Ante todo una felicitación a la Fundación Cepaim, a todo el equipo humano que hace posible que siga, después de 30 años de duro trabajo, desarrollando proyectos con ilusión renovada, aportando innovación y poniendo corazón en su trabajo. 30 años promoviendo una sociedad inclusiva, cohesionada, igualitaria e intercultural que facilite el acceso pleno a los derechos de ciudadanía de las personas más vulnerables, en especial las migrantes.
30 años donde hemos compartido, como Asociación patrona, los éxitos y las dificultades de este camino: los cambios sociales que han implicado una renovación un reinventarse; los momentos de duro trabajo por emergencias que se han planteado. Pero también hemos compartido mucho momentos positivos, ante todo por la satisfacción de ver cómo se hace una labor de calidad con las personas a las que está orientado nuestro trabajo.
Para nosotros ha sido una gala entrañable; un momento de encuentro de personas, organizaciones, empresas, instituciones, etc, que han sido muy importantes para la Fundación; un momento de reconocimientos, de compartir, de convivir. Hemos contribuido a la gala también con nuestro grupo musical que nos ha recordado la historia de la Fundación a través de canciones, un momento intenso que ha conseguido que el público vibre y participe. Thimo nos ha recordado el viaje migratorio y los sueños de sus protagonistas: los que se consiguen y los que se quedan en el camino, introduciendonos dentro de esta vivencia tan especial e individual. De los premios queremos destacar, como no podía ser de otra manera, el de Javier Leunda, por su recorrido, por sus aportaciones, por seguir trabajando día a día por un mundo más justo y más igual.
Ha sido un acto para el recuerdo, para recordarnos en el día a día que tenemos que seguir en la brecha, colaborando y trabajando para que esa visión se vayan haciendo realidad, a pesar de las dificultades que nos encontramos actualmente por el clima político-social que estamos viviendo. Ha sido un soplo de aire fresco.