Durante dos dias Almería Acoge y Huelva Acoge se han reunido para conocer y debatir sobre la situación de los asentamientos en las provincias de Huelva y Almería, dentro del proyecto de asentamientos de la Federación Andalucía Acoge.
Aquí os dejo una magnifica reflexión sobre el encuentro que nos ofrece una de las personas que han estado trabajando:
Siempre, y recalco siempre, relacionarse con otras personas, incluso en tiempos de pandemia, resulta positivo por las experiencias y vivencias que te pueden ofrecer. Puedes hablar de trabajo, de la familia, de cosas que te gustan o no, e incluso de la Covid-19 y ofrecer soluciones plausibles sobre cuándo vamos a estar como antes de toda esta locura.
Pero, sobre todo cuando te relacionas con personas cercanas a tus planteamientos sociales, morales y éticos, es aún más agradable esta comunicación. Esto ha pasado, con la visita de las compañeras de Huelva Acoge y la compañera de la Federación Andalucía Acoge estos días atrás.
Han sido días de conocer otras realidades, otras maneras de ver las cosas y por qué no, otras maneras de trabajar con las personas, ni mejor ni peor, solo otra perspectiva de trabajo, aunque más cercana a la nuestra de las que podíamos imaginar.
Realmente ha sido un acierto este encuentro entre entidades hermanas. Seguro que nos volvemos a ver y volveremos a tener unas buenas charlas sobre cómo seguimos luchando por mejorar este submundo que no merece la importancia, nótese la ironía, y que no existe más que como carnaza para algunos noticiarios. Pero eso será en otro momento porque aún queda mucho por contar. Espacio y tiempo nos faltaría para terminar este artículo y poder explicar todo lo que en estos encuentros de profesionales hablamos y debatimos.
Así que nos pusimos mano a la obra y tras visitar algunos de la interminable lista de asentamientos que existen en la comarca de Níjar, hemos podido constatar que la realidad en la provincia de Huelva no es muy diferente a la que se vive en la almeriense. Existen pocas diferencias, quizás alguna puede ser la extensión de terreno en la cual los asentamientos, o están muy concentrados o están muy diseminados, allí en Huelva, también hay bastantes, pero más concentrados. También es cierto que les sorprende la cantidad de familias arraigadas en esta especie pequeños pueblos no reconocidos legalmente como tales, en esas cortijadas en las que, alrededor, han ido creciendo (con estructuras de plásticos y madera, o de ladrillo y cemento) convirtiéndose en pequeñas poblaciones que se auto organizan como buenamente pueden.
Por lo demás todo se repite en un sitio y otro, miseria, suciedad, pobreza, explotación… en fin, supervivencia.
Pero estos adjetivos que aquí suscribimos, no hacen que desfallezcamos, al contrario, hacen que la experiencia y fuerza de estas compañeras, renueven nuestras ganas de seguir luchando contra un sistema que solo perjudica al que menos tiene. Y como siempre, para que haya una persona rica, tiene que haber muchas personas pobres. Y aquí, por desgracia, se cumple esa regla. Pero existen organizaciones como las nuestras que apuestan por esas personas que intentar salir adelante con lo poco que pueden conseguir o ganarse con su esfuerzo.
Por eso, jamás olvidaremos nuestra libreta de campo, que nos acompaña para poder así redactar en ella las experiencias que vivimos en el día a día, en cualquier lugar remoto donde creamos que nuestra entidad puede actuar y conseguir una de nuestra señas de identidad impregnado en nuestro ADN; dignificar la vida de las personas.