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SEMANA DE LA MOVILIDAD: ANTE TODO SEGURIDAD

El tema de la semana de la movilidad que nos proponen este año es “Movilidad sostenible, saludable y segura ” y el lema de la campaña es ” Por tu salud, muévete de forma sostenible “. La pena es que son expresiones que quedan muy bien, expresiones a las que cualquiera se puede adherir sin ningún problema con el tema y con el lema.

Sin embargo son frases que quedan vacías ya que en general no hay una apuesta clara de las administraciones por llevarlas a cabo. “Segura” es una palabra que obliga a unas infraestructuras adecuadas cuanto menos y la realidad de nuestra provincia es que la red viaria no es nada segura en el caso de los ciclistas.

Bicicletas en el centro de día

Para miles de personas de la provincia de Almería decir que por tu salud te muevas de forma sostenible es un disparate. Por su salud, por su integridad física, por su seguridad, no deberían usar medios sostenibles como son las bicicletas. Sin embargo están obligados, no tienen otra forma de desplazarse, se trata de colectivos con escasos recursos, la mayoría inmigrantes, que necesitan llegar al invernadero, al almacén, a comprar, al médico, … a lugares separados, a veces por distancias muy grandes, del sitio donde duermen.

La idiosincrasia de la provincia de Almería y su entorno agrícola hace que diariamente miles de estas personas se desplacen en bicicleta, desplazamientos para los que en muchos casos no tienen posibilidad de usar un transporte público. La densidad de ciclistas es especialmente alta en los entornos de los invernaderos, almacenes o alhondigas. El campo almeriense está lleno de personas que necesitan usar la bicicleta para poder desplazarse. Sin embargo hacer esto comporta un riesgo enorme, se mueven entre caravanas de coches, camiones, maquinarias, que también tienen prisa y necesidad de llegar.

Dotar a esos entornos de unas vías adecuadas para los ciclistas no sólo mejorará sus condiciones, se facilitará además la fluidez del tráfico y la comunicación.

Si se quiere apostar realmente por una movilidad sostenible hay que primar ante todo la seguridad, hay que apostar por una red segura de carriles bici por la provincia en general y, en particular, para los entornos agrícolas.

Desde Almería Acoge aportamos nuestro grano de arena con cursos y formaciones sobre seguridad vial, uso de casco y chaleco, etc. Pero todo esto se difumina con el entorno tan peligroso al que se enfrentan en los desplazamientos en bicicleta, por eso seguimos pidiendo que se invierta en estos espacios y que se apueste por carriles donde desplazarse en bicicleta no suponga jugarse la vida.

CALDOS PRIMIGENIOS. MUERTES EN EL ESTRECHO

Dice la Wikipedia que “ el caldo primigenio, también llamado caldo primordial, primitivo, primario, de la vida, es una metáfora empleada para ilustrar una hipótesis sobre el origen de la vida en nuestro planeta . El líquido, rico en compuestos orgánicos, se compone de carbono , nitrógeno e hidrógeno mayoritariamente, expuesto a rayos ultravioletas y energía eléctrica .

La hipótesis de origen heterotrófico de la vida sostiene que en el caldo primigenio se sintetizaron abióticamente las moléculas orgánicas necesarias para mantener a las primeras formas de vida.”

Hay otro caldo primigenio, pero no de la vida, sino de la muerte. Hace unos diez días, una de esas barcas más o menos pequeñas y deterioradas dependiendo del dinero que puedas pagar o de lo desesperado que estés, que llamamos patera, salió de las costas de Argelia en dirección hacia España. No sabemos dónde ni cuándo exactamente, esa barca se hundió, y con ella trece de las catorce personas que iban en ella, también se hundieron, se ahogaron. Solo una quedó durante dos días flotando en el agua hasta que otra patera pasó por allí y lo recogió y llegó junto con otro grupo de personas hasta las costas de Almería, quemado, deshidratado y lleno por completo de picaduras de medusa, prácticamente en las últimas, pero vivo al fin. Y sigue vivo gracias a que fue recogido por brazos de otras personas que aún podemos identificar como tales, a pesar de críticas de otras que quizá aún lo fueran pero tenían miedo por el aspecto del herido, y otras que quizá antes lo fueron pero despreciaban el gesto mismo de la solidaridad, de la misericordia, de esa actitud plenamente humana que nos hace socorrer al caído. ¿En qué nos convertimos cuando olvidamos lo que nos identifica como personas?

Esa es la otra sopa, la sopa primigenia de la muerte en que hemos convertido el Mediterráneo, este líquido es rico en compuestos económicos, se compone de miedos, desconocimiento y de inconsciencia muchas veces premeditada, de individualismo y de egoísmo camuflado por banderas, expuesto a discursos de odio y actitudes xenófobas.

Seguimos siendo heterótrofos ( organismo que no puede producir su propio alimento, sino que se nutre de otras fuentes de carbono orgánico, principalmente materia vegetal o anima l) pero olvidamos que una minoría nos alimentamos (bastante bien, por cierto, en esta parte del mundo), mientras que la mayoría tiene que salir huyendo de la injusticia, de la guerra, del hambre…

Así se cultiva la muerte, y creo recordar que de lo que se siembra se cosecha.

Juan Antonio Miralles Ortega

PERSONAS ANTE TODO

El uso de las personas como arma arrojadiza es absolutamente despreciable. Lo es cuando se hace en una guerra, los llamados “daños colaterales”, personas asesinadas. Lo es cuando se expolian los países y se obliga a migrar. Y en este caso lo es cuando se utilizan como instrumentos de presión. Es deplorable y malvado usarlas como objetos, son personas.

Nos unimos al llamamiento que se hace desde la Federación Andalucía Acoge a los Gobiernos español y marroquí para que cese la instrumentalización de las personas migrantes como moneda de cambio en sus negociaciones diplomáticas. La entidad social recuerda que la llegada desde ayer, lunes 17 de mayo, según los medios de comunicación, de más de 5.000 personas (entre ellas, alrededor 1.500 menores de edad) a la ciudad autónoma de Ceuta, es ante todo una crisis humanitaria.

Una vez más, Marruecos utiliza a las personas migrantes para presionar al Ejecutivo español por cuestiones que no tienen nada que ver con el ámbito de las migraciones. Llamamos a la responsabilidad del conjunto de los representantes políticos para no usar la pobreza y la desesperación de estas personas como herramienta de presión para alcanzar otro tipo de objetivos vinculados a otros intereses geoestratégicos. “Las disputas económicas y estratégicas de los gobiernos poco tienen que ver con los derechos humanos de estas personas. Europa debe acabar con la política de externalización de fronteras para evitar estas situaciones”.

Desde la Federación se recuerda que como en otras ocasiones las personas migrantes son usadas para lograr ventajas económicas o territoriales en una espiral alimentada por la política de externalización de fronteras en la que la Unión Europea lleva inmersa desde hace décadas. Marruecos está utilizando a su propia población para recordar a Europa y España su papel de gendarme de la frontera africana. La mejor forma de evitar esta situación sería un cambio radical en la política migratoria europea facilitando vías legales y seguras para el acceso a Europa y acabando con la subcontratación de gobiernos de la periferia de la UE para el control de los flujos migratorios.

Finalmente, Andalucía Acoge recuerda al Gobierno español que los derechos fundamentales en la frontera no deben vulnerarse en ninguna circunstancia, especialmente cuando en lo que se refiere a la protección de la infancia. Toda actuación debe realizarse dentro de la legalidad vigente, la cual implica la individualización de los procesos de devolución, el riguroso control judicial y la especial atención a los derechos de la infancia y las personas más vulnerables.

CRISIS MIGRATORIA EN CANARIAS 2019-2021

Desde la Asociación nos hemos propuesto profundizar y dar respuesta a algunas de las situaciones relacionadas con el mundo de las migraciones. Se trata de visualizar problemas y plantear que no hay que esconder la cabeza sino buscar soluciones.

Empezamos con la situación en Canarias, nos parece un tema profundo y que hay que seguir trabajando. La reflexión es de Francisco Sanz miembro de la Junta Directiva de la Asociación.

Tendemos a pensar que las rutas migratorias se centran en el Mediterráneo. Estamos acostumbrados a las noticias sobre la llegada de pateras a las costas andaluzas, ruta desde Marruecos hacia España; hemos contemplado, años atrás, las dramáticas, por cantidad y fallecidos, avalanchas de migrantes hacia Lampedusa desde las costas de Libia, ruta del Mediterráneo central, hemos oído la labor que realizan barcos como Aquarius , Open Arms, Aita Mary en estas zonas, hasta el Papa visitó Lampedusa como solidaridad con los migrantes y los miles y miles de muertos y desaparecidos en esa zona; nos hemos conmovido con las imágenes del cadáver del niño Aylan en la ruta oriental por la que sirios, afganos y otros accedían, desde Turquía, a las islas del Egeo.

Pero existe otra ruta, la ruta desde la costa occidental de África (Sur de Marruecos y antiguo Sahara español, Mauritania, Senegal) hacia las Islas Canarias. Esta ruta fue muy conocida en la llamada “crisis de los cayucos de 2006” en la que unos 36.000 migrantes lograron llegar a las Islas afortunadas. Esta crisis se solucionó retornando a la mayoría de migrantes a Mauritania en base a un tratado entre España y este país de 2003. Esta devolución masiva se endulzó con ayudas económicas y de logística a Mauritania y se procedió a sellar la ruta a base de sobresueldos, pagados de nuestros presupuestos generales y fondos de la U.E., a la policía de frontera mauritana, marroquí y senegalesa. Durante años, estos sobresueldos han sido muy eficaces en lo que a impedir las migraciones por esta ruta se refiere.

Hasta que llegó la pandemia y el tratado de pesca de la U.E. con Senegal. Con la pandemia llega la crisis económica a Marruecos, con los grandes pesqueros europeos se arruina la pesca artesanal de Senegal. Si la economía de los países africanos con costas en el Atlántico que miran a Canarias era precaria, ahora ha caído en colapso. En definitiva, una masa ingente de personas de estos países se ve en la miseria y sin futuro.

Un futuro que los empuja a un peligroso viaje que deja un trágico dato a tener en cuenta en esta reflexión, 1851 personas murieron en 2020 en esta ruta (Caminando Fronteras)

En Mauritania hay un cambio de gobierno y los sobresueldos e incentivos para parar la migración dejan de ser eficaces.

Enlace al artículo, muy interesante PINCHA AQUÍ

La crisis está servida, pateras y cayucos empiezan a llegar a Canarias ya en 2019. Al principio en cantidades asimilables, pero en 2020 alcanzan la cifra de 23.000, la mitad de estas llegadas se concentra en sólo un mes, de 15 de octubre a 15 de noviembre. La mayoría de migrantes llegan a Gran Canaria y se reciben en el puerto de Arguineguín que entra en colapso: sus instalaciones, que deprisa y corriendo, se han preparado para recibir un máximo de 300 migrantes, llegan a acoger a 2.600, duermen sobre el suelo al raso, comen de bocadillos, no se les puede atender a nivel legal ni cumplir los requisitos que la propia Ley de extranjería impone.

Protestan los políticos regionales, el juez de vigilancia del C.I.E. de Gran Canaria, el Defensor del Pueblo, las ONG…, las imágenes de los medios de comunicación son escandalosas y, esta vez, no hay posibilidad de devolverlos a sus países de origen o partida, las fronteras están cerradas por la pandemia. En vano los ministros de Exteriores o Interior viajan y se entrevistan con sus homólogos de Marruecos o Senegal, no hay resultados.
Se adopta una solución discutible, rechazada de plano por los migrantes, injusta, pero que se va a imponer bajo la excusa de la provisionalidad, la presión de la U.E., la idea de evitar el “efecto llamada” o razones parecidas. Esa solución es el alojamiento en las islas, especialmente Gran Canaria, de los migrantes. Alojamiento en “jaulas de oro” como alojamientos turísticos vacíos por la pandemia, solución “provisional” mientras se adecúan instalaciones oficiales en donde lograr alojar a todos los migrantes. La mayoría de esas instalaciones son carpas levantadas presurosamente en terrenos militares y cuarteles. Quizás estas carpas tengan sentido para alojar tropas del ejército en maniobras, pero no son idóneas en la situación que nos ocupa. La borrasca “Filomena” embarrará una buena cantidad de ellas y grupos de migrantes montan sus propios campamentos por no estar conformes con este tipo de alojamiento y sus notables carencias.

Pero el problema no es tanto la escasa calidad del alojamiento o de la comida, la falta de asistencia jurídica o el largo tiempo en la resolución de las peticiones de asilo, el gran problema es que, en Canarias, se copia de forma más o menos humanizada, el “modelo Lesbos”. Es decir, grandes acumulaciones de migrantes en la periferia fronteriza de la U. E. bloqueados en su camino hacia la Europa rica, auténticos campos de concentración en los casos de las islas del Egeo y vergonzantes en Canarias, lugares donde pudrir las esperanzas de los llegados y escarmentar en ellos a futuros migrantes.

En febrero de 2021 parece que la crisis ha superado su momento agudo y se cronifica. Pero durante el mes de marzo se produce un repunte en las llegadas con escenas dramáticas como la imagen de la pequeña Nabody de dos años llegando a Arguineguín en parada cardiorrespiratoria y reanimada in extremis sobre el suelo del muelle.

Desgraciadamente, a la hora de repasar este trabajo, nos ha llegado la noticia del fallecimiento de Nabody. No es el momento de quedarse en un mero sentimiento de tristeza, es el momento de actuar.

Porque, aunque cerremos los ojos, está claro que no, la crisis no va a parar porque el número de los desesperados aumenta sin cesar en las costas del Mediterráneo y el Atlántico africano, la situación económico-política de los países de origen y partida hacen prever avalanchas en tiempo cercano.
Solo nos queda elegir entre las opciones posibles:

  1. Modelo Lesbos, contención de los migrantes en la periferia de la frontera de la U.E. en centros de internamiento cuyas condiciones se irán endureciendo conforme la presión se haga más fuerte hasta convertirlo en campos de concentración inhumanos, copias de los construidos por los nazis, con renuncia a todo respeto a la dignidad de los migrantes y a la nuestra propia.
  2. Modelo de gestión del derecho a migrar que sea capaz de establecer rutas seguras de migración, acogida, integración y promoción. Este modelo es inseparable del respeto al derecho a no migrar, es decir, a promocionar condiciones en los países de origen que hagan real la opción de quedarse porque exista un mínimo de oportunidades para llevar una vida humana digna.

El segundo modelo requiere esfuerzo, recursos, tiempo, tesón. El modelo ya ha sido propuesto por el Papa, Francisco, en su encíclica Fratelli Tutti. Con él reconocemos los derechos del migrante, se restaura y desarrolla a los países emisores de migraciones en un mundo global donde todos estamos implicados…, nuestras sociedades se enriquecen más allá de la defensa de sus, insostenibles e indefendibles, intereses egoístas a corto plazo. Un auténtico reto, un reto que, como el cambio climático, es propio del S. XXI y nos implica a todos sin que podamos recurrir a políticas de “avestruz” pues, de no confrontarlo, sus consecuencias, ya evidentes y cercanas, nos afectarán con dureza.

El otro modelo, el primero, el modelo “tapón” o Lesbos supone, en un plazo ya cercano, dejar que se agrande el problema y, conforme se agrave, requerirá adoptar medidas cada vez más radicales e inhumanas de las que seremos cómplices. No garantiza eficacia a medio plazo y es seguro un aumento de la conflictividad que puede alcanzar niveles distópicos. La historia nos muestra demasiados ejemplos de murallas rotas y sistemas destruidos por su cerrazón en proteger su riqueza, sus intereses egoístas a costa de marginar a los otros, a los “bárbaros”.

Francisco Sanz
Almería, 24 marzo 2021

REZAD, CRISTIANOS, REZAD

Ya se que Almería Acoge no es una asociación confesional. Pero estamos en Semana Santa y por eso digo “rezad, Cristianos, rezad”. No me oculto, lo digo como cristiano que soy, o al menos eso intento.

De nuevo tengo en mi móvil la foto de un chaval de 17 años a quien su madre busca desde hace una semana. Se embarcó hace una semana. Se perdió hace una semana. No contactan con él desde hace una semana. Ojalá, Dios lo quiera, no esté entre las once personas desaparecidas (un eufeismo), ahogadas, muertas, así de crudo, hace unos días ahí al lado, en las costas de Murcia.

Juan Miralles en una concentración por los muertos en el Estrecho

Rezad, Cristianos, rezad. No digo por ellas, por esas personas. Estoy convencido de que Dios, le pongamos el nombre que le pongamos, no necesita que recemos por ellas; ya se encargará de enderezar la historia una vez más, sea como sea y aunque no lo entendamos.

Rezad por los que hemos tenido la suerte de nacer a este lado del mar; por quienes no tenemos que jugarnos la vida a cara o cruz, y toparnos con que sale cruz (ya digo que estamos en Semana Santa). Rezad por quienes nos seguimos estremeciendo por esto, y dad gracias.

Pero, sobre todo, rezad por quienes no se sienten interpelados, por quienes se encogen de hombros, por quienes piensan que no tenemos por qué hacer nada, por quienes siempre encuentran alguna razón que justifique mantener las alambradas, los muros, las leyes que blindan a una parte y condenan a la otra;  rezad sobre todo por esas personas, para que Dios las perdone, porque a mi, me cuesta cada vez más trabajo.

Juan Miralles

OTRA VEZ LA DESOLACIÓN DEL FUEGO

Hoy os presentamos un artículo diferente sobre una situación que desgraciadamente se repite con mucha frecuencia. Un artículo desde la cercanía, con una mirada distinta sobre lo que ocurre en los asentamientos y en estas situaciones de desolación.

Ayer se produjo nuevamente un incendio en uno de los asentamientos de la provincia, en concreto del campo de Nijar, es un asentamiento en el que viven alrededor de 800 personas, aunque nadie lo sabe muy bien, y alrededor de 200 se han visto afectadas por el incendio, la desolación es enorme en la zona de chabolas afectadas, algunas viviendas están totalmente arrasadas, solo algunos hierros retorcidos se ven aquí y allá, es un asentamiento en el que no viven solo hombres, que es lo habitual y lo mayoritario en los asentamientos de la zona, en este asentamiento también viven mujeres y familias.

Como es habitual muchas organizaciones se han volcado hoy en ver que necesitan las personas afectadas y se ha empezado a hacer reparto de elementos básicos, mantas, comida…, aun sabiendo que esto es importante, para mi había otras cosas que trabajar hoy con los y las habitantes de este asentamiento, y es la necesidad se sentirse escuchadas, de que puedan contar su historia, que se puedan sentir acompañadas en su duelo, en definitiva cuidar el aspecto emocional de quien una vez más ve fracasar su vida, ve de nuevo que vuelve a quedarse sin nada, con la incertidumbre de dónde dormir esta noche.

Siempre que se va y se interviene en una situación así, nos creemos los importantes, los rescatadores, yo hoy he querido ir con otros ojos, con otra mirada, devolverles el protagonismo a estas personas y descubrir desde ahí lo mucho que me han enseñado ellas: he visto la solidaridad que nace desde los iguales, cómo un grupo de mujeres se han organizado para hacer comida para los que lo han perdido todo, personas que anoche ya acogieron en su chabola a otros vecinos y vecinas más afectados, y me ha impresionado la fortaleza de una de las mujeres con las que he hablado, delante de su chabola totalmente arrasada me decía con convencimiento, “no pasa nada, la hice con mis manos yo sola, vuelvo a no tener nada, pero
volveré a rehacer mi vida, sé que puedo”.

Gracias por lo que me enseñáis desde la pobreza más extrema.

Pilar Castillo

ENTRADA AL PARAISO

Playas de Tenerife

Playas de Tenerife

No diré mi nombre, ni mi nacionalidad, ni mi familia y los sueños que me hacen sentirme como un ser humano, los ocultaré en lo más profundo de mi mente. Ante los demás seré Mohamed X, puede que magrebí, puede que de un país del Sahel. Si me pregunta mi edad solo responderé “menor”, no importa que sea o no cierto, no importa que digan lo contrario basándose en unas pruebas poco fiables.

Hablo correctamente inglés, francés y castellano, además de mi árabe natal, pero tampoco se oirá de mis labios una palabra que no sea árabe.

Les oigo dirigirse a mí en ese suave castellano de Canarias, pero no respondo. No respondo a palabras amables, aunque vayan acompañadas de cálidas miradas en los voluntarios de la Cruz Roja o, incluso, de algún policía. No respondo a palabras frías de fórmulas administrativas y miradas indiferentes o de fastidio. No respondo a palabras de burla y ojos de prejuicio, desprecio, de odio.

No respondo aunque las entiendo muy bien, y no dejo que mis ojos reflejen agradecimiento, dolor ni indignación. Mis ojos están cubiertos por la bruma de una ignorancia tan fingida como deseada. No respondo porque mi silencio puede ser la llave de la puerta del paraíso.

Soy una sombra, he elegido disolverme en la bruma, ser un fantasma estúpido esperando que todos dejen de verme, de hablarme. Convertirme en un invisible, como esos insectos que se camuflan entre las plantas para evitar que se los coman los depredadores.

Es curioso que yo me sumerja voluntariamente en tanta oscuridad, a veces creo que me hará daño. Yo me he dedicado a ser visible, a ir delante de la gente, a conocerla por su nombre, por sus gustos, por sus caprichos y necesidades porque ese era mi trabajo: hacerme imprescindible ante mis clientes, los turistas. Yo era para ellos un ser luminoso y mágico, dotado de poder, capaz de sacarlos de sus apuros, satisfacer sus necesidades legítimas y caprichos superfluos, hasta una especie de psicólogo cuya terapia apaciguaba esa soledad profunda que busca olvido en un viaje exótico.

¿Volveré a ser ese joven ocurrente, más listo que el hambre y comunicativo? ¿Me quedaré convertido para siempre en “algo” sin valor, invisible, amorfo, un estúpido que olvidó sus esperanzas y quedó naufrago en la vida?

Sé que existen esos náufragos, muertos vivientes a los que se les borró el sueño del paraíso entre las olas del rechazo y la indiferencia. Otros tuvieron más suerte, simplemente se ahogaron en un naufragio de verdad. Al menos se fueron al fondo sin dejar de creer que mereció la pena morir en el intento.

Confiado en mi preparación decidí embarcarme hacia Europa. Conozco la historia de Ulises, el héroe griego que tenía respuestas para las situaciones más complicadas y como él me lancé al mar, yo también debía ganar la guerra a la pobreza, a la falta de futuro en que toda mi familia se había hundido cuando los turistas dejaron de llegar y mi pequeña empresa quebró.

Ahora he llegado a un puerto de Canarias, somos miles y no saldremos de aquí. No saldremos como no salen los refugiados de Lesbos. No saldremos porque Europa ha decidido convertirnos en ejemplo de que las puertas del paraíso no son tales, sino las del infierno. ¡Quédate en tu país, al menos estarás con los tuyos, y tendrás sueños porque aquí te arrebataremos toda esperanza y nuestra indiferencia acabará por borrar tus sueños, tu autoestima, tu ser! ¡No eres nada, ni nos interesas ni nos dejas de interesar, te hemos arrojado a una cueva habitada por un ogro que no se ve, pero está siempre presente, el ogro de la desesperanza! ¡Ya has jugado con nosotros bastante, dinos tu nombre, tu país y te mandaremos allá en el primer avión de repatriación, incluso te daremos unos cientos de euros para que puedas comer un tiempo, a cambio serás el ejemplo perfecto para que otros no se atrevan a pretender asaltar las puertas del paraíso, de nuestro paraíso!.

También Ulises cayó preso en una cueva con un cíclope que lo quería para devorar. Al menos el cíclope se interesaba por Ulises, aunque fuera como alimento.

Ulises tuvo suerte de tener un ogro que lo apreciaba, aunque fuera como aperitivo, un ogro humano con debilidad por la comida y el vino. Y Ulises supo aprovechar las debilidades del cíclope, aunque para ellos tuviera que disfrazarse de “Nadie”,negar su nombre, su valor, sus habilidades.

Yo juego a ser como Ulises, por eso yo soy también “Nadie”, a “Nadie” no se le puede expulsar. Todo es cuestión de tiempo y oportunidad. En algún momento el ogro tendrá una debilidad y podré escapar como hizo Ulises y navegaré hacia Itaca, hacia mi futuro. Volveré a ser hombre y recuperaré mi dignidad.

Puede que no lo consiga. Este ogro es fuerte, mucho más fuerte que el de la Odisea, porque no tiene rastro de humanidad, aunque sea perversa. Mi ogro está hecho de indiferencia burocrática sin un rasgo de piedad ni desfallecimiento, no me atrevo a pensar la inhumanidad, el egoísmo, los prejuicios, la soberbia que se escuda detrás de ella.

A veces pienso que no lo conseguiré, quedaré reducido a nada, a “Nadie” en el puerto de Arguineguín en la isla de Gran Canaria. Desapareceré entre otros miles de espectros cuyos gritos rebotan en la dura indiferencia de los habitantes del paraíso. ¿Cómo puede el paraíso estar habitado por gente sin compasión ni entrañas?

Que sea lo que Dios quiera.

En el Puerto de Arguinegín, otoño de 2020

Autor: Francisco Sanz.

TIEMPOS DIFÍCILES, TIEMPOS SOLIDARIOS

En situaciones de crisis, la solidaridad y creatividad crecen dentro de los distintos hogares, y esto es, lo que hemos podido vivenciar en nuestra Asociación, Almería Acoge.

Nuestro equipo ha aportado su grano de arroz tratando de atender a distintas familias a las que ha dotado de alimentos de primera  necesidad, además de colaborar para tratar de evitar que se  acrecentara la brecha educativa provocada por el virus, facilitando recursos académicos a los más pequeños de la casa.

A lo largo de estos meses hemos compartidos momentos duros pero  también reconfortantes, como por ejemplo la familia que nos mostraba con una gran ilusión, la receta que habían creado de pimientos rellenos de arroz, a partir de los productos que le hemos entregado, mostrando una gran creatividad y agradecimiento a partes iguales.

No podemos olvidarnos del joven Madjou Bah, confinado desde que llegó a España, y que siempre acompañado de su lápiz y goma, nos sorprende con los dibujos sobre lo que ve a su alrededor. “ Mi nombre es Madjou Bah, de Guinea Conakry, tengo diecinueve años y soy huérfano desde los tres años, mi familia no tiene casi nada”, nos comenta al hablar con él.” Fue aquí donde descubrió su habilidad, y ya desde joven tiene claras sus ideas “comencé a dibujar aquí por una simple razón, para ser un buen ingeniero o un buen arquitecto algún día, pero para eso necesito mucha ayuda para formarme y asumir la responsabilidad de mi familia” nos asegura Madjou. “Y no puedo escribir todo esto sin agradecer a la ONG CEPAIM Y ALMERÍA ACOGE, gracias a Dios, estoy bien alimentado y muy bien, y muchas gracias, gracias, gracias, gracias”, insiste en agradecernos.

Y os compartimos la Ardilla “Brisa” que Madjou Bah, nos ha diseñado como protagonista del cuento que estamos construyendo online con los niños con los que estamos trabajando.

Y por supuesto, no podemos olvidarnos de todas las familias con la que llevamos trabajando desde hace tiempo, que con ilusión nos mandan mensajes y dibujos agradeciendo el apoyo y la solidaridad mostrada, y que nos hace seguir día tras día dando lo mejor de nosotros.

Irene Manzano Barnés

Educadora Social

Trabajadora de Almería Acoge

DESCANSA

En estos días donde la muerte vuelve al estrecho el siguiente texto de Francisco Sanz nos acerca el terrible drama que seguimos viviendo, aunque no podamos concentrarnos todavía, seguimos denunciando las muertes injustas en el Mediterráneo

DESCANSA

Descansa, no puedes hacer otra cosa. Descansa. Yo te cuidaré, ya nada malo podrá pasarte. Deja todas tus inquietudes. No te rebeles al sosiego que te ofrezco y mereces. Mira a tantos hermanos y hermanas que te han precedido, ellos están en paz y desean compartir su paz contigo.

Gritas, todo tu ser está agitado de dolor, de sufrimiento, de preocupación. Es lo normal, pero ya no puedes hacer nada.

Piensas en tu familia, en que se empeñó para financiar tu travesía. Piensas en qué será de ellos.
Piensas en tantas heridas, empujones e injusticias que te obligaron a coger esa patera que no llegará ya a ninguna parte.

Piensas en las esperanzas perdidas, en el ansia de los momentos en que luchabas por no hundirte, en gritos. Pero todo pasó ya.

Sobre ti pasarán las mercancías de los ricos y el dolor de los pobres, pero tú ya estás más allá de cualquier avaricia y de cualquier dolor.

Descansa, yo te he recogido en mis profundas entrañas. Todos dicen que son frías, pero vas a descubrir que son acogedoras. Yo no rechazo a mis hijos.

Mientras vivías, estabas lleno de amargo sufrimiento, rebeldía y consoladora esperanza. Todo lo dejaste en la superficie, ahora estás en el fondo y en mis brazos.

Deja que tus restos sean tu grito de denuncia por tu muerte. Yo no los ocultaré a quien los quiera ver, a quienes se sientan hermanos tuyos y te busquen. Tu denuncia por tu destino injusto será eterna. Tu clamor se une al de tus hermanos, hermanas que llegaron antes y vendrán después.

De mí, llámame mar o madre o Dios, salió toda la vida. A mí has retornado ahora, naufrago de las fronteras, la indiferencia, la desigualdad… Ya no puedes hacer más, tu muerte es tu denuncia infinita.

Pero ahora, descansa.

Francisco Sanz Meléndez
Almería 08/o6/2020
En recuerdo de los migrantes que perecen en el Estrecho.

REENVIAR?

Paco está viendo su serie favorita, “La casa de papel”. Acurrucado, más que sentado en el
sillón. Una televisión de 40 pulgadas. Paco vive solo en un loft alquilado en el centro de la
ciudad. Muebles funcionales. Paco tiene un trabajo estable que le permitió sortear de forma
indemne las últimas crisis económicas. Su vida es apacible y serena. Pasado ampliamente el
medio siglo de existencia, sus luchas por una sociedad mejor han devenido en meras críticas en
las redes sociales a cuantos comparten ideas que no encajan en sus planteamientos.
Absorto en el capítulo que tiene delante, con su inseparable móvil en el brazo del sillón. El
terminal, permanentemente conectado, emite el inconfundible sonido de un mensaje
entrante. De forma instintiva, Paco mira la pantalla encendida. WhatsApp de Antonio. Piensa:
¿Qué hago? Bah, luego contesto.

Ensimismado en lo más interesante del capítulo que ve, el WhatsApp, de nuevo, insiste en
llamarle la atención. Entre distraído y cabreado, desliza el índice por la pantalla. El grupo
“amigos” le reclama. Una foto y un texto breve, muy breve: “Los MENAS reciben entre 600 y
664 euros, una viuda tiene de pensión entre 360 y 426”. Una foto de jóvenes inmigrantes
fumando y con móviles caros. Un vistazo de segundos, quizás décimas. Y, sin pensar, casi sin
darse cuenta, realiza el acto reflejo repetido tantas y tantas veces: compartir con un amplio
grupo de contactos que tiene.

Un salero que pasa de una mano a otra, una comida de trabajo… Miles de contagios en una
expansión exponencial. ¿Cómo se ha contagiado el Covid-19 tan rápidamente? Cada uno de los
infectados “comparte” su virus con todos los contactos que tiene…

Paco no es consciente de que está compartiendo un bulo. Igual que el enfermo de coronavirus
ignora que contagia a todos sus contactos.

El mundo que vivimos nos exige que seamos críticos, no que seamos crédulos. Que tomemos
conciencia de la importancia que tiene no dejarnos llevar por la pereza: la herramienta que
propaga virus, la que difunde bulos.

Una herramienta imprescindible: una cuarentena para cortar la propagación de virus; una
reflexión para pensar en el WhatsApp que nos llega. Una búsqueda para contrastar la
información: Newtral.es; Maldita.es… Y, ante la duda, nunca reenviar.

Julian Pablo Diaz
Profesor de Historia en el Colegio Stella Maris
Miembro de la Junta Directiva de Almería Acoge
Reconocido Historiador de Almería