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REUNIÓN CON EL DEFENSOR DEL PUEBLO ANDALUZ

La Asociación ha acogido la reunión de Jesús Maeztu, Defensor del Pueblo Andaluz, con la Mesa del Tercer Sector de Acción Social de Níjar.

Las diez organizaciones sociales que forman la Mesa del Tercer Sector de Nijar se han reunido en la Sede de Almería Acoge con el Defensor del Pueblo Andaluz. Los temas tratados se han centrado en la preocupación por lo que las entidades participantes interpretan como  incumplimiento reiterado de la legislación vigente por parte del Ayuntamiento de Níjar en cuanto al empadronamiento de personas que residen en su termino municipal. Se trata de una realidad ya conocida, ya denunciada con anterioridad y que vuelve a repetirse incomprensiblemente, ya que ajustar el padrón a las personas que realmente residen en un municipio solo trae ventajas para toda la población (baste recordar, por ejemplo, que la dotación de servicios fundamentales como la sanidad pública depende del número de personas empadronadas), mientras que la dificultad de acceso al mismo es una traba importantísima para el proceso de normalización e inserción social, documental y laboral de las personas inmigrantes, ya que no les permite ser sujeto de derechos fundamentales.

Así mismo, el Defensor se ha manifestado muy preocupado por la falta de alternativas de alojamiento ante el próximo desalojo de un asentamiento también en Níjar. Por más que no haya sido promovido por el ayuntamiento sino por el propietario del terreno, sigue siendo competencia de la administración local procurar que nadie quede en situación de calle tras un desalojo, y más cuando afecta directamente a varias familias con menores a cargo.

El Defensor del Pueblo ha manifestado su reconocimiento por la preocupación y el trabajo que las organizaciones miembro de esta Mesa hacen en beneficio del municipio de Níjar en su conjunto. Reiteramos nuestro agradecimiento a  la dedicación y el esfuerzo que el Defensor, junto con sus asesoras, sigue prestando a nuestra provincia.

UNA REFLEXIÓN SOBRE EL DESALOJO

«Los días pasan y no suelen ser muy diferentes. Esta noche no he podido dormir. Me he levantado a las cinco de la mañana, inquieto. He ido al salón de mi casa, he encendido la televisión, he sacado de la nevera una botella de agua fría y he mirado las noticias en el móvil hasta que ha sonado el despertador. Ya estaba despierto, pero necesitaba despejarme, así que me he dado una ducha caliente. Después, he bebido otro vaso de agua y he comido un trozo de pan. No tenía mucha hambre. Al terminar, me he cepillado los dientes, he bajado al garaje, he cogido mi coche y he ido al trabajo.

Al llegar, he encendido el ordenador, revisado los correos y, como todas las mañanas, he ido con mis compañeras al bar de al lado a tomar café. Allí ya nos conocen; saben cómo me gusta el café y el trato es familiar.

Pero pronto me he dado cuenta de que no era un día normal. El teléfono no paraba de sonar: llamadas de distintos medios que querían la opinión del director sobre el desalojo que está a punto de suceder el 25 de febrero en una finca privada situada en el paraje Los Bojares, en Níjar (Almería). En esta ocasión, no es una entidad pública la que reclama el suelo, sino el propietario, que quiere recuperar la finca para su uso.

En ese asentamiento viven 60 personas, incluidas familias con menores. Son personas que trabajan. Niños que van a la escuela. Padres y madres que cuidan de sus hijos. Son trabajadores agrícolas que se levantan todas las mañanas para sostener el campo almeriense: ese que tantas alegrías nos ha dado y que, al mismo tiempo, castiga a tantos otros.

Esta mañana, ellos no han seguido el mismo proceso que yo. No han encendido la luz porque no tienen. No han abierto el grifo para beber agua potable porque no hay. No han sacado comida de un frigorífico porque, si lo tienen, es con la inestabilidad de un tendido eléctrico precario, insuficiente para 60 personas.

Hoy han despertado con la noticia de que perderán su hogar. Porque, dentro de la precariedad y la vulnerabilidad, ese sigue siendo su hogar. Tan digno como las mansiones de aquellos para quienes trabajan.

Algunas familias han decidido dejarlo todo —lo poco que les queda— e irse a Murcia en busca de una nueva vida. Otras intentarán sobrevivir en otros asentamientos de la zona.

La justicia sigue su curso y su respuesta es lícita. Pero la respuesta de la administración es, como de costumbre, ausente.
Un desalojo siempre debería ir ligado a un realojo.

El campo almeriense sobrevive gracias a la mano de obra de miles de migrantes que trabajan en un sector del que los españoles se alejaron hace tiempo. Algo debe de estar pasando en el campo para que los únicos que quieran trabajar en él sean aquellos que no tienen otra opción.

Después de tantas llamadas y las explicaciones de mi jefe, he salido tarde del trabajo. Una mujer del barrio, agradecida por lo que hacemos, nos ha traído cuscús para todo el equipo. Hemos comido juntos, al estilo africano, todos del mismo plato.

Al terminar, he cogido el coche y he vuelto a casa. Me he tumbado en mi cómodo sofá, luego he salido a pasear para despejarme y después he vuelto al mismo sofá. Me he preparado la cena y, tras comer, me he puesto a escribir.

No he dejado de pensar ni un solo momento que todo el revuelo de hoy es la realidad diaria de miles de personas. La única diferencia entre ellos y yo es que he tenido la suerte de nacer al otro lado del Mediterráneo.

Y mientras escribo, con todas las comodidades del mundo rico, me pregunto: ¿qué está pasando por la cabeza de nuestra sociedad para que siempre culpemos de todos los problemas a los más vulnerables?

Tenemos miedo de perder la cultura europea. Pero si la respuesta ante la injusticia es señalar al más débil, quizás el problema no sean ellos. Quizás el problema sea nuestra propia cultura.»

Alfonso García Moreno

CLASES DE LENGUA Y CULTURA ESPAÑOLA EN ASENTAMIENTOS

Uno de nuestras formaciones más antigua y a la que le dedicamos mucho tiempo y cariño son las clases de lengua y cultura española, desde hace ya un tiempo hemos conseguido llegar con ella a los Asentamientos de Níjar. Nos parecen muy importantes para las personas migrantes que viven en asentamientos, por eso nuestro lema: Un Paso Hacia la Inclusión Lingüística y Cultural.

El retorno de nuestras clases de español en los asentamientos de Níjar, son un espacio de aprendizaje inclusivo donde los participantes pueden mejorar su dominio del idioma y fortalecer sus oportunidades en el ámbito laboral y social, acercando el conocimiento desde la realidad cotidiana a la que se enfrentan.

Las sesiones están pensadas para que junto a nuestro equipo de voluntari@s y docentes exista un ambiente amigable y accesible, adaptado a las necesidades de cada participante. A través de estas clases, buscamos no solo mejorar las habilidades lingüísticas, sino también fomentar la integración y el respeto intercultural en nuestra comunidad.

En caso de estar interesad@ o conocer a alguna persona interesada puedes pasarte por nuestro centro de atención Diurna ubicado en Paraje Balsa Seca, San Isidro  

¡Invitamos a todos los interesados a participar!.  

Juntos, construimos puentes a través del idioma. ¡Os esperamos!

UNA VIDA, 50 EUROS

Hay quien se dedica a estudiar, cuantificar y valorar el impacto social que tiene una inversión, incluso cuando ésta no tiene un valor de mercado tangible. Es lo que se llama Retorno Social de la Inversión.

Dicho de una forma más inteligible, los expertos afirman que por cada euro que se invierte en temas como educación o cohesión social, revierte entre una media de 4 euros. La verdad es que no está nada mal. Es una forma más inteligente de mirar el esfuerzo por mejorar la situación de las personas y la
realidad que nos rodea. Un análisis inteligente de lo que aportan entidades como la nuestra a la sociedad que muchas veces la sociedad ignora y quienes la gobiernan parecen olvidar.

En 2023, como venimos haciendo desde hace más de 30 años, Almería Acoge desarrolló un “Proyecto para la inclusión social de personas obligadas a vivir en asentamientos en Andalucía “ . Un proyecto que desarrollaba acciones formativas de distinto tipo, asesoramiento en materia de extranjería y detección de
víctimas de trata de seres humanos, entre otras cosas.

Todos sabemos que uno de los principales problemas relacionados con la inmigración en la provincia es la proliferación de asentamientos de infraviviendas, y una de las desgracias más repetidas últimamente en estos vergonzosos asentamientos, son los incendios en los mismos.

Pues bien, como pensamos que no basta con escandalizarse y denunciar la situación, ese proyecto, desarrollado en la comarca de Nijar, también comprendía el desarrollo de “acciones formativas y de sensibilización sobre prevención de incendios”, y en cada uno de los 6 cursos realizados en otros
tantos asentamientos, se les proporcionó un extintor a cada grupo participante, unos extintores que costaban 50€.

Cuando realizamos cualquier tipo de taller, siempre intentamos evaluar si los conocimientos adquiridos resultan realmente de utilidad o si son utilizados de manera práctica. En esta ocasión la evaluación fue fácil: uno de los últimos talleres se desarrolló ya en el mes de diciembre, y cuatro días después del taller se produjo un incendio en el mismo asentamiento. La persona que ocupaba la chabola que comenzó a arder se encontraba dentro y no podía salir. Salvó su vida gracias a que sus compañeros pudieron apagar con el extintor ese amasijo de plásticos, cartones y maderas que son a un tiempo paredes y combustible, y de paso impidieron que se propagase por todo el asentamiento.

Puede que alguien estuviera calculando cuánto habrá revertido a la sociedad Almeriense ese gasto de 50€ de cada extintor, o cuánto supondrá por la inversión global de ese proyecto. No es una cuenta difícil.

Yo me quedo con otra más sencilla: 50€ salvaron la vida de un hombre. Una vida. Una persona. Ese ha sido el mejor resultado de este proyecto. Una vida, Una persona. Si alguien no lo ve claro, no está haciendo cuentas, está inventando cuentos.

Juan Miralles

ENCUENTRO CON UNICEF PARA ASENTAMIENTOS

Almería Acoge participa y facilita el encuentro de Unicef con las organizaciones que intervienen en Asentamientos en la provincia de Almería. La reunión ha tenido lugar en nuestra sede de Largo Caballero

Ante la situación que se viven en los asentamientos, Unicef ha puesto en marcha un trabajo de información sobre las condiciones de los menores en los asentamientos de Almería; para ello se han unos días dos representantes de esta organización en la provincia, realizando visitas a los asentamientos de Níjar y El Ejido, algunas de las cuales hemos acompañado, y manteniendo entrevistas con distintas instituciones, ayuntamientos y organizaciones sociales, para conocer de primera mano cuál es la realidad que se está viviendo y poder plantear actuaciones en consecuencia.

En la reunión estuvieron presentes organizaciones que están presentes en el día a día en el Campo de Níjar y que aportaron su acción y conocimiento: Almería Acoge, Fundación Cepaim, Mujeres en Zona de Conflicto, Médicos del Mundo, Cruz Roja y Servicio Jesuita de Migraciones. Siempre resulta interesante este tipo de puestas en común con el trabajo y las dificultades que nos encontramos cada uno.

ENTREGA DE DIPLOMAS EN EL VISO

A veces se nos escapan noticias a lo largo del curso, una que nos parece muy importante es esta, la entrega de diplomas del «Curso de lengua y cultura española» que hemos ido desarrollando en el Asentamiento El Viso (Níjar). La importancia es poder hacerlo en un asentamiento que no es nada fácil, ha supuesto un gran esfuerzo por parte de las personas que lo han impartido.

Los participantes, en su mayoría jóvenes senegaleses y también algunos de Gambia y Marruecos, se mostraron encantados con sus diplomas. Y es que después de varios meses acudiendo regularmente a clase, la recompensa ha merecido el esfuerzo.

Desde principios de años, comenzamos a dar clases, una vez por semana, para que los jóvenes residentes en la zona consigan mejorar su “español” para así conseguir una mejor inclusión e integración.

La demanda de clases es tan grande, que tuvimos más de 50 participantes, repartidos en dos grupos. Regularmente acudían a clase más de una veintena de varones norteafricanos. Este curso, se ha desarrollado paralelamente al curso permanente que realizamos cada lunes y martes desde nuestro centro de día, sito en Balsa Seca en San Isidro (Níjar), en el que contamos con la colaboración de voluntariado.

Desde la equipo de Níjar de Asociación, queremos agradecer a los residentes en el asentamiento que nos dejaran impartir las clases en su “casa”, ya que las clases las realizamos en el lugar donde residen, debido a que los asistentes, en su mayoría, son chicos venidos del El Viso y alrededores.

TALLER DE PREVENCIÓN DE INCENDIOS

Dada la realidad de los múltiples incendios que se producen en los asentamientos y entornos habitables vulnerables. Hace solo 6 días un incendio arrasó un asentamiento dejando en la calle a más de 400 personas. En Almería cada año hay varios incendios donde, por desgracia, en algunos casos suponen no sólo pérdidas materiales sino también personales.

Por esta razón desde la asociación en el marco de “#Macondo: Proyecto para la inclusión social de personas obligadas a vivir en asentamientos en Andalucía” subvencionado por la Dirección General de Atención Humanitaria e Inclusión Social de la Inmigración y cofinanciado por el FSE+, que desarrollamos con la Federación Andalucía Acoge seguimos impartiendo estos talleres de prevención de incendios.

En estos talleres hablamos sobre los riesgos de incendios, su prevención y su extinción. Hacemos especial hincapié en la necesidad de no acumular basura, en el peligro de conexiones eléctricas sin seguridad, en cómo disminuir el riesgo cuando se utilizan cocinas portátiles en sitios cerrados y no ventilados.

Además se los dotó de un extintor y se les instruyo en el manejo de este, para mejorar la seguridad en el asentamiento. También se habló como actuar en caso de incendio y de los teléfonos de emergencias.

Creemos que esta pequeña aportación puede ayudar a disminuir mucho el riesgo y vemos cómo poco a poco las personas que habitan estos espacios se van concienciando del riesgo que suponen los incendios.

PRESENTACIÓN DEL INFORME 2022 SOBRE LOS ASENTAMIENTOS DEL CAMPO DE NÍJAR

Andalucía Acoge junto con su entidad Federada Almería Acoge ha debatido en la Universidad de Almería sus propuestas de mejora para la inclusión y la igualdad de derechos de las personas que viven en los asentamientos. En la mesa han estado Juan Miralles de Almería Acoge como moderador, Angel Madero de la Federación Andalucía Acoge, Mª del Mar de Almería Acoge y Beatriz González-Martín del CEMyRI de la UAL.

En este entorno se ha presentado el informe: ‘Asentamientos 2022. Consecuencias de la discriminación en los asentamientos en la Comarca de Níjar‘. Una investigación orientada a sistematizar información sobre las situaciones de discriminación en el acceso a los derechos de las personas migradas que viven allí, así como a proponer soluciones para lograr la inclusión y la igualdad de derechos de estos vecinos y vecinas.

Hay dos aspectos muy destacables de las Jornadas: la presentación de propuestas reales y realizables y el interés y participación del público asistente, comprobando el interés que despierta este tema y la necesidad de solucionarlo.

Las propuestas más inmediatas inciden en la mejora de las condiciones de salubridad (agua potable, saneamiento, electricidad, recogida de basuras, transporte), el derecho a una vivienda, al empleo y el salario justo (condiciones laborales), así como facilitar y fortalecer el acceso al sistema de protección social, entre otras. Además, el informe se detiene en situaciones de especial vulnerabilidad, a través de medidas más trasversales vinculadas a la reducción de la discriminación por cuestiones de nacionalidad, etnia o aspecto físico, el acceso a mecanismos de denuncia segura, la intervención con familias, mujeres y jóvenes extutelados así como a reducir los episodios de violencia vinculados a delitos de odio y trata de personas.

En este sentido es imprescindible la coordinación entre los agentes implicados: administraciones públicas, sindicatos, tejido empresarial, sociedad civil organizada y, sobre todo, las propias personas que viven en los asentamientos.

Desde la Federación consideramos que las administraciones han dado algunos pasos en la buena dirección y espera que los resultados de esta investigación sean una palanca de impulso para alcanzar nuevos compromisos, especialmente desde los ayuntamientos. Más si cabe ante las inminentes elecciones municipales y, justo ahora, que el Parlamento Europeo ha anunciado que investigará las condiciones de vida de los trabajadores agrícolas, a raíz de una queja presentada por la asociación federada Almería Acoge y la Asociación Multicultural de Mazagón.

El informe da las claves de por donde tiene que ir el trabajo a partir de una fotografía de la provincia: a finales de 2022, existían cuatro asentamientos en La Mojonera, dos en Almería capital, nueve en El Ejido y 44 en Níjar, donde se encuentra el 70% de ellos. En abril de 2022, vivián en estos enclaves 3.537 personas (3.038, hombres; 499, mujeres y 83 menores de edad). El número de personas fluctúa a lo largo del año, según los picos de mayor intensidad de mano de obra en las campañas agrícolas.

Algunas de las claves detectadas son:

  • El empadronamiento, la llave que abre la puerta a la titularidad efectiva de derechos y acceso a servicios y políticas públicas. A las personas que se ven obligadas a vivir en los asentamientos, se les niega la titularidad de derechos vinculados a su vecindad administrativa (tal y como recoge el Estatuto de Autonomía de Andalucía) al impedirles empadronarse. Sólo un 26,9% de las personas entrevistadas manifiesta poseer empadronamiento. Prácticamente la totalidad lo ha conseguido de manera irregular, ya sea pagando por él o porque tienen el empadronamiento en otras localidades (o provincias). Una situación especialmente injusta, teniendo en cuenta que solo depende de la voluntad política y los ayuntamientos tienen la obligación de aplicar la normativa.
  • La situación documental de estas personas como un elemento clave para explicar la situación de extrema exclusión que viven las personas en los asentamientos. El porcentaje de personas que se encuentran en situación administrativa irregular es de un 76,3% y alcanza el 86,8% en el caso de las mujeres, que son las que se enfrentan a mayor grado de exclusión.
  • La imposibilidad de conseguir una vivienda para salir del asentamiento. El 92% de las personas entrevistadas afirman que tienen “máxima dificultad para encontrar alojamiento“. Los resultados muestran que la mayoría de las personas que viven en los asentamientos no están recién llegadas a España, un 82,2% lleva más de un año en territorio español, llegando a un 15,4% quienes llevan más de 10 años. Además, diez de los asentamientos que se ubican en Níjar tienen más de veinte años de antigüedad y podrían ser considerados barrios consolidados, aunque carecen de los servicios mínimos para poder vivir con dignidad.

Al final se ha establecido un debate muy enriquecedor entre las personas asistentes y se han consolidado y confrontado algunas de las ideas que se proponen y algunas de las claves del informe.

TALLER DE GESTIÓN DE RESIDUOS

Consideramos que la dignidad de las personas es algo tan importante que no podemos perder de vista, por lo que, en nuestro afán por mejorar las vidas de las personas más desfavorecidas, hemos realizado un taller de “gestión de residuos” en el asentamiento Cortijo Paula (Níjar).

Este asentamiento que está compuesto por varias edificaciones en mal estado, semiderruidos, y por un grupo grande de chabolas, en los que viven alrededor de sesenta personas de origen marroquí en su mayoría. Muchos de ellos tienen regularizada su situación administrativa, pero se ven abocados a vivir en este lugar debido a la escasez de vivienda en el municipio. El asentamiento se encuentra alejado del núcleo urbano, entre invernaderos lo que dificulta su acceso a servicios municipales, por lo que entre otras carencias, no dispone de un servicio recogida de residuos urbanos.

Tras las visitas periódicas que realizamos a este conocido asentamiento, detectamos que existe una gran acumulación de residuos domésticos. Por ello, decidimos actuar y ponernos manos a la obra.

En primer lugar, convocamos a los residentes para poder realizar una charla con ellos para ver su punto de vista. A continuación, hablamos sobre la importancia de la gestión correcta de residuos para evitar su acumulación y las posibles consecuencias que tienen tanto en la salud de las personas como del medio ambiente.

Consideramos que una de las claves, es la dinamización comunitaria como herramienta de cambio. Si estas personas son capaces de organizarse y tomar decisiones pueden por mismas mejorar las condiciones de vida en este tipo de lugares.

Algunas de las soluciones que ellos planteaban, era la colocación de un container de obra, que podrían sufragar haciendo un fondo común en el que todos los vecinos del asentamiento pueden aportar algo. Otra vía, sería solicitar al Ayuntamiento de la comarca la colocación de un contenedor urbano de línea, como se ha hecho en alguno de los otros asentamientos de la zona. Esta medida reforzaría el empoderamiento en pro de la defensa de sus derechos como residentes de la comarca.

Esta acción se realiza en el marco de “Macondo: Proyecto para la inclusión social de personas obligadas a vivir en asentamientos en Andalucía” subvencionado por la Dirección General de Atención Humanitaria e Inclusión Social de la Inmigración y cofinanciado por el FSE+.

LA NECESIDAD DE CREAR ESPACIOS HABITABLES

Trabajo desde hace mas de treinta años con población migrante y a lo largo de este tiempo siempre me cuestiona la misma idea: la sociedad se convierte en un mundo hostil en el que es difícil habitar, por un lado en sentido físico: la población migrante se ve en muchas ocasiones avocada a vivir en condiciones inhumanas, en infraviviendas, en el caso de Almería en grandes asentamientos, lugares inhóspitos en los que se amontona la basura y se quiere también amontonar a las personas como si fueran desechos; y por otro, en sentido simbólico, faltan lugares en los que uno pueda sentirse acogido cultural y personalmente, aceptado, respetado, faltan lugares emocionales que sean habitables, como los llama José Laguna.

Este drama de falta de espacios habitables comienza en los propios países de origen del migrante y es la causa de que se vean forzados a salir de ellos, el Norte depreda a los países del Sur, el neoliberalismo salvaje que nos envuelve convierte en mercancía todo lo que toca y los hace inhabitables para sus pobladores, no solo por la explotación y saqueo de sus materias primas sino también por la corrupción de sus élites políticas y económicas y por la dependencia a nivel tanto político como económico. El Norte ha convertido a estos países en grandes basureros, es desalentador ver en África el problema que causa el plástico o los residuos tóxicos de material industrial y electrónico desechado; he conocido ayuntamientos de estos países que no tienen dinero ni medios para recoger la basura todos los días, mucho menos para tener plantas de reciclaje de residuos. Se convierten así en lugares inhabitables tanto física como simbólicamente, es normal que cualquier persona desee salir de ellos buscando otros que les han vendido como más habitables.

Pero el drama no termina aquí, este es solo el comienzo que continua con un viaje migratorio inhóspito e inhumano, que deja un reguero de muerte en el camino y que termina con la llegada al soñado Norte, a Europa, para encontrarse viviendo en un asentamiento, un lugar inhóspito e inhabitable donde se convierten en los nuevos esclavos del siglo XXI, son los nuevos descartados del sistema, los excluidos y empobrecidos, los “nadies” de los que hablaba Eduardo Galeano. Son los no queridos ni reconocidos como persona, sino sólo como mano de obra que se utiliza cuando se necesita y se deshecha cuando no hace falta. No se hace esfuerzo alguno por generar espacios de convivencia, y además, como los “pobres de solemnidad” que piden en las calles, se considera que afean los pueblos y ciudades y son un problema de cara al turismo.

Es lo que pasó, por ejemplo, con el Asentamiento del Walili en el Campo de Níjar en la provincia de Almería, estaba en una encrucijada de caminos que lleva a algunas de las playas más bonitas de la provincia; un lugar bastante visible que ha generado una dinámica perversa por parte del Ayuntamiento que declara a las personas que lo habitan como no sujetas a derechos, disfrazada de una “bondad y cuidado hacia ellos”. De manera unilateral, la administración pública decidió eliminarlo, en teoría esto es bueno y deseable, ningún asentamiento chabolista es un lugar habitable, pero el problema es cuando se hace de espaldas a las personas que, de hecho, lo habitan, como si no tuvieran nada que hacer o que decir.

Pilar Castillo autora del artículo

No basta con eliminar físicamente un asentamiento, es necesario hacer una labor de reconstrucción personal, de reconocimiento y participación en el proceso de las personas que lo habitan, es necesario trabajar también esa otra parte emocional y simbólica, pero cuando desde la sociedad en general y desde la política en particular no se apuesta por ello, significa que en realidad no estamos generando espacios habitables.

En nuestra sociedad es imprescindible construir espacios habitables y esto supone trabajar la convivencia, considerar al otro como persona igual a mi, sujeto de derechos y de dignidad, es necesario crear espacios de reconocimiento del otro, creer que cada persona es parte de la solución y es necesario tenerla en cuenta. Crear espacios habitables supone trabajar lo comunitario, lo participativo, devolver a la persona su derecho a soñar junto a otros, junto a otras.

Supone que la persona y no el mercado sea el centro de la sociedad.

Ojalá, que más allá de cualquier Walili, ante cualquier asentamiento, infravivienda o barrio marginado seamos constructores de espacios y lugares habitables tanto física como simbólicamente.

Pilar Castillo García