El pasado miércoles se celebro lo que llamamos habitualmente la Fiesta del Cordero por parte de la comunidad musulmana. El nombre sería Eid al-Adha, que en realidad sería la Fiesta del Sacrificio, curiosamente para los que desconocen el tema tiene su origen en la Biblia: «esta festividad conmemora el pasaje recogido en el Corán, en el que se muestra la voluntad de Abraham (Ibrahim) de sacrificar a su hijo Ismael (en la Biblia es Isaac quien sería sacrificado) como un acto de obediencia a Dios, antes de que Dios interviniera para proporcionarle un cordero y que sacrificara a este animal en su lugar» (De la Wikipedia)
En nuestro caso se trata de una oportunidad de convivencia y por eso colaboramos en la preparación. Se trata de un proceso que va más allá de la celebración de la fiesta. Se trata de implicar a parte del colectivo musulmán con el que trabajamos, especialmente los chicos de JEM+18 (jóvenes extutelados), los de las casas de acogida humanitaria, los del programa Sadhana, vecinos y vecinas del barrio y del entorno en el caso de Nijar, para facilitar un trabajo comunitario donde todas las personas aporten y se faciliten las relaciones.
Lo que hemos hecho no es prepararlo nosotros, es algo aun más complicado, facilitar que muchas personas, algunas que están muy solas, se junten y celebren. Ha sido un trabajo muy arduo el conseguir que un grupo grande de personas colaboren, pero el resultado ha valido la pena, ha facilitado el encuentro y la celebración entre personas muy diferentes.
Hay que felicitar las fiestas pero ante todo felicitar a todas las personas que han colaborado para que sean posible estas celebraciones, un ejemplo más de cómo hacer trabajo comunitario desde el esfuerzo y la búsqueda de intereses comunes.
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