Ya se que Almería Acoge no es una asociación confesional. Pero estamos en Semana Santa y por eso digo “rezad, Cristianos, rezad”. No me oculto, lo digo como cristiano que soy, o al menos eso intento.
De nuevo tengo en mi móvil la foto de un chaval de 17 años a quien su madre busca desde hace una semana. Se embarcó hace una semana. Se perdió hace una semana. No contactan con él desde hace una semana. Ojalá, Dios lo quiera, no esté entre las once personas desaparecidas (un eufeismo), ahogadas, muertas, así de crudo, hace unos días ahí al lado, en las costas de Murcia.
Rezad, Cristianos, rezad. No digo por ellas, por esas personas. Estoy convencido de que Dios, le pongamos el nombre que le pongamos, no necesita que recemos por ellas; ya se encargará de enderezar la historia una vez más, sea como sea y aunque no lo entendamos.
Rezad por los que hemos tenido la suerte de nacer a este lado del mar; por quienes no tenemos que jugarnos la vida a cara o cruz, y toparnos con que sale cruz (ya digo que estamos en Semana Santa). Rezad por quienes nos seguimos estremeciendo por esto, y dad gracias.
Pero, sobre todo, rezad por quienes no se sienten interpelados, por quienes se encogen de hombros, por quienes piensan que no tenemos por qué hacer nada, por quienes siempre encuentran alguna razón que justifique mantener las alambradas, los muros, las leyes que blindan a una parte y condenan a la otra; rezad sobre todo por esas personas, para que Dios las perdone, porque a mi, me cuesta cada vez más trabajo.
Juan Miralles
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