Es sin duda un año complejo para la Escuela de Verano, sin embargo los monitores han sido capaces de adaptarse y organizarse para llegar más allá de la garantía alimentaria.
Han tenido que readaptar los juegos para que la escuela sea segura, pero sin perder que sean atractivos para los niños y niñas que están viniendo. Este año ha habido que darles más vueltas y usar más la imaginación, pero, ahora que va llegando a su fina, vemos que ha sido muy provechosa y que los chicos y chicas han disfrutado a pesar de las dificultades.
Ha sido un año de apoyar mucho lo educativo sobre todo en aquellos que tenían menos recursos y han tenido más problemas, pero también ha sido un año de apoyar lo emocional, de superar la etapa de confinamiento, de que sea un lugar de encuentro y socialización tan importante en estas etapas de las personas.
Junto a esto por supuesto, la transmisión de valores necesarios para que se desarrolle una sociedad más justa y solidaria. En conclusión un año difícil que se está superando con una nota muy alta.
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