas.

Alguien que los llore,
ya no pido más que eso,
no espero que desaparezcan las fronteras
no creo que se borren muros y alambradas,
no cesarán las guerras
y las seguirán perdiendo los de siempre,
no cambiará el sistema, el dinero, el poder…
no habrá vías seguras para escapar del hambre,
para sacudirse de encima tanta injusticia,
para huir de la muerte.
seguirán llamando las familias,
seguirán buscando las madres,
añorando los hermanos,
extrañando las hijas.

No pido enterrarlos dignamente,
nos seguirán acompañando en la espuma del mar
o en una tumba sin nombre.
Ya solo espero que siga estremeciendo el corazón,
que me duelan las tripas,
que las entrañas no se cierren para siempre,
solo pido que, también en este lado del mar,
haya alguien que los llore, ya no pido más que eso.

En definitiva, hoy nos volvemos a concentrar en esta plaza porque la muerte de un ser humano no nos es indiferente y con nuestro silencio, con ese minuto que haremos gritemos que no, las administraciones no pueden ser tampoco indiferentes a este drama humanitario.

Una vez más recurrimos a la poesía de Pilar del Río “Mi hijo muere cada tarde en el mar”. Guardamos un minuto de silencio…… Y juntos proclamamos nuestra denuncia y reivindicación:

  • Mostramos nuestra más absoluta indignación por la continua repetición de esta injusticia que supone tantas muertes para llegar a Europa.
  • Exigimos que se tomen medidas concretas y urgentes para evitar que se vuelva a repetir esta vergüenza, y garantizar la seguridad de las personas que se ven obligadas a migrar.
  • Exigimos que los distintos gobiernos abran vías seguras de migración para las personas
    que se ven forzadas a dejar sus casas y familias por causa de las guerras, el hambre y las injusticias.
  • Exigimos que se hagan todos los esfuerzos necesarios para respetar la memoria de las víctimas, para identificarlas y comunicar la desgracia a sus familiares.
  • Nuestra sociedad pierde sus valores fundamentales si no reacciona de forma más humana y nuestras administraciones no pueden parecer, ni aparecer, como insensibles a esta dramática situación.

¡NO MÁS MUERTES PARA LLEGAR A EUROPA! ¡POR UN MEDITERRÁNEO SOLIDARIO!