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EDUCACIÓN EN VALORES CON LOS NIÑOS Y NIÑAS DE SAN NICOLÁS (LA MOJONERA)

El pasado mes de febrero se ha generado un nuevo taller con el objetivo de fomentar la educación en valores con los niños y niñas de la Barriada San Nicolás en el municipio de La Mojonera. Dicho taller se lleva a cabo los jueves en el centro sociocultural de San Nicolás.

Juegos de compañerismo

Tras realizar una observación y analizar las necesidades que requería este barrio de la Mojonera donde ya trabajamos también con otros colectivos. Se llega a la conclusión de que es un barrio con muchos niños y niñas y la importancia de poder transmitirle una educación en valores. Es por ello que mediante dinámicas, juegos y actividades queremos fomentar valores como la solidaridad, el compañerismo, la igualdad de género, el cuidado del medioambiente y desarrollar las habilidades sociales, entre otros.

Así pues, durante estas semanas se han realizado diferentes actividades tales como; presentación y normas del taller, juegos dinámicos en los que debían trabajar en equipo y ayudarse unos a otros para conseguir el objetivo. Asimismo el pasado 8 de marzo por el día de la mujer se realizó una lluvia de ideas en las que se profundizaron en preguntas tales como; ¿ por qué existe el día de la mujer? ¿pensáis que hay igualdad entre hombres y mujeres?. Los niños y niñas llegaron a la conclusión que sobre todo en las tareas domésticas en sus hogares no ven esa igualdad, ya que son sus madres las que realizan dichas tareas. Además se realizó una pancarta en la que se plasmaron palabras claves y dibujos sobre la igualdad de género. También hicieron unas gafas con cartulinas cuyo objetivo de la actividad era imaginar una
situación de desigualdad de género sin las gafas y ponerse las gafas para imaginar cómo cambiar esa situación ahora sin desigualdad.

Las niñas y niños de San Nicolás están muy ilusionados con esta nueva actividad que la asociación Almería Acoge está realizando en su barrio y vienen cada jueves con ganas de seguir aprendiendo.

SOY MADRE, MUY POBRE, VIVO EN UNA ZONA RURAL …

Soy madre, soy muy pobre, vivo en una zona rural y de pequeña no pude ir a la escuela.

Parí a mis hijos con ternura y dolor, tengo cuatro: 3 niñas y un chico.

Con 17 años, mi hijo decidió que tenia que hacer algo para ayudar a la familia, con 17 años mi hijo como todos los hijos del mundo, tenía sueños, tenía ilusiones, tenía esperanzas… pero no en el pueblo. él vio que tenia que emigrar, y con un dolor inmenso en mi corazón tuve que dejarlo ir, me parecía tan pequeño, tan indefenso, hoy sé que mi hijo puede con todo.

Foto del encuentro en Marruecos

Mi hijo se subió en una patera y se fue a España, en muchos días, que me parecieron una eternidad, no supe nada de él, después he sabido que estuvo un tiempo en un centro de menores, de ahí salió a la calle con 18 años y se tuvo que buscar la vida; en todo ese tiempo no pudo ayudar a la familia, a mi eso no me importaba, solo me preocupaba que estuviera vivo, que estuviera bien.

Mi hijo fue buscando ayuda y dio con una asociación que podía ayudarle, lo recibió una mujer supo ver su necesidad y su potencial, y le solicito poder entrar en una casa para mayores de 18 años.

Hoy sé que mi hijo fue acogido en una casa que compartía con otros chicos, no tuvo que seguir en la calle, solo, con miedo y con frío, tuvo la oportunidad de arreglar sus papeles y de conseguir un trabajo.

Hoy ha venido de nuevo a mí, ha venido a su pueblo, a su casa y mi alegría ha sido inmensa, llevaba seis años sin verlo, sin poderlo abrazar, sin poderlo besar, y hoy es para mí día de fiesta, llamé a las vecinas para que lo vieran, llame a mi familia para que supieran que él había vuelto, es día de fiesta.

Después llamé también a las personas que lo habían cuidado al otro lado del mar, vi sus rostros, les di las gracias, le agradecí a esa mujer que fuera capaz de ver a mi hijo como si fuera el suyo, me siento unida a ella en esa solidaridad de mujeres que aunque no nos conozcamos, aunque nos separe el mar, el idioma, la cultura… nos nace de dentro. No nos entendíamos porque no hablamos el mismo idioma, pero sí que los de allí y los de aquí entendimos que mi hijo nos une, nos hermana.

Ojala ninguna madre tenga que vivir el dolor de ver a sus hijos partir, pero si no tienen más remedio, ojala se encuentren en su camino personas como estas que les ayuden, les acojan, que comprendan su dolor y el mío, el dolor de un hijo al partir y el de una madre al despedirse y que de este dolor pueda hacer nacer a través de la solidaridad puentes entre las personas y las culturas, que vayan más allá de las fronteras, que este dolor nos haga ser y sentirnos más humanos.

Este abrazo y esta historia son reales; la vivimos hace unos días desde el proyecto de inserción laboral y social para jóvenes inmigrantes que hayan estado bajo medidas del sistema de protección menores de la Junta de Andalucía, que desarrolla la Federación Andalucía Acoge a través de su entidad socia Almería Acoge en Almería. A lo largo de 2 años de proyecto han pasado por las casas de acogida 140 chicos que, como el hijo de esta madre, han encontrado un hogar, recibido protección, cariño, acompañamiento en su maduración y crecimiento personal; han tenido la posibilidad de documentarse y de encontrar un trabajo y, por tanto, de conseguir integrase en nuestra sociedad, y ayudarnos a todos a ser más humanos y más solidarios.

Pilar Castillo

CONCENTRACIÓN POR NUEVAS MUERTES EN EL ESTRECHO

En 1915, en plena primera guerra mundial, el teniente coronel médico John McCrae, horrorizado ante tanta muerte escribió: “Nosotros somos los muertos. Hace solo unos días estábamos vivos. Sentíamos el amanecer y la calidez del sol al ponerse. Amábamos y éramos amados. Y ahora yacemos en los campos de Flandes”.

Poco hemos aprendido, aún seguimos en pie de guerra. Busco con atención lo poco que aparece en la prensa sobre los últimos fallecidos frente a la costa de Almería, lo encuentro en páginas de prensa digital: el cadáver del primer hombre con un chaleco salvavidas frente a embarcaciones de recreo. Salta otra notica junto a esta: fosas comunes con hombres, mujeres, niños acribillados frente a centrales nucleares bien custodiadas. Cinco niños rescatados con hipotermia frente a la preocupación por el precio del gas y la electricidad. Otro cadáver un poco más adelante. Tres hombres “en malas condiciones” ¿tres hombres? Millones de hombres, mujeres, niños y niñas “en malas condiciones” que van cayendo en esa fosa común llamada mediterráneo.

938 personas muertas en lo que va de año en el mediterráneo occidental, (sin contar los cuarenta que murieron en la valla de Melilla), 35 aquí en nuestras costas, 37 sumando estos dos. Eran personas de Marruecos, Argelia, Guinea Conakry, Costa de Marfil, Senegal y Siria. Que se sepa. Son
“enterramientos” masivos, fosa común, aunque la sala de torturas viene de más lejos, son crímenes de guerra, de otra guerra que olvidamos hace tiempo, como hacemos con todas las que no afectan a nuestros bolsillos. Vienen de la guerra del hambre, de la injusticia, de los gobiernos títere al servicio de los mismos intereses económicos que mueven las otras guerras y que siempre han puesto el beneficio por encima de las personas.

No nos extrañemos de estas fosas comunes, ni de esos edificios en los que unas tropas y después otras ondean sus banderas de victoria, cuando por dentro están “totalmente destruidos”. No nos engañemos, construimos sobre la destrucción un nuevo/viejo orden mundial a costa de millares de
muertos.

Como en todas las guerras, solo nos queda ponernos en pie sin más armas que la razón y la palabra para exigir acabar con esta hemorragia, y el corazón, la poesía y el silencio para solidarizarnos con los caídos, los muertos, los que hace solo unos días estaban vivos. Sentían el amanecer y la calidez del sol al ponerse. Amaban y eran amados. Y ahora yacen… en nuestras costas.

Y porque los que estamos aquí no queremos sentirnos cómplices, mostramos nuestra repulsa ante este sistema injusto y nuestra solidaridad con sus víctimas, guardando un minuto de silencio. Y recurrimos, una vez más si, a la poesía de Pilar del Rio para mostrar nuestra indignación.

Y repetimos juntos, una vez más, nuestra reivindicación

– Mostramos nuestra más absoluta indignación por la continua repetición de esta injusticia que supone tantas muertes para llegar a Europa.
– Exigimos que se tomen medidas concretas y urgentes para evitar que se vuelva a repetir esta vergüenza, y garantizar la seguridad de las personas que se ven obligadas a migrar.
– Exigimos que los distintos gobiernos abran vías seguras de migración para las personas que se ven forzadas a dejar sus casas y familias por causa de las guerras, el hambre y las injusticias.
– Exigimos que se hagan todos los esfuerzos necesarios para respetar la memoria de las víctimas, para identificarlas y comunicar la desgracia a sus familiares.
– Nuestra sociedad pierde sus valores fundamentales si no reacciona de forma más humana, y nuestras administraciones no pueden parecer, ni aparecer, como insensibles a esta dramática situación.

NO MÁS MUERTES PARA LLEGAR A EUROPA POR UN MEDITERRANEO SOLIDARIO

4 METROS CUADRADOS

4 Metros cuadrados es, en muchos casos, el lugar donde se tienen todas las posesiones. El espacio de intimidad, de descanso, de domir. Por supuesto sin agua corriente ni luz, de plástico. Si arde se pierde todo. Un todo que es nada para muchos, pero es todo para esa persona.

En Almería unas 5.000 personas habitan en asentamientos chabolistas, en cortijos semiderruidos, en las afueras de nuestros pueblos, diseminados entre ese mar de plástico que han formado los invernaderos almerienses. Son cientos de pequeñas construcciones muchas veces invisibles. Son 39 los asentamientos de este tipo que cuentan con más de 20 personas malviviendo en ellos, en estos asentamientos son 3.376 personas las que malviven sin acceso a agua potable, sin suministro eléctrico normalizado; soportando el frio o el calor debajo de plásticos o entre paredes semiderruidas. Un 86% son hombres, el 13 % mujeres y el 3% (más de 100) son menores que están creciendo en este entorno tan injusto y vergonzoso.

Por eso desde el ALMERÍA ACOGE, en este entorno del CÍRCULO DE SILENCIO que organiza Almería Contra la Pobreza, hemos querido acercar lo que es una chabola real. Nos hemos esforzado porque parezca habitable, las personas que moran en ellas intentan que sean habitables, es su casa, su hogar. Pero no es noramal ni debemos normalizarlo.

Hemos leido una reflexión que lo dice todo:

NO ME CONOCEN
NO ME ACEPTAN
NO ME VISITAN
NO ME TRATAN CON CARIÑO
NO ME MIRAN
NO ME SALUDAN
NO COMPARTEN SU PAN Y SU TIERRA CONMIGO
PERO ME NECESITAN
CULTIVO SUS CAMPOS,
CUIDO DE SUS MAYORES
HAGO LOS TRABAJO INGRATOS QUE NADIE QUIERE
PERO ME EXPLOTAN
ME ROBAN MI DIGNIDAD
ME TRATAN PEOR QUE A UN ANIMAL
ME CIERRAN LAS PUERTAS DE SUS CASAS
DE SU TIERRA
DE SUS CORAZONES
PERO NECESITO SENTIRME ACOGIDO
NECESITO SENTIRME ACOMPAÑADO
NECESITO SENTIRME QUERIDO
NECESITO SENTIRME VECINO
NECESITO SENTIRME PERSONA
NECESITO QUE ME MIRES Y ME VEAS

Después la dinámica ha sido cambiar frases de denuncia por frases de acogida:

FRASES QUE INTERROGAN / DENUNCIAN

TRABAJO CONTIGO ¿VIVO COMO TU?
ME VEO OBLIGADO A VIVIR ASI
ME MIRAS PERO ¿REALMENTE ME ESTAS VIENDO?
¿QUÉ SENTIRÍA TU FAMILIA SI TE VIERA VIVIR ASI?
CULTIVO TUS CAMPOS ¿POR QUÉ ME EXPLOTAS?
¿PODRÍAS VIVIR ASÍ?
SIENTO MI CULTURA PISADA
MIRAME, SOY UNA PERSONA

FRASES COMPROMISO / ACEPTACION

TE RECONOZCO DIFERENTE, TE QUIERO DIFERENTE
NO TE QUIERO VER EXPLOTADO
TE QUIERO COMO VECINO
TE VEO COMO UNA PERSONA
TE ACEPTO COMO ERES
TE MERECES TRABAJAR DIGNAMENTE
VIVE COMO YO, DIGNAMENTE
TE QUIERO VER VIVIR DIGNAMENTE
TE MIRO, TE RECONOZCO
TE QUIERO COMO AMIGO

Por último hemos leido una reflexión de Eduardo Galeano

«Los emigrantes, ahora» de Eduardo Galeano

Desde siempre, las mariposas y las golondrinas y los flamencos vuelan huyendo del frío, año tras año, y nadan las ballenas en busca de otra mar y los salmones y las truchas en busca de sus ríos. Ellos viajan miles de leguas, por los libres caminos del aire y del agua.

No son libres, en cambio, los caminos del éxodo humano. En inmensas caravanas, marchan los fugitivos de la vida imposible. Viajan desde el sur hacia el norte y desde el sol naciente hacia el poniente.

Les han robado su lugar en el mundo. Han sido despojados de sus trabajos y sus tierras. Muchos huyen de las guerras, pero muchos más huyen de los salarios exterminados y de los suelos arrasados.

Los náufragos de la globalización peregrinan inventando caminos, queriendo casa, golpeando puertas: las puertas que se abren, mágicamente, al paso del dinero, se cierran en sus narices.

SEMANA DE LA MOVILIDAD: ANTE TODO SEGURIDAD

El tema de la semana de la movilidad que nos proponen este año es “Movilidad sostenible, saludable y segura ” y el lema de la campaña es » Por tu salud, muévete de forma sostenible «. La pena es que son expresiones que quedan muy bien, expresiones a las que cualquiera se puede adherir sin ningún problema con el tema y con el lema.

Sin embargo son frases que quedan vacías ya que en general no hay una apuesta clara de las administraciones por llevarlas a cabo. “Segura” es una palabra que obliga a unas infraestructuras adecuadas cuanto menos y la realidad de nuestra provincia es que la red viaria no es nada segura en el caso de los ciclistas.

Bicicletas en el centro de día

Para miles de personas de la provincia de Almería decir que por tu salud te muevas de forma sostenible es un disparate. Por su salud, por su integridad física, por su seguridad, no deberían usar medios sostenibles como son las bicicletas. Sin embargo están obligados, no tienen otra forma de desplazarse, se trata de colectivos con escasos recursos, la mayoría inmigrantes, que necesitan llegar al invernadero, al almacén, a comprar, al médico, … a lugares separados, a veces por distancias muy grandes, del sitio donde duermen.

La idiosincrasia de la provincia de Almería y su entorno agrícola hace que diariamente miles de estas personas se desplacen en bicicleta, desplazamientos para los que en muchos casos no tienen posibilidad de usar un transporte público. La densidad de ciclistas es especialmente alta en los entornos de los invernaderos, almacenes o alhondigas. El campo almeriense está lleno de personas que necesitan usar la bicicleta para poder desplazarse. Sin embargo hacer esto comporta un riesgo enorme, se mueven entre caravanas de coches, camiones, maquinarias, que también tienen prisa y necesidad de llegar.

Dotar a esos entornos de unas vías adecuadas para los ciclistas no sólo mejorará sus condiciones, se facilitará además la fluidez del tráfico y la comunicación.

Si se quiere apostar realmente por una movilidad sostenible hay que primar ante todo la seguridad, hay que apostar por una red segura de carriles bici por la provincia en general y, en particular, para los entornos agrícolas.

Desde Almería Acoge aportamos nuestro grano de arena con cursos y formaciones sobre seguridad vial, uso de casco y chaleco, etc. Pero todo esto se difumina con el entorno tan peligroso al que se enfrentan en los desplazamientos en bicicleta, por eso seguimos pidiendo que se invierta en estos espacios y que se apueste por carriles donde desplazarse en bicicleta no suponga jugarse la vida.

CALDOS PRIMIGENIOS. MUERTES EN EL ESTRECHO

Dice la Wikipedia que “ el caldo primigenio, también llamado caldo primordial, primitivo, primario, de la vida, es una metáfora empleada para ilustrar una hipótesis sobre el origen de la vida en nuestro planeta . El líquido, rico en compuestos orgánicos, se compone de carbono , nitrógeno e hidrógeno mayoritariamente, expuesto a rayos ultravioletas y energía eléctrica .

La hipótesis de origen heterotrófico de la vida sostiene que en el caldo primigenio se sintetizaron abióticamente las moléculas orgánicas necesarias para mantener a las primeras formas de vida.”

Hay otro caldo primigenio, pero no de la vida, sino de la muerte. Hace unos diez días, una de esas barcas más o menos pequeñas y deterioradas dependiendo del dinero que puedas pagar o de lo desesperado que estés, que llamamos patera, salió de las costas de Argelia en dirección hacia España. No sabemos dónde ni cuándo exactamente, esa barca se hundió, y con ella trece de las catorce personas que iban en ella, también se hundieron, se ahogaron. Solo una quedó durante dos días flotando en el agua hasta que otra patera pasó por allí y lo recogió y llegó junto con otro grupo de personas hasta las costas de Almería, quemado, deshidratado y lleno por completo de picaduras de medusa, prácticamente en las últimas, pero vivo al fin. Y sigue vivo gracias a que fue recogido por brazos de otras personas que aún podemos identificar como tales, a pesar de críticas de otras que quizá aún lo fueran pero tenían miedo por el aspecto del herido, y otras que quizá antes lo fueron pero despreciaban el gesto mismo de la solidaridad, de la misericordia, de esa actitud plenamente humana que nos hace socorrer al caído. ¿En qué nos convertimos cuando olvidamos lo que nos identifica como personas?

Esa es la otra sopa, la sopa primigenia de la muerte en que hemos convertido el Mediterráneo, este líquido es rico en compuestos económicos, se compone de miedos, desconocimiento y de inconsciencia muchas veces premeditada, de individualismo y de egoísmo camuflado por banderas, expuesto a discursos de odio y actitudes xenófobas.

Seguimos siendo heterótrofos ( organismo que no puede producir su propio alimento, sino que se nutre de otras fuentes de carbono orgánico, principalmente materia vegetal o anima l) pero olvidamos que una minoría nos alimentamos (bastante bien, por cierto, en esta parte del mundo), mientras que la mayoría tiene que salir huyendo de la injusticia, de la guerra, del hambre…

Así se cultiva la muerte, y creo recordar que de lo que se siembra se cosecha.

Juan Antonio Miralles Ortega

PERSONAS ANTE TODO

El uso de las personas como arma arrojadiza es absolutamente despreciable. Lo es cuando se hace en una guerra, los llamados «daños colaterales», personas asesinadas. Lo es cuando se expolian los países y se obliga a migrar. Y en este caso lo es cuando se utilizan como instrumentos de presión. Es deplorable y malvado usarlas como objetos, son personas.

Nos unimos al llamamiento que se hace desde la Federación Andalucía Acoge a los Gobiernos español y marroquí para que cese la instrumentalización de las personas migrantes como moneda de cambio en sus negociaciones diplomáticas. La entidad social recuerda que la llegada desde ayer, lunes 17 de mayo, según los medios de comunicación, de más de 5.000 personas (entre ellas, alrededor 1.500 menores de edad) a la ciudad autónoma de Ceuta, es ante todo una crisis humanitaria.

Una vez más, Marruecos utiliza a las personas migrantes para presionar al Ejecutivo español por cuestiones que no tienen nada que ver con el ámbito de las migraciones. Llamamos a la responsabilidad del conjunto de los representantes políticos para no usar la pobreza y la desesperación de estas personas como herramienta de presión para alcanzar otro tipo de objetivos vinculados a otros intereses geoestratégicos. “Las disputas económicas y estratégicas de los gobiernos poco tienen que ver con los derechos humanos de estas personas. Europa debe acabar con la política de externalización de fronteras para evitar estas situaciones”.

Desde la Federación se recuerda que como en otras ocasiones las personas migrantes son usadas para lograr ventajas económicas o territoriales en una espiral alimentada por la política de externalización de fronteras en la que la Unión Europea lleva inmersa desde hace décadas. Marruecos está utilizando a su propia población para recordar a Europa y España su papel de gendarme de la frontera africana. La mejor forma de evitar esta situación sería un cambio radical en la política migratoria europea facilitando vías legales y seguras para el acceso a Europa y acabando con la subcontratación de gobiernos de la periferia de la UE para el control de los flujos migratorios.

Finalmente, Andalucía Acoge recuerda al Gobierno español que los derechos fundamentales en la frontera no deben vulnerarse en ninguna circunstancia, especialmente cuando en lo que se refiere a la protección de la infancia. Toda actuación debe realizarse dentro de la legalidad vigente, la cual implica la individualización de los procesos de devolución, el riguroso control judicial y la especial atención a los derechos de la infancia y las personas más vulnerables.

CRISIS MIGRATORIA EN CANARIAS 2019-2021

Desde la Asociación nos hemos propuesto profundizar y dar respuesta a algunas de las situaciones relacionadas con el mundo de las migraciones. Se trata de visualizar problemas y plantear que no hay que esconder la cabeza sino buscar soluciones.

Empezamos con la situación en Canarias, nos parece un tema profundo y que hay que seguir trabajando. La reflexión es de Francisco Sanz miembro de la Junta Directiva de la Asociación.

Tendemos a pensar que las rutas migratorias se centran en el Mediterráneo. Estamos acostumbrados a las noticias sobre la llegada de pateras a las costas andaluzas, ruta desde Marruecos hacia España; hemos contemplado, años atrás, las dramáticas, por cantidad y fallecidos, avalanchas de migrantes hacia Lampedusa desde las costas de Libia, ruta del Mediterráneo central, hemos oído la labor que realizan barcos como Aquarius , Open Arms, Aita Mary en estas zonas, hasta el Papa visitó Lampedusa como solidaridad con los migrantes y los miles y miles de muertos y desaparecidos en esa zona; nos hemos conmovido con las imágenes del cadáver del niño Aylan en la ruta oriental por la que sirios, afganos y otros accedían, desde Turquía, a las islas del Egeo.

Pero existe otra ruta, la ruta desde la costa occidental de África (Sur de Marruecos y antiguo Sahara español, Mauritania, Senegal) hacia las Islas Canarias. Esta ruta fue muy conocida en la llamada “crisis de los cayucos de 2006” en la que unos 36.000 migrantes lograron llegar a las Islas afortunadas. Esta crisis se solucionó retornando a la mayoría de migrantes a Mauritania en base a un tratado entre España y este país de 2003. Esta devolución masiva se endulzó con ayudas económicas y de logística a Mauritania y se procedió a sellar la ruta a base de sobresueldos, pagados de nuestros presupuestos generales y fondos de la U.E., a la policía de frontera mauritana, marroquí y senegalesa. Durante años, estos sobresueldos han sido muy eficaces en lo que a impedir las migraciones por esta ruta se refiere.

Hasta que llegó la pandemia y el tratado de pesca de la U.E. con Senegal. Con la pandemia llega la crisis económica a Marruecos, con los grandes pesqueros europeos se arruina la pesca artesanal de Senegal. Si la economía de los países africanos con costas en el Atlántico que miran a Canarias era precaria, ahora ha caído en colapso. En definitiva, una masa ingente de personas de estos países se ve en la miseria y sin futuro.

Un futuro que los empuja a un peligroso viaje que deja un trágico dato a tener en cuenta en esta reflexión, 1851 personas murieron en 2020 en esta ruta (Caminando Fronteras)

En Mauritania hay un cambio de gobierno y los sobresueldos e incentivos para parar la migración dejan de ser eficaces.

Enlace al artículo, muy interesante PINCHA AQUÍ

La crisis está servida, pateras y cayucos empiezan a llegar a Canarias ya en 2019. Al principio en cantidades asimilables, pero en 2020 alcanzan la cifra de 23.000, la mitad de estas llegadas se concentra en sólo un mes, de 15 de octubre a 15 de noviembre. La mayoría de migrantes llegan a Gran Canaria y se reciben en el puerto de Arguineguín que entra en colapso: sus instalaciones, que deprisa y corriendo, se han preparado para recibir un máximo de 300 migrantes, llegan a acoger a 2.600, duermen sobre el suelo al raso, comen de bocadillos, no se les puede atender a nivel legal ni cumplir los requisitos que la propia Ley de extranjería impone.

Protestan los políticos regionales, el juez de vigilancia del C.I.E. de Gran Canaria, el Defensor del Pueblo, las ONG…, las imágenes de los medios de comunicación son escandalosas y, esta vez, no hay posibilidad de devolverlos a sus países de origen o partida, las fronteras están cerradas por la pandemia. En vano los ministros de Exteriores o Interior viajan y se entrevistan con sus homólogos de Marruecos o Senegal, no hay resultados.
Se adopta una solución discutible, rechazada de plano por los migrantes, injusta, pero que se va a imponer bajo la excusa de la provisionalidad, la presión de la U.E., la idea de evitar el “efecto llamada” o razones parecidas. Esa solución es el alojamiento en las islas, especialmente Gran Canaria, de los migrantes. Alojamiento en “jaulas de oro” como alojamientos turísticos vacíos por la pandemia, solución “provisional” mientras se adecúan instalaciones oficiales en donde lograr alojar a todos los migrantes. La mayoría de esas instalaciones son carpas levantadas presurosamente en terrenos militares y cuarteles. Quizás estas carpas tengan sentido para alojar tropas del ejército en maniobras, pero no son idóneas en la situación que nos ocupa. La borrasca “Filomena” embarrará una buena cantidad de ellas y grupos de migrantes montan sus propios campamentos por no estar conformes con este tipo de alojamiento y sus notables carencias.

Pero el problema no es tanto la escasa calidad del alojamiento o de la comida, la falta de asistencia jurídica o el largo tiempo en la resolución de las peticiones de asilo, el gran problema es que, en Canarias, se copia de forma más o menos humanizada, el “modelo Lesbos”. Es decir, grandes acumulaciones de migrantes en la periferia fronteriza de la U. E. bloqueados en su camino hacia la Europa rica, auténticos campos de concentración en los casos de las islas del Egeo y vergonzantes en Canarias, lugares donde pudrir las esperanzas de los llegados y escarmentar en ellos a futuros migrantes.

En febrero de 2021 parece que la crisis ha superado su momento agudo y se cronifica. Pero durante el mes de marzo se produce un repunte en las llegadas con escenas dramáticas como la imagen de la pequeña Nabody de dos años llegando a Arguineguín en parada cardiorrespiratoria y reanimada in extremis sobre el suelo del muelle.

Desgraciadamente, a la hora de repasar este trabajo, nos ha llegado la noticia del fallecimiento de Nabody. No es el momento de quedarse en un mero sentimiento de tristeza, es el momento de actuar.

Porque, aunque cerremos los ojos, está claro que no, la crisis no va a parar porque el número de los desesperados aumenta sin cesar en las costas del Mediterráneo y el Atlántico africano, la situación económico-política de los países de origen y partida hacen prever avalanchas en tiempo cercano.
Solo nos queda elegir entre las opciones posibles:

  1. Modelo Lesbos, contención de los migrantes en la periferia de la frontera de la U.E. en centros de internamiento cuyas condiciones se irán endureciendo conforme la presión se haga más fuerte hasta convertirlo en campos de concentración inhumanos, copias de los construidos por los nazis, con renuncia a todo respeto a la dignidad de los migrantes y a la nuestra propia.
  2. Modelo de gestión del derecho a migrar que sea capaz de establecer rutas seguras de migración, acogida, integración y promoción. Este modelo es inseparable del respeto al derecho a no migrar, es decir, a promocionar condiciones en los países de origen que hagan real la opción de quedarse porque exista un mínimo de oportunidades para llevar una vida humana digna.

El segundo modelo requiere esfuerzo, recursos, tiempo, tesón. El modelo ya ha sido propuesto por el Papa, Francisco, en su encíclica Fratelli Tutti. Con él reconocemos los derechos del migrante, se restaura y desarrolla a los países emisores de migraciones en un mundo global donde todos estamos implicados…, nuestras sociedades se enriquecen más allá de la defensa de sus, insostenibles e indefendibles, intereses egoístas a corto plazo. Un auténtico reto, un reto que, como el cambio climático, es propio del S. XXI y nos implica a todos sin que podamos recurrir a políticas de “avestruz” pues, de no confrontarlo, sus consecuencias, ya evidentes y cercanas, nos afectarán con dureza.

El otro modelo, el primero, el modelo “tapón” o Lesbos supone, en un plazo ya cercano, dejar que se agrande el problema y, conforme se agrave, requerirá adoptar medidas cada vez más radicales e inhumanas de las que seremos cómplices. No garantiza eficacia a medio plazo y es seguro un aumento de la conflictividad que puede alcanzar niveles distópicos. La historia nos muestra demasiados ejemplos de murallas rotas y sistemas destruidos por su cerrazón en proteger su riqueza, sus intereses egoístas a costa de marginar a los otros, a los “bárbaros”.

Francisco Sanz
Almería, 24 marzo 2021

REZAD, CRISTIANOS, REZAD

Ya se que Almería Acoge no es una asociación confesional. Pero estamos en Semana Santa y por eso digo “rezad, Cristianos, rezad”. No me oculto, lo digo como cristiano que soy, o al menos eso intento.

De nuevo tengo en mi móvil la foto de un chaval de 17 años a quien su madre busca desde hace una semana. Se embarcó hace una semana. Se perdió hace una semana. No contactan con él desde hace una semana. Ojalá, Dios lo quiera, no esté entre las once personas desaparecidas (un eufeismo), ahogadas, muertas, así de crudo, hace unos días ahí al lado, en las costas de Murcia.

Juan Miralles en una concentración por los muertos en el Estrecho

Rezad, Cristianos, rezad. No digo por ellas, por esas personas. Estoy convencido de que Dios, le pongamos el nombre que le pongamos, no necesita que recemos por ellas; ya se encargará de enderezar la historia una vez más, sea como sea y aunque no lo entendamos.

Rezad por los que hemos tenido la suerte de nacer a este lado del mar; por quienes no tenemos que jugarnos la vida a cara o cruz, y toparnos con que sale cruz (ya digo que estamos en Semana Santa). Rezad por quienes nos seguimos estremeciendo por esto, y dad gracias.

Pero, sobre todo, rezad por quienes no se sienten interpelados, por quienes se encogen de hombros, por quienes piensan que no tenemos por qué hacer nada, por quienes siempre encuentran alguna razón que justifique mantener las alambradas, los muros, las leyes que blindan a una parte y condenan a la otra;  rezad sobre todo por esas personas, para que Dios las perdone, porque a mi, me cuesta cada vez más trabajo.

Juan Miralles

OTRA VEZ LA DESOLACIÓN DEL FUEGO

Hoy os presentamos un artículo diferente sobre una situación que desgraciadamente se repite con mucha frecuencia. Un artículo desde la cercanía, con una mirada distinta sobre lo que ocurre en los asentamientos y en estas situaciones de desolación.

Ayer se produjo nuevamente un incendio en uno de los asentamientos de la provincia, en concreto del campo de Nijar, es un asentamiento en el que viven alrededor de 800 personas, aunque nadie lo sabe muy bien, y alrededor de 200 se han visto afectadas por el incendio, la desolación es enorme en la zona de chabolas afectadas, algunas viviendas están totalmente arrasadas, solo algunos hierros retorcidos se ven aquí y allá, es un asentamiento en el que no viven solo hombres, que es lo habitual y lo mayoritario en los asentamientos de la zona, en este asentamiento también viven mujeres y familias.

Como es habitual muchas organizaciones se han volcado hoy en ver que necesitan las personas afectadas y se ha empezado a hacer reparto de elementos básicos, mantas, comida…, aun sabiendo que esto es importante, para mi había otras cosas que trabajar hoy con los y las habitantes de este asentamiento, y es la necesidad se sentirse escuchadas, de que puedan contar su historia, que se puedan sentir acompañadas en su duelo, en definitiva cuidar el aspecto emocional de quien una vez más ve fracasar su vida, ve de nuevo que vuelve a quedarse sin nada, con la incertidumbre de dónde dormir esta noche.

Siempre que se va y se interviene en una situación así, nos creemos los importantes, los rescatadores, yo hoy he querido ir con otros ojos, con otra mirada, devolverles el protagonismo a estas personas y descubrir desde ahí lo mucho que me han enseñado ellas: he visto la solidaridad que nace desde los iguales, cómo un grupo de mujeres se han organizado para hacer comida para los que lo han perdido todo, personas que anoche ya acogieron en su chabola a otros vecinos y vecinas más afectados, y me ha impresionado la fortaleza de una de las mujeres con las que he hablado, delante de su chabola totalmente arrasada me decía con convencimiento, “no pasa nada, la hice con mis manos yo sola, vuelvo a no tener nada, pero
volveré a rehacer mi vida, sé que puedo”.

Gracias por lo que me enseñáis desde la pobreza más extrema.

Pilar Castillo