Terminó el verano y la típica conversación con otras personas que durante ese mes de vacaciones no has visto: “y el verano ¿qué tal?” “bueno, ya sabes. Con esto de la pandemia hemos podido viajar poco. Playita y las cervecicas en la terraza con sus tapicas. Alguna escapada por la provincia”
Otras personas no pueden decir lo mismo. De hecho, ya no están entre nosotros porque ese mar del verano fue su tumba y que desgraciadamente se han vuelto a perder vidas humanas en el mar.
Los datos demuestran la tragedia: 228 cuerpos encontrados en las costas mediterránea occidental y 428, en Canarias hasta agosto. Todos cuerpos encontrados, no hay datos precisos sobre los desaparecidos. Pero son solo números, números que cada vez más nos alejan de la realidad, que nos insensibilizan. Detrás de los números y de la palabra inmigrante estaba, en
realidad, la vida de jóvenes, de niños y niñas… de seres humanos tragados por el mar físico y, lo peor, ahogados o desaparecidos por el mar de la indiferencia de otros seres humanos.
Cuando el martes día 28 de septiembre a las 19:30 pases por la plaza del Educador encontrarás a un puñado de personas que luchan contra esa indiferencia, que alzan la voz de quien no la tiene enmudecida por la muerte o por el llanto del que no volverá. Juzgarán muchos que esos muertos lo son por ser unos locos y unas locas, que para qué se juegan la vida si saben que pueden morir… haceros la pregunta al revés ¿qué puede haber en sus países para arriesgar la vida de esa manera? Y más allá de esto ¿tú de qué lado estás? ¿estás con el ser humano o eres de los indiferentes? Recuerda que naciste aquí por casualidad y que podrías ser tú ese muerto o desaparecido.
Así que el próximo martes únete a ese puñado de personas, no importa tu afiliación política o religiosa, tampoco que seas del Real Madrid o del Barça, ni si eres española o británica… nada de eso importa, solo el ser humano, solo la humanidad. Cuando pases el martes quédate y grita en silencio con nosotros, reza, denuncia… pero ven, demuestra que por encima de todas las fronteras políticas está la vida humana y que la esperanza no merece ese trágico final.
Grita con nosotros en silencio ¡no, no estamos en silencio ante esta tragedia!
Marga Asension
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